Capítulo 43

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Todos miraban sorprendidos la escena, Christian estaba apuntando con el arma a Jacob, y este apuntaba a Juliet, ninguno se atrevía a moverse, y mucho menos Juliet, que protegía a su hija cubriéndola con su cuerpo

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Todos miraban sorprendidos la escena, Christian estaba apuntando con el arma a Jacob, y este apuntaba a Juliet, ninguno se atrevía a moverse, y mucho menos Juliet, que protegía a su hija cubriéndola con su cuerpo.

-Piensa bien tus acciones, Warwick, el pulso no me temblará a la hora de dispararte - dijo Christian -, no quisiste que esto se resolviera pacíficamente, ahora tendrás que enfrentarte a la justicia.

El conde rio sin mucha diversión y rápidamente se giró para apuntarle a Christian. Ahora ambos estaban frente a frente.

-¡No! ¡Christian! - gritó Jayne y Juliet tuvo que sujetarla para que no cometiera una locura.

-Jayne, tranquilízate, Christian sabe lo que hace - dijo Juliet tratando de que Jayne entrara en razón.

-No puedo, Jacob está loco, él... él puede dispararle y... y... - Jayne no podía emitir una palabra más, su hipo producido por el llanto no la dejaba.

-Debiste dejarme en paz, muchacho, debiste resignarte a perder a Jayne cuando me casé con ella - dijo el conde.

-¡Jamás renunciaré a Jayne! Si lo hice una vez fue por ella, porque entre mi padre y tú me engañaron para que la dejara, ¡son unos miserables! - gritó Christian.

Todas las personas alrededor estaban mirando atentamente lo que ocurría, con temor a que alguna locura se cometiera.

-Los insultos no te van a valer de nada - dijo el conde riendo.

-¡Christian, cuidado! - gritó Leonardo saliendo de donde estaba, pero cuando Christian quiso girarse recibió una bala en el hombro, haciendo que la pistola cayera a sus pies. El grito de Jayne se escuchó por todo el lugar como un eco y Christian miró de dónde provino el disparo, el conde era inteligente, tenía hombres preparados. El conde quiso aprovechar el momento para tomar el arma de Christian, pero Leo fue más rápido y detuvo al conde empujándolo y luego dándole un fuerte golpe en la cara.

El mismo hombre que le disparó a Christian salió para defender al conde, pero Leo supo manejarse y mantenerse de pie, logrando quitarle el arma y tirándola lejos, le dio unos cuantos golpes al hombre, pero este sacó un cuchillo pequeño y afilado sin que Leo lo viera, y cuando Leo se disponía a darle el último golpe, lo atacó con la navaja logrando herirlo superficialmente en el abdomen.

Mientras, el conde había logrado llegar hasta Christian, pero este ya había tomado su arma nuevamente, y con la misma mano estaba deteniendo el sangrado de su herida en el hombro izquierdo.

-Te dije que te alejaras, pero viniste a mi casa, a amenazarme y a llevarte a mi esposa, ¿creíste que me quedaría como si nada hubiera pasado? No soy ese tipo de hombres.

-Y yo no soy el tipo de hombre que se queda sentado mirando como un miserable como tú se queda con la mujer que amo - dijo Christian, el dolor de la bala incrustada en su piel se notaba en su voz -. Vas a pagar por todo esto.

Lazos del pasado (Saga #2 «Amores encadenados»)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora