Capítulo tres

2K 138 19
                                    

-Señor, permitame yo le bajo el nudo de su garganta, parece apretado -pasé saliva con bastante dificultad cuando Yuna me dijo aquello en tono seductor. Pero lo único que desató, fue mí corbata que no permitía respirar bien.

"Totalmente un paranoico Jungkook, a que otro nudo que está en la garganta se va a referir sino el de la corbata que te está asfixiando"

Mis pensamientos no me están ayudando mucho. La chica se balanceó hacia mí en acto ágil, agarrando el descaro en abofetear mi rostro con ese lacio cabello que desprendía un olor exquisito. Vale, definitivamente tengo que calamarme y pararle el carro o sino nos estrellamos los dos, y con el enorme pare que le estoy poniendo (irónicamente) veo que así va a ser.

-¡Yuna! -sentí una gota de sudor recorrer mi cien. Sus ojos me tienen hechizado y tampoco ayuda, porque es como un imán un yo un puto hierro que se atrae solo.

-Solo será un masaje para bajar tanta tensión -las palmas de sus manos se recargaron en mí pecho, pude sentir lo calientes que estaban y remojé mis labios con mi lengua y en cuanto quiso desatar botón por botón de mi ajustada camisa blanca, con su sonrisa juguetona pintada en sus rosados labios todavía rápidamente la empujé sin lastimarla para apartarla de mí. Era eso o dejarse llevar, y lo segundo claro está que no es una opcion viable.

Tuve que alejarme de ella para dejar de sentirme incómodo. Colocándome de pie y dadole la espalda. Deseoso en hacer algo que es sumamente prohibido, sí, me puse cachondo, aunque no es para menos cuando le e visto las bragas y las tetas.

-Dejame sólo Yuna. Tengo mucho trabajo que hacer, y lo único que estás haciendo es quitarme tiempo -abrí la puerta en muestra para que la cría se marchara. Al principio su rostro se tensó molesto, ofendido, estaba cabreada porque de algún modo la había rechazado, pero después lo pensó mejor y decidió entenderlo. Gracias.

-Esta bien, señor. Disculpe si le quité mucho de su tiempo -se colocó de pie y caminó hacia la puerta para salir de mi oficina con un andar un poco rígido pero aún así seguía moviendo sus caderas descaradamente. Me brindó una última sonrisa encantadora antes de desaparecerse de mí vista.

¿A una niña Jeon Jungkook? Joder, es una niña, al menos todavía.

Me lo repetí a mí mismo soltando un respiro, una, dos, tres, mil veces para creermelo y retractarme al segundo de lo que acabo de permitir que haga Yuna. Dejé recostar mi espalda contra el madero de la puerta, mierda, mierda y más mierda, es tu culpa Haerin, toda tuya.

━━━━❰・❉・❱━━━━
YUNA

-¡Ah!

Tiré lo primero que encontré contra una de las paredes en la habitación que se me asignaron en la casa. No solo tenía que aguantarme la rabia de que Jungkook me hallase rechazado en el despacho, así fuera un mísero masaje, sino que ahora también tengo que soportar el hecho de que Jeon se esté follando en estos precisos momentos a la bruja de Haerin.

"Pero es su esposa Yuna"

"¿Y quien dijo que podías opinar cabeza de Yuna?"

-¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué ella y no yo? -estrangulé con mis manos un precioso conejito de felpa que mi padre me había comprado cuando era niña, ahora mismo parecía un terminator - Maldita Haerin. Maldita y mil veces maldita -otro grito ahogado desaté contra las almohadas. Bien, esto me afecta, cuando estaba en mi casa no me molestaba porque de todos modos yo estaba allá y él acá y no sabía si lo hacían o no, pero ahora estamos en la misma puta casa, y... Sí, me molesta.

¡No soy una niña! › jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora