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-Mirar soy Astoria, y la zorra de Aria me ha quitado a mi hombre! Os lo podéis creer? Soy más bonita que tú además de rica.- empezó a decir la chica mientras imitaba a la misma Astoria.

-Aria, en serio?- preguntó Draco sonriendo.- Sabes de quien soy, siempre he sido todo tuyo.- le dijo este ladeando la cabeza haciendo que ella riera.

-Ah si? Demuéstralo.- dijo ella a lo que Draco se levantó de la cama y la abrazó, dándole vueltas.
-Eres lo mejor que me ha podido pasar, lo sabías?- le preguntó mientras le daba besos por toda la cara.

De repente, la puerta de de la habitación del platinado se abrió dejando ver a Narcisa provocando que ellos se separaran algo avergonzados.
-Chicos... debemos bajar... os están esperando.- dijo ella con una pequeña sonrisa.

-Claro madre.- dijo el platinado entrelazando su mano con la de la chica.- Ahora bajamos.

Cuando Narcisa se fue, Aria miró a Draco algo preocupada sin embargo no debía mostrar angustia. Se repetía a sí misma que sería peor para todos y debía mantener la calma.

Al bajar, todos hablaban y cuchicheaban a espaldas de otros. Todos esperaban que ambos chicos se sentaran. Habían dos sitios libres, juntos al lado del otro, indicándoles que esos eran sus asientos.

Draco miró a la chica que empezó a caminar algo dudosa a los asientos mientras que ella solo miraba como su madre y Lucius se miraban entre sí.

Aria apretó los puños de la rabia que le producía ver de nuevo a Lucius enviándole miradas con su madre y viceversa. Era algo asqueroso.

Si hubiera sido Narcisa, tanto Cassandra como Lucius estarían enterrados bajo tierra.
-Me enorgullece tener de nuevo con nosotros a Lucius, no es así?- preguntó de repente Voldemort haciendo que todos asintieran algo forzados.

Sin embargo Aria no contestó, solo se miraba sus manos, deseando que la reunión terminara cuanto antes.

Sin embargo el señor tenebroso no había acabado de humillar a la familia Malfoy por haber fallado en la misión del ministerio junto con la profecía.
-Y que decir de nuestros jóvenes! Sin duda se merecen un reconocimiento por todo el trabajo que han hecho, no es así?- preguntó al aire.

-Ni siquiera fue capaz de matarlo...- decían muchos entre risas haciendo que Draco estuviera cada vez mas avergonzado y humillado. Era una sensación horrible.

Pensaba que no servía para nada, veía que su madre y su padre no decían nada y empezó a creer que era un fracaso.

Eso, hasta que sintió como Aria le tomaba la mano por debajo de la mesa, entrelazándolas y haciéndole sentir más seguro y tranquilo.

El platinado se dio cuenta de que ella era su tranquilidad y su felicidad, siempre había estado ahí para apoyarlo en todo momento, fuera un idiota, cobarde o un fracasado. Sabía que ella estaría para él, siempre.

Bellatrix quien reía por que simplemente quería reírse miró el gesto, dejó caer su varita al suelo y cuando se agachó vio las manos de los chicos.

Vio como la chica reconfortaba a su sobrino y como Draco se sentía seguro con ella.

La reunión sin duda alguna había sido de lo más animada cuando vieron a Nagini comerse a la profesora de estudios muggles. También fue algo aterrador cuando Voldemort pidió refuerzos para atacar de nuevo a Harry Potter.

-Y que hay de Draco y Aria, señor?- preguntó uno de los mortífagos haciendo que toda la atención recayera en ellos.
-Oh... si... jóvenes...- dijo con una sonrisa burlona.- Dejemos que descansen... han hecho demasiado trabajo no creéis?- preguntó de manera irónica, haciendo que las risas fueran más fuertes.

Aria aumentó el apretón indicándole al platinado que aguantara y que nada de eso era cierto. Ella estaba con él, ella era lo único importante.

Y así, la reunión concluyó, y así, ambos chicos volvieron de nuevo al cuarto del platinado sin embargo Draco vio como su tía lo llamaba.
-Aria... puedes ir tu.- dijo mientras separaban sus manos.

-Seguro?- preguntó ella algo indecisa.- Puedo esperarte aquí...- empezó pero el chico le dio un beso en la frente para interrumpirla.
-Espérame arriba Ari... estaré bien.- le dijo en susurro para ir con su tía que lo esperaba.

-Draco...- dijo Bellatrix esperándolo en la biblioteca.- Oh, sobrino, hace tiempo que no hablamos...
-Si... supongo.- dijo este mientras miraba los viejos libros.

-Si... ahora estás siempre con esa chica, Aria?- preguntó a lo que el platinado asintió.- Es hermosa... tienes buenos gustos.

Draco esbozó una pequeña sonrisa.
-Si, tengo suerte.- dijo mirando a su tía.
-Si, pero mi pregunta es... cuando darás el paso?- preguntó Bellatrix.

-Bella, hemos hablando de esto.- dijo Narcisa entrando de repente.- Draco, ve con Aria.- el platinado frunció el ceño sin embargo no protestó y asintió para volver con la chica.

Al abrir la puerta se encontró con ella estirada en la cama, abrazando un cojín pudiendo sentir el olor del platinado.

Draco cerró la puerta y con una sonrisa se estiró a su lado, abrazándola por la cintura y colocando su cabeza entre el cuello de ella.
-Va todo bien?- preguntó ella en susurro.

-Claro.- respondió este con simpleza.- Ya sabes que mi tía... ya sabes que Bellatrix es algo especial, nada importante.- dijo mientras le daba suaves besos en el cuello.

Aria asintió y con los ojos cerrados empezó a quedarse dormida sin embargo el platinado aún tenía algo pendiente que preguntarle.
-Te gustaría ir a la casa de campo por última vez?- preguntó de repente.

-Qué?- dijo ella mirándolo sorprendida.
-Si... que dices? Como en los viejos tiempos.- sugirió con una pequeña sonrisa.- Ari...

-Draco... eso no se pregunta, me encantaría.- respondió ella riendo.- Sabes? Siempre me preguntaré que ha sido de las chicas que me molestaban.

El platinado se encogió de hombros mientras se aferraba más a ella, era como un osito, pequeño y adorable.
-Me da igual, ahora solo quiero dormir, si?- le preguntó a lo que ella lo miró.

-Y que pasa si no quiero?- le preguntó ella con una sonrisa mientras intentaba salir del agarre del platinado.
-Siempre me tienes que contradecir?- le preguntó el algo fastidiado.

-Sabes que si, amor.- le dijo ella provocando que Draco la mirara algo sorprendido.
-Dilo otra vez.- exigió él.

-Amor...- repitió ella con una sonrisa.
-Merlín, dilo otra vez.- volvió a pedir este mientras la miraba fascinado.

Aria rodó los ojos de manera divertida.
-Amor... amor, amor, contento?- preguntó ella acurrucándose de nuevo.

Draco asintió satisfecho, ella realmente hacía que su vida fuese menos miserable.
-Ni te imaginas.

two ways (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora