VEINTE

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Konoha se encontraba en un lapso de tiempo de paz. Las misiones importantes redujeron y las pocas que se encontraban disponibles eran para los ninjas de bajo rango. La mayoría de las personas se dedicaban a realizar las tareas pendientes , otras lo tomaban como unas vacaciones, y las demás dedicaban ese tiempo para entrenar. Y es que después de la tormenta que se vivió aquella ocasión las heridas que dejó todavía estaban sanándose.

Naruto aquella ocasión comía en Ichiraku, estaba ansioso por devorar aquel platico que adoraba inmensamente. Comía plato tras plato, y es que su última misión de rango B le dejó un buen dinero y nada mejor que gastarlo en ramen. Acababa de terminar su tercer plato cuando Sakura llegó al lugar y se sentó a su lado. Después de mucho tiempo se encontraba feliz de ver a su amiga, y es que tenía tiempo sin hacerlo.

- Sakura chan- Saludó el rubio con el tazón entre sus manos.

- Hola Naruto. Vaya, si que tienes hambre hoy... ¿Vas a comer muchos más?'

Este asintió en respuesta.

-Oh genial, entonces yo pago la siguiente ronda.

Sakura ordenó el mismo plato que Naruto, y es que el chico pensó que también ella se moría de hambre como él antes de comer. Obvio no comería la misma cantidad, pero estaba disfrutando la compañía que tenía.

Tiempo después los compañeros de equipo se ponían al corriente de las noticias nuevas. Y es que por lo que supo, su amiga tenía una misión secreta por parte de la hokage. Pero todos sabían que tenía que ver con Sasuke, y por primera vez en mucho tiempo pensó en el. Desde que llegó a la aldea no conversó mucho con su ex compañero de equipo. Solo se había alegrado de su llegada y después tuvo que enfrentarse a los extraños sueños que se volvieron recurrentes.

Con mucha duda le preguntó a Sakura si era buena idea ir a visitarle. Esta al escucharlo inmediatamente se negó, protestando que era una de las peores ideas que podrían haberse ocurrido. Mientras trataba de convencerla su amiga le propino un golpe que lo dejó mal herido un tiempo; cuando se recuperó Sakura ya no estaba.

Mientras tanto en la mansión Hyuga, Hinata había decidido pasar la tarde en casa. Todavía se encontraba eufórica por lo sucedido en la noche anterior. Ella sabía que era incorrecto mezclarse con Naruto por el simple hecho por ser el interés amoroso de su amiga.

Pero no podía engañar a su cuerpo y mucho menos a su corazón. Y es que su piel se había incendiado con las caricias inocentes que le proporcionó el chico que amaba desde hace ya mucho tiempo.

Una mezcla nueva de emociones nuevas aparecieron en una sola noche y se encontraba exhausta. Y lo peor es que no se concentraba en las actividades de la mansión.

Se encontraban las hermanas tomando el té que la mayor había hecho. Al principio lo derramó al servirle a la pequeña Hanabi, luego se equivocó y casi rompe una taza. Se sentía torpe, y lo peor era que su hermana se estaba dando cuenta.

- OneeSama - Chilló Hanabi al ver a su hermana actuando de tal manera. Su hermana no era de las que se equivocaba en las tareas sencillas.

- Lo siento Hanabi. No me siento yo el día de hoy.

Las hermanas se miraron a los ojos, como si pudieran comunicarse de una manera especial. Y es que después del ataque a la aldea, se habían vuelto más unidas por el simple hecho de tener miedo de no volverse a ver.

Y es que al ser la hermana menor, era muy madura para su edad. La palabra tabú no existía para Hanabi. Y si trataba de hablar de lo ocurrido haría un escándalo.

Obsesión - NaruhinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora