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Los días pasaban y Remus ya se encontraba en su estado normal. Ya era el mismo y se comportaba como tal.

Sin embargo había algo que lo preocupaba cada vez más.

Madison no había ido a ninguna de sus clases desde el día de la casa de los gritos. La veía a veces en el gran comedor y cuando sus miradas se cruzaban ella se levantaba y se marchaba.

Remus sentía que le debía una disculpa, por gritarle, por hacerle daño. Sentía que ella no se lo merecía.

Así que tuvo suerte que ese mismo día, Madison entrenara quidditch.

Estaba de lo más nervioso pues no sabría como empezar, que le diría? Ella lo evitaría? Remus supuso que debería esperarse a que el entrenamiento diera a su fin.

Mientras, la pudo observar cómo dedicaba toda su energía en ese deporte, como se esforzaba y como se notaba que le encantaba.

Igual que lo hacía Sirius y James.

-Buen entrenamiento chicos! Nos vemos en el próximo!- dijo Davies, el capitán para dar por terminada la sesión.

Madison se sentía realmente cansada y quería llegar cuanto antes a su dormitorio.
-Madison.- dijo esa voz que aún no deseaba escuchar detrás de ella.

La chica apretó sus puños para enfrentarlo.
-Veo que estás mejor.- dijo lo más calmada posible.

-Si, por eso quería disculparme por mi comportamiento ese día.- dijo a lo que ella asintió.
-Disculpa aceptada.- respondió con intención de marcharse.

-Es... es esa la razón por la que estás evitándome?- preguntó algo nervioso a lo que ella suspiró.

-Puede.- dijo con simpleza.- Lo siento Remus, realmente intenté ayudarte pero... no pude.- dijo a lo que el hombre negó.
-No tienes que preocuparte por eso, Madison, créeme que prefiero hacerme daño a mi mismo que a ti.- dijo acercándose a la chica.

-Lo sé, por eso me preocupas.- dijo mirándolo.

Remus en ese instante pasó delicadamente su mano acariciando la mejilla de esta, con intención de juntar sus labios.

Sin embargo, unos aplausos lentos se escucharon detrás de ellos.
-Bravo, me encanta.- dijo Félix saliendo de detrás de la puerta.- Realmente conmovedor.

Madison y Remus se separaron de seguida sintiendo el calor de sus mejillas y la vergüenza aumentando por segundo.

-Alguien me puede explicar esto?- preguntó mientras miraba a Madison quien por dentro se moría.

-No es lo que parece.- dijo ella en un hilo de voz tratando sonar convincente.
-Ah no? Por que yo diría que ligarse al profesor no está en la lista de cosas bien vistas.- dijo ahora mirando a Remus.

Estaban literalmente en la mierda.

-Claro que viendo a Madison, normal que quiera tenerla para usted señor, solo mírela.- dijo burlándose.

-No te atrevas a hablar así de ella Loveall.- dijo de manera amenazante pero solo provocó una carcajada del chico.
-Creo que no están en condiciones de pedir mucho, señor.- dijo este con una sonrisa.

-Por favor Félix, no digas nada, por favor.- le pidió ella a lo que el chico la miró sorprendido.
-Mira... ahora me vas rogando cuando antes no me dabas ni la hora preciosa.- dijo haciendo que Remus apretara sus puños.

-A donde quiere llegar señor Loveall?- preguntó directamente Remus haciendo que este chasqueara sus dedos.

-Me gusta como piensa profesor, y de echo estoy de acuerdo con hacer un trato con vosotros.- dijo con una sonrisa.
-Cuál trato.- dijo la chica ahora mirándolo con algo de miedo en sus ojos.

-Bueno... más que un trato... no tenéis opción.- se burló la serpiente mientras miraba a Remus.- Quiero que dejéis de hablar, para siempre.

-Eso es ridículo, soy su profesor.- dijo este.
-Si, usted es solo un pervertido que ha conseguido ligarse a la chica más buena del colegio.- dijo enfrentándolo.

-Cual es el punto de todo esto? Que ganas tu a cambio?- le preguntó Madison.

Félix sonrió ampliamente hacia ella mientras se acercaba peligrosamente.
-A ti.- dijo este dejando de piedra a la chica.- Dejarás de hablar con el profesor Lupin y serás mi novia o sino... este capullo será enviado a Azkaban en cuanto le cuente a todos su trato especial contigo. Que me dices?

Madison no tenía aliento para lo que acababa de decir Félix. No tenía palabras posibles...

Estaba completamente en shock y algo asustado, más que antes, al igual que nerviosa.

Remus notó sus emociones, notó como la chica quería desparecer en es e momento así que simplemente no podía pedirle que hiciera algo como eso.
-No, Madison, no quiero que esto te implique más a ti...- empezó a decir Remus sin embargo ella lo interrumpió.

-Acepto el trato.- dijo sin pensarlo provocando que Félix la acercara a él y juntara sus labios en un beso sin duda incómodo para ella.

-Sabia que eras una chica lista.- dijo este al separarse de ella.- Ahora, nos iremos, si? Tenemos que anunciar la nueva pareja del año.

Madison miró al suelo mientras seguía a Félix sin opción alguna.

Antes de eso, miró a Remus por última vez y le dedicó una sonrisa débil.
-Lo siento.- dijo para irse junto la serpiente que la esperaba ansioso para alardear de ella frente a todos.

Félix sospechaba todo desde un principio.

Vio cómo el profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras devoraba a la chica al cual había estado enamorado desde quinto curso y supo que habría opción con ella.

Solo tenía que esperar... y esperar a ver las pruebas y allí estaban.

Por fin lo había conseguido.
-Ahora eres mía, entiendes?- le susurró en la oreja antes de ir al gran comedor y abrir las puertas.

Madison tenía la intención de ir junto a sus amigos pero una mano en su cintura fue frenada.
-Ah, no, ni hablar, ahora que me perteneces te prohíbo hablar con ellos.- dijo a lo que ella lo apartó.

-Y una mierda.- protestó haciendo que este le tomara de la muñeca bruscamente contra su voluntad.

-Eh! Déjala ahora!- dijo Oliver colocándose al lado de la chica en forma de protección.

Sin embargo, por mucho que quisiera pegarle, por mucho que desearía irse de allí, Félix miró a la mesa de profesores donde Remus miraba la escena algo nervioso.

"no te habrás olvidado del trato, no?" le dio a entender con la mirada.

-Oliver... está bien, solo... me iré con el, para cenar.- dijo mirándolo y suplicándole ayuda con la mirada.

-Maddie...- dijo mientras veía como la chica se sentaba en la mesa de las serpientes con demasiada incomodidad.

Simplemente genial.

hiding from the moon (Remus Lupin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora