Capítulo seis

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-¿Amor? Te traje un cafesito bien cargado. Tal y como te gustan -me sorprendió el hecho de que mi esposa se tomara la molestia de traerme algo, por lo particular se preocupaba más por sus diseños de moda, que por mí, siempre estaba metida en el trabajo, algo así como yo pero más pegada a él.

-Pasa -le concedí. Haerin ingresó al despacho con una sonrisa de oreja a oreja remarcando sus pómulos. En cuanto estiré mi mano y le recibí la taza con cafeína, la voluminosa mujer tomó posición enfrente de mi, sin quitar ni un centímetro su sonrisa.

-Te veo y me pones, mi amor -si no fuera lo suficientemente caballero ya me hubiera reído en su cara, y porque la respeto y no quería hacerla sentir mal. Su dicho es algo que no pone mucho a prueba, pocas veces me buscaba en el sexo y pocas veces me sabía complacer como se debía. Además de que era una mujer muy recatada (a pesar de yo ser un bocazas) y nunca soltaría algo así, al menos hasta ahora.

-Quitate las bragas y abrete de piernas -me atreví a decirle, a retarla, de todas formas, no podía negar que quería sexo, y pues...jugar nunca está de más. Sin embargo, su rostro me confirmó mi anterior hipótesis.

-¡Jungkook!

Esa expresión de sorpresa ya la veía venir, si hubiese sido a Yuna a quién tuviera a aquí en estos momentos, ni corta ni perezosa habría hecho lo que yo había pedido, se abría quitado su braga y me abría montado, sí, estoy pensando en Yuna montándome ¿no es estupendo? Me había propuesto dejar a la cría en paz, pero...esa pequeña mocosa es muy atrevida, irresistiblemente, muy sexy y provocativa.

-Solo bromeaba -llevé a mi boca un sorbo de café. Era obvio que Haerin nunca lo haría. Todavía no entendía del todo como un tipo como yo (en mis años de juventud, cuando me casé con ella) se casó con una mujer que era tan aburrida para tener intimidad con su propio esposo, incluso me sorprendía como llegué a tener a Dana en una de nuestras tantas (pocas) noches de sexo.

-¿No es lindo, mí amor? -allá viene, unas de sus charlas de mierda que siempre terminaban en dormirme, muy aburrido la verdad. Solo me concentré todo lo que pude en escucharla así se oyera aburridísimo -Taehyung y Yuna tendrán una cita esta misma noche.

Casi que me ahogó con el trago de café que me bebí debido a la noticia inesperada que me informó mi esposa, pensé que me asfixiaba y que en cualquier momento iba a caer muerto por un inútil trago de café, pero gracias a dios pude respirar después de unos segundos (Haerin ni siquiera se dio cuenta de que estaba debatiéndome entre la vida y la muerte con un trago de café) ¡Demonios! Después de todo si resultó ser importante y no una de sus tonterías, ahora me parecía todo menos aburrido lo que me estaba diciendo.

-¿Qué Yuna y Taehyung, qué? -limpié mi boca con mí muñeca.

-Creo que esos dos tortolitos terminarán enamorados -juntó sus manos para crear un estúpido corazón que me dieron ganas de pulverizar con mis ojos si tuviera poderes mágicos.

¿Qué cojones...?

A mi cabeza llegaron varios pensamientos negativos e inapropiados. Conocía al castaño como la palma de mi mano y cada lía que la recorría, sabía lo imbécil y astuto que podía llegar a ser, a Taehyung no le importaría convencer a Yuna fuese como fuese para llevarla a la cama y no de la manera más linda y delicada. Kim es una niña, una niña a la cuál tengo que proteger de sujetos como él. Sí, pensé y le dije lo que le dije pero no podía dejar que le hicieran daño, seguía siendo la hija de mi mejor amigo y ahora que está viviendo bajo mi mismo techo creo que lo más lógico es que la proteja.

O a lo mejor te importa tanto que te dolería que le pasara algo.

¡No soy una niña! › jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora