cap.16| No es tan desagradable

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[4/5]

— ¿No vas a ir hoy tampoco? — pregunta Seth asomando la cabeza dentro de su habitación. El chico llevaba consigo un bote de helado de chocolate. Jacob no entendía cómo es que el enano podía comer tanto de eso sin terminar con un dolor de estómago infernal.

— Ya te dije que no, solo estoy perdiendo mi preciado y, cabe destacar, muy escaso tiempo con eso. Está claro que nunca seremos "amigos" — respondió con hastío. El solo hecho de pensar en volver a pasar tiempo con el murciélago ese, le creaba ansiedad y un nudo en el estómago y eso le desagradaba, mucho.

Sam y el instituto no le dejaban mucho tiempo libre y el poco que tenía, y que debería estar invirtiendo en hacer algo que si le genere interés, lo estaba perdiendo jugando a la casita con la copia barata del Conde Drácula.

Era una reverenda estupidez.

El chico se adentró en la habitación del todo, mirándolo con sus agudos ojos castaños y juzgando hasta los pecados que aún no había cometido por su empeño en negarse a ver al Drácula de Forts. Era obvio que no entendía una mierda de lo que Jacob estaba pasando. En menos de un mes pasó de ser enemigo del vampiro por el que competía por el amor de una chica, a ser su "alma gemela". Por favor, alguien tenía que entenderlo.

— Jake...— le reprochó, estaba en modo mamá gallina. En cualquier otra ocasión eso lo había hecho reír, pero no le gustaba ser el blanco de sus reproches. Daba miedo ese chiquillo.

— No Seth, no digas nada, no sabes lo malditamente difícil que es para mi todo esto y él no pone de su parte. Quizás fuese más fácil si él no fuese tan... Él — bufó, aún no olvidaba que le haya restregado en la cara que le había quitado a Bella y él había perdido en la guerra de amor silenciosa que tuvieron librando durante meses. Aunque la chica no le interesara en lo más mínimo actualmente, le molestaba el hecho de perder ante la Garrapata. No, él nunca perdía, menos ante su peor enemigo.

Era un Black, por amor a la Luna, y los Black siempre quedaban de pie.

— Pero por lo que vimos, no es que tú hayas estado muy dispuesto a colaborar tampoco — reprendió Paul, que estaba callado "dibujando" en una vieja libreta. Si es que se le podía llamar dibujo a esa cosa deforme que tenía plasmada en la libreta.

¿Eran esos círculos infernales unos ojos dorados? Aunque era lo único rescatable de su intento de arte abstracto, eso y el... Esperaba que esa maraña fuera cabello rizo.

Miró horrorizado a su amigo gruñón en cuanto trazó una lanza justo en el pecho de... Lo que fuera que dibujó.

Y sonreía, una sonrisa maníaca y excesivamente dulce. Si no lo conociera mejor podría llegar a creer que estaba enamorado. Bueno, si a eso se le podía llamar una forma de mostrar amor.

Pero era Paul, entonces tenía sentido.

Por Dios, qué clases de amigos se gastaba. Si pensaba dedicarse a eso para vivir es mejor que se fuera buscando otra profesión, porque lo veía debajo de un puente comiendo arena a como siguiera ese camino.

Ignorando la creciente esquizofrenia de Paul, recordó que los muy idiotas habían visto toda su plática — discusión — porque junto a los hermanos vampiros decidieron que era bonito escuchar conversaciones ajenas pasando desapercibidos, porque se echaron toda una colección de perfumes encima.

Eran unos desgraciados, que se divertían a costa suya. Es que últimamente su vida parecía reality show.

Seth pareció entender sus pensamientos, pues le dio una mirada apenada.

Entre el Crepúsculo y el Amanecer [Edward x Jacob]Where stories live. Discover now