DIEZ

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La joven Hyuga no entendía lo que ocurría reciente en estos días. Ya que al principio pensó que todo fuese una simple broma o un mal entendido. Pero al pasar los días todo iba intensificándose.

Todo había comenzado luego de la conversación con el líder del equipo diez Shikamaru Nara. Que al terminar de despedirse, un rubio salió de entre la nada y los había interrumpido de una manera descortés.

Ambos se quedaron desconcertados por la actitud del rubio, pero no le habían dado importancia. Shikamaru solo dijo que era una molestia y se fue. Pero algo dentro de Hinata sabía que no era normal.

Ya habían pasado varios días cuando otro incidente parecido ocurrió con un chico que acababa de ascender a Chunnin. La joven de ojos luna junto a la Hokage fueron las encargadas de entregar los chalecos distinguidos. A simple vista no parecía nada fuera de lo común. Pero el chico se sonrojo ante la dulzura de la Hyuga, y para su mala suerte un rubio presenció tal acto.

Naruto llevaba días  observando tales actos de partes de ninjas desconocidos. Ante sus ojos, todos querían poner sus ojos ante Hinata. No lo entendía, no sabía por qué ahora todos querían invitar estar al lado de ella, coquetear con ella.

Y entonces una idea pasó por su mente, y su sangre hirvió de una manera inimaginable.

Hinata era una chica dulce. Ella siempre veía por los demás, además de ser una buena amiga, era una estupenda kunoichi. Era más que obvio que muchos estuviesen detrás de ella.

Enojado y celoso. Naruto se encerró en su hogar, estaba harto de ver como todos querían llegar a Hinata.

[Vaya vaya mocoso ] — Naruto rodó los ojos al escuchar esa voz.

[ No sabía que podías sentir ese tipo de emociones.]

Kurama llevaba días viendo como un espectáculo lo que ocurría con su jinchuriki. Le parecía una gran diversión verlo todo un manojo de nervios, y después de todo lo ocurrido hace meses, esto era como unas vacaciones.

— ¿Ahora qué quieres?

[ No sabía que el mocoso estuviese celoso. ]

¿Celos?

— Yo no soy celoso. Solo me preocupo por Hinata.

Kurama comenzó a burlarse, está situación parecía tan divertido.

[Hinata está bien hombre. El que no lo está eres tú.]

Cansado y harto de que se burlara de él, lo dejó hablando solo. Se dió una ducha rápida y se metió a la cama.

Pero en toda la noche no pudo dormir, no sin imaginarse que alguien más estuviese al lado de Hinata.

Obsesión - NaruhinaWhere stories live. Discover now