Un libro de memorias convincente y sincero que detalla la vida de Jackson en reclusión, por los guardaespaldas que lo acompañaron en sus últimos días, con una nueva introducción para conmemorar el décimo aniversario de la muerte de Michael Jackson.
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Nota de MJM3-Reading: Los dos hombres de la foto de arriba son los autores de este libro y los que fueron los guardaespaldas de MJ durante sus últimos días;Bill Whitfield y Javon Beard.
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Al crecer, Michael Jackson idolatraba a James Brown, el padrino del Soul, el hombre más trabajador del mundo del espectáculo. Viendo a Brown en la televisión y desde las alas del Apollo Theatre de Harlem, el joven intérprete estudió y absorbió todos los movimientos del maestro. Aunque continuaría aprendiendo a los pies de Grandes de Motown como Marvin Gaye, Diana Ross y Smokey Robinson, Michael Jackson insistiría durante toda su vida en que James Brown había sido su y la influencia más duradera.
En la víspera de Navidad, mientras Jackson y su familia se preparaban para celebrar la vacaciones, su ídolo de la infancia se estaba registrando en un hospital en Atlanta, Georgia, quejándose de agotamiento y tos debilitante. Solo unas horas después, a principios de la mañana del día de Navidad, Brown, de setenta y tres años, murió de insuficiencia cardíaca provocada por complicaciones de la neumonía. El 30 de diciembre dejando a sus hijos al cuidado de su niñera, Jackson voló a Augusta, Georgia, y asistió al servicio conmemorativo de Brown, uniéndose a varias otras luminarias en el escenario para elogiar al cantante fallecido. Fue la primera aparición pública de Jackson en el Estados Unidos desde que salió del país un año y medio antes.
Mientras esperaban que Jackson regresara, Bill Whitfield y Jeff Adams comenzaron hacer arreglos para reforzar el equipo de seguridad de la familia para la víspera de Año Nuevo. Adams, ya contratado con otro cliente, no estaría disponible por mucho más tiempo, así que se acercó a su primo Javon Beard. Veintiséis años y padre de tres, Javon Beard creció en el corazón del centro sur de Los Ángeles, su padre un trabajador postal y su madre una empleada de FedEx. Uno de seis hijos, Beard tenía una hermana mayor, un hermano gemelo, hermanas gemelas menores y un hermanito menor.
Su propio gemelo, Jovon, nació con parálisis cerebral y murió a la edad de siete años. Los Barbas vivían con su abuela cerca de la esquina de las calles 46 y Western, un área notoria por la actividad de las drogas y la violencia de las pandillas en el apogeo de la era del crack y la cocaína. Javon escapó de las calles arrojándose al equipo de baloncesto en Inglewood High School, uno de los equipos más competitivos en el campo, con la esperanza de que su talento atlético le abriera la puerta a un título universitario. Pero una noche, llenándome en una gasolinera a pocas cuadras de casa, Javon recibió un disparo en el brazo durante un intento de robo de auto. Su sueño de un carrera atlética y una beca universitaria, se graduó de Inglewood y tomó un trabajo de tiempo completo como guardia de seguridad en la Planta de Tratamiento Hyperion, donde fue ascendido a jefe de seguridad.
