cap.32| La debilidad de un vampiro

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— Jane y su séquito se dirigen hacia aquí — murmuró Alice para todos nada más ellos llegar. Claro después que todo había terminado, típico de ellos. Rodó los ojos soltando un bufido.

— ¿Cuánto tiempo tenemos? — preguntó Carlisle.

— Unos pocos minutos, veinte como mucho.

— La manada debe irse, los Vulturis no honrarán el tratado con ellos — le  dijo a su padre. No quería ni imaginarse lo que le harían a los chicos si se encontraran con ellos. Aro los tomaría como juguetes de entretenimiento personal, no, primero muerto antes de dejar que eso suceda.

Miró a a su alrededor buscando a una persona; Jasper y Emmett se encargaban de quemar los cuerpos, mientras los lobos habían regresado a su forma humana despidiéndose de los Cullen antes de que llegaran los Vulturis.

Miró al pequeño lobo que hablaba con sus amigos, quienes le contaban emocionados cómo había ocurrido la batalla. La distancia quemaba, nunca le había dolido tanto estar lejos de alguien. En ocasiones se preguntaba en qué momento pasó de odiarlo a muerte a necesitarlo tanto. Era como su jodida droga, y la abstinencia lo estaba matando.

Dió un paso al frente cuando lo vio alejarse con sus amigos, sin embargo, no llegó lejos. Miró con horror a un vampiro, que nadie había notado antes, salir de entre los árboles directo hacia Bella, pero no fue el único y eso paralizó su cuerpo por completo, porque lo conocía tan jodidamente tanto que casi podría adivinar lo que haría a continuación; en el momento en que puso sus ojos en el sujeto, Jacob se abalanzó de frente hacia él.

Y Edward no sé detuvo a mirar el resultado. Lo único que tenía en mente era el poner a salvo a Jacob, alejarlo del peligro. No podía perderlo, no a él. No lo soportaría. No quería saber qué sería de su cordura si llegaba a pasarle algo ese chico.

Jacob empujó a Bella fuera de la trayectoria del hombre, y él abrazó al cachorro contra su pecho protegiéndolo del impacto. Cayeron a unos metros aún abrazados, y pudo ver y escuchar cuando Jasper y Emmett se lanzaron sobre el vampiro, arrancándole la cabeza.

Miró al chico que aún respiraba desigual debajo de él con los ojos fuertemente apretados. Puso ambos brazos a cada lado de su cabeza sosteniendo su peso para no aplastarlo, mirándolo con preocupación.

— ¿Jake? ¿Estás bien? — él abrió sus párpados, enfocando sus orbes oscuros en él. Edward tenía un nudo en la garganta — Por favor, dime que estás bien, cariño — soltó un suspiro tembloroso cuando él asintió lentamente. Juntó sus frentes cerrando sus ojos con fuerza. Estuvo a punto de perderlo, perderlo para siempre.

— ¿Edward? — escuchó el llamado confundido de Isabella y sintió a Jacob tensarse y removerse debajo de él, cayendo en cuenta de que tenían las miradas de todos fijas en ellos.

A Edward no podía importarle menos. Había terminado de huir. Era momento de enfrentar la realidad, su realidad. No iba a esperar hasta estar a punto de perderlo de nuevo. Él tenía que saberlo.

Tenía que saber que Edward lo amaba. Lo amaba tanto, que aún corriendo el riesgo de ser rechazado y repudiado por él le diría, le hruraria sus sentimientos sin importarle nada más, porque ahora era todo su mundo, y nada más importaba.

— Edward...y-ya sueltame — susurró el cachorro con las mejillas rojas de vergüenza, pero ¿cómo podría? ya no tenía las fuerzas necesarias para estar lejos de él, no podía y al diablo con todos. No quería, podía ocultarlo más.

— No quiero....no puedo, ya no — escuchó jadeos de sorpresa de todos  y el gritico emocionado de Emmett, pero él sólo podía poner toda su atención en el hermoso rostro sonrojado del chico debajo de él, sus labios a esta distancia se veían más apetecibles.

Entre el Crepúsculo y el Amanecer [Edward x Jacob]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon