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Tik, tok, tik, tok...

El reloj no dejaba de sonar y Remus no podía esperar cada minuto, cada segundo para la última clase del día.

Pero que estaba diciendo? Él era profesor, no podía ser que una alumna tuviera un efecto sobre él. Además, nunca pondría a alguien en peligro.

Jamás.

El tenía sus propios problemas, sus propios asuntos y estaba ahí por una única razón. Un viejo amigo necesitaba su ayuda y él se la daría.

Todos estos pensamientos se fueron a la basura cuando la vio entrar junto a sus amigos por la puerta.

Cerezas, cerezas... oh Lord.

La chica reía por algo que Oliver Wood le decía, al igual que Percy quien rodaba los ojos.
-Yo tengo una mejor, es húmedo por dentro, con pelos por fuera. Comienza por la C. Que és?- preguntó ella mientras se sentaba.

"lo que me encantaría probar." fue lo primero que se le vino a la cabeza a Remus quien tragó hondo para desviar su mirada.

Diablos solo era una alumna.

-Esa me la sé, es un coco, idiota.- respondió el pelirrojo a lo que Oliver se empezó a reír.
-Oliver tienes una mente demasiado sucia...- le dijo ella riéndose.

"normal, ella era hermosa, es imposible no tenerla." se respondió el mismo mientras se dirigía al frente de la clase.

-Muy bien alumnos, como deberíais saber, tenéis que entregarme el ensayo que os pedí el último día.- dijo pasando por todas los pupitres recogiendo los pergaminos.

Cuando pasó por la fila donde se encontraba ella, la chica le extendió su pergamino mientras lo miraba.

Cerezas, cerezas...

-Profesor Remus... mi ensayo.- dijo ella extendiendo la mano para que el hombre lo recogiera.
-Si, disculpe.- dijo este mientras llegaba a rozar su mano con los dedos de la chica, los mismos con los que tomó las cerezas.

Cerezas, cerezas...

-Muy bien. Hoy empezaremos con la lección de hoy. Recuerden que... ustedes se preparan para los ÉXTASIS y no hay tiempo para las... distracciones.- empezó a decir mirando de reojo a la chica que escribía sus apuntes.

-Soy yo o te está mirando mucho?- preguntó Oliver en susurro a lo que ella se sonrojó.
-Eres tu, definitivamente eres tu.- dijo ella intentando concentrase.

Aunque en realidad, lo único que quería era verlo explicar el tema, ver sus manos moverse mientras explicaba con dedicación y pasión. Solo quería admirar lo bien que le sentaban esas cicatrices y que lo hacían ver más atractivo y escuchar su voz...

-Señorita Bellemore.- interrumpió sus pensamientos el mismo hombre que había aparecido en sus sueños.

Oh, Remus Lupin, por él, Madison se ponía de rodillas sin rodeos.

Toda la clase la miraba y ella realmente no sabía que le acababa de preguntar.
-Finalidad del hechizo atabraquium.- le susurró Percy a lo que ella parpadeó unas veces.

Sin embargo el profesor fue lo suficientemente listo para escuchar.
-Veo que su compañero le ha repetido la pregunta, para que sirve el hechizo atabraquium, señorita Bellemore?- preguntó Remus a lo que ella tragó hondo.

Genial, otra humillación.
-Ata firmemente las manos de la víctima con cuerdas invisibles, señor.- dijo ella algo avergonzada.

Remus asintió, pasando sutilmente su mirada por las muñecas de la chica.

Cerezas, cerezas, y sus muñecas, delicadas.

-Exacto, el atabraquium será uno de los conjuros que deberéis realizar en vuestras pruebas finales. Por eso deben estar... atentos a clase, no como el señor Loveall quién parece no estar concentrado.- dijo pasando de la chica al castaño en el fondo.

Todos se giraron para ver a Félix intentar pasarle una nota a Madison quien aún se sentía demasiado avergonzada.

Es como si... todo se lo dijera a ella.
-Lo siento profesor, no volverá a suceder.- dijo el chico con su misma sonrisa.

Una sonrisa que Remus estaba empezando a odiar. Pero paciencia, no podía atacar a un alumno. Él era el profesor.

"es mi profesor, es mi atractivo profesor... cálmate." se decía la chica mientras intentaba seguir su explicación.

Era demasiado duro cuando Madison se concentraba en sus preciosos ojos.

De lo que no sabía ella, era que esos ojos, la miraban a ella, la mayoría de veces esperando no ser notado por la clase.

Al terminar la clase. Remus tenía que buscar alguna excusa para volver a hablar con ella, no sabía el motivo... pero tenía que hacerlo.

Sin embargo ella sólo se había ido sin esperar a nadie. Parecía como si quisiera evitarlo.

Y eso era lo que estaba haciendo.

-Abie, necesito tu ayuda.- le dijo entrando de golpe a la habitación.- No puedo hacerlo.
-El qué?- preguntó ella estirada en su cama.

-Quiero saber si el profesor Lupin tiene interés en mí pero a la vez me aterra por que... me pongo demasiada nerviosa, deberías haber estado en la clase de hoy.- dijo mientras llevaba su cojín a su cara.

-Bueno... que ha hecho?- preguntó la chica mientras comía galletas.
-No lo sé... es difícil de explicar.- dijo ella reincorporándose.- Merlín que me pasa...

-Que estás loca por el profesor, no es tanto el problema...- dijo Abie mirándola.- Mañana haremos todo lo posible para saber si está interesado en ti.
-Y como vamos a hacer eso?- preguntó ella.

-Provocándolo. Sabes perfectamente cómo provocar a un hombre Maddie, te he visto en acción...- dijo ella riendo.

-En mi defensa, el tonto de Lockhart era un blanco demasiado fácil. Conseguí que aprobaras con un extraordinario...- admitió ella riendo.

-Eso da igual, tienes algo Maddie, usa ese algo a tu favor.- dijo la chica guiñándole el ojo.
-Está bien, lo intentaré... yo intentaré provocarlo, pero como?- dijo ella confusa.

-Madison Bellemore, créeme cuando te digo que sabras hacer lo correcto y mañana pondrás tan caliente al profesor Lupin que no podrá resistirse a ti.- le dijo su amiga convencida.

Madison se estiró en su cama pensando en lo que haría mañana.

Oh Lord... mas vale que la ayudes.

hiding from the moon (Remus Lupin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora