Capítulo dos

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-¿Qué haces en mí habitación y más sabiendo que estoy semidesnudo?

La sonrisa que pretendía regalarle, se me borró de inmediato al oírlo reclamarme con enfado. La camisa que tenía en sus manos rápidamente se la colocó para cubrir su cuerpo. Mierda.

-Lo siento mucho. Yo...

-¡Sal, ahora mismo! -me ordenó. Ya se me olvidaba con que tipo de jefe estaba tratando. Jungkook era de esos que el matrimonio y el trabajo con los años se le subió a la cabeza, llegando a convertirlo en un autentico aburrido y un borde de mierda, mi padre me lo contó en una ocasión.

-De verdad, lo siento mucho -tenía tantas ganas de tomarlo por los hombros y besarle con todas las ganas que le tengo contenida. Pero al fin de cuentas me di la vuelta y me marché, porque no estaba en mi plan ser una voyeurista para él ni nada por el estilo. ¡Joder! No paraba de sentirme como una completa mierda enfrente del hombre por cuál tengo tantos sueños exóticos, sí ese que me a ayudado a correrme muchas veces, a quien voy a engañar.

¿De verdad esta iba a ser la primera impresión, de ambos? ¿Ser regañada como una cría cotillas en vez de tomarme ahí mismo y quitarme la ropa? Tal parece que voy a tener que soportarlo por ahora, porque así es, por doloroso y vergonzoso que sea, he sido regañada como una cotilla calenturienta que entra a habitaciones de señores semidesnudos para mirarlos, excelente, mi plan va maravillosamente.

JUNGKOOK

Suspiré aliviado en cuanto se marchó ¿Pero que le estaba pasando por la cabeza a esa cría? ¿Por qué entra sin avisar? Y sobre todo ¿En que momento llegó? Namjoon no me avisó de que Yuna ya estaba en camino o algo, siento traición.

-Es la hija de mi mejor amigo Nam. También tengo que cuidarla como si fuera mía también -resolví hablando solo, excelente, también hablo solo.

Una vez estuve listo con mi traje me dispuse a salir de mi habitación, gracias a dios la cría no estaba por todo esto y podía caminar despejado, sabía el tipo de fijación que ella tenía por mi y no quería problemas.

-¡Haerin! ¿Donde estás? -bajé las escalas con apuro, pero los únicos que me recibieron fueron los empleados -¿En dónde esta Haerin? -cualquiera de los presentes temblaba más, a ver, si que me he puesto un poco borde y tal y porque desgraciadamente existe alguien llamado Kim NamJoon y es mi mejor amigo que se a encargado de decirme las verdades en la cara, aunque no las aplique con él, claro está, pero es necesario para que esta gente respete un poco, solo que a veces me da miedo mi mismo cuando veo a los empleados temblar ante cualquier de mis llamados.

-La señora salió, señor -informó una de ellas todavía temblando. Frunci más mí ceño al oír eso. Vale, nuevamente solo.

-Mierda, valla esposa que tengo -terminé de bajar las escalas -Organicen mi habitación, preparenme de comer y informenlen a Yuna que la quiero en mi oficina -les ordené mientras me dirigida hacia la misma que había mencionado.

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Dando vueltas una y otra vez en mi cómoda silla mis pensamientos navegaban a la velocidad de la luz. Resolvía algo, pero se me complicaba lo otro. Así es el trabajo últimamente, hago algo bien un momento, comienzo a escribir todo lo que tengo pensando para las plantillas y luego de que resuelvo la primera palabra se esfuma todo lo otro, creo que por eso me estreso tanto.

Suelto un suspiro, el tanto pensar me da jaqueca. Mis ojos se enfocan en la puerta al verla abrirse, lentamente. Cierto rostro juvenil se asoma y desde luego no dudo en brindarme una cálida sonrisa, una que no he podido darle de primeras pero tampoco quiero que de verdad piense que soy un viejo mañoso o algo así, además de que Yuna siempre a sido como parte de mi familia, la conozco desde que dio su primer llanto.

¡No soy una niña! › jjkWhere stories live. Discover now