VEINTICUATRO

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Hinata abrió los ojos en sorpresa. Quién diría que su paseo nocturno daría resultados después de todo. Aún así no sabía cómo reaccionar ante el. No se había preparado mentalmente para está situación, aún no se encontraba lista para ello.

Naruto lucía despreocupado, con sus manos metidas en los bolsillos y los pies cruzados ante la cerca.

Era apuesto. Era jodidamente apuesto. Su cuerpo hormigueaba ante la presencia del rubio. Como un cosquilleo que recurría su espina dorsal, todo ese sentimiento al mismo tiempo y era sumamente incómodo para Hinata.

Quería desmayarse antes que enfrentar aquella figura masculina que parecía esperar por ella. Su respiración hiperventilaba ante la situación. 

En cambio el rubio parecía ajeno al ataco cardiaco  que Hinata sufría. Solo estaba de pie mientras pensaba como iniciar aquella conversación incómoda. Y si que lo iba a hacer. En primera porque no sabia como iba a tocar el tema de la invasión de Pain a la aldea, en el momento exacto en el que la Hyuga audaz mente saltó a su ayuda. También el momento en que ella estuvo a punto de morir, decidiendo al fin indicar sus sentimientos sin importar las circunstancias.

Todos los que supieron aquella situación se lamentaron por ella. Y como no hacerlo si había dado su vida sin siquiera recibir un rechazo por parte de este. 

Aquel entonces no sabría si aceptaría o no a Hinata. Aún se encontraba en duelo por la pérdida de Jiraiya sensei como para pensar en cosas del corazón . Así que aquella confesión no fue bien escuchada, ignorando el hecho de estar clavado en el suelo.

¡Había sido realmente difícil!

Pasó un largo momento en el que Hinata permaneció en su lugar sin avanzar. Esto preocupo a Naruto de cierta manera. Tal vez era un idiota, pero no creía que fuese una razón válida para que ella no se acercara a el. Es por el mismo motivo por el que decidió esperarla en frente de la mansión Hyuga. Temía que ella lo viese y lo esquivara, para después decir que no lo había visto y seguir como si nada. 

Naruto tomó valor y caminó directo hacia ella. Sus paros eran lentos para evitar que se asustara. Cuando estuvo cara a cara ambos chicos se sonrojaron casi como un reflejo. Estando a esa distancia tan peligrosamente corta ambos apreciaron los rasgos del otro. Naruto veía con anhelo los ojos puros que representaban al byakugan, y pensó que tal vez ese brillo era característico de ella. En cambio Hinata se perdió en los zafiros que Naruto poseía.

- Hinata...-. Susurró Naruto. Al escuchar su voz pronunciar su nombre de aquella manera erizó nuevamente la piel de la chica.

-Naruto-kun...-. Naruto sonrió al fin, y es que hace tiempo que no lo llamaba así. Tiempo que no lo llamaba por ese honorífico que había extrañado sin darse cuenta.

-¿Qué pasa?-. Preguntó Hinata casi para si misma. 

- Yo... mmm...-.

Naruto no sabía como empezar. Sus manos comenzaron a sudar sin darse cuenta. Mientras balbuceaba  veía la cara de confusión de ella, como su expresión cambiaba de miedo a no entender lo que estaba pasando.

En ese momento deseo no haber sido tan impulsivo después de que Sai dejó su hogar y valientemente busco a la Hyuga para hablar con ella. Primero pensó que se encontraba en la mansión. Pero al verificar con su modo sabio que no estaba decidió quedarse.

Ahora deseo haber hecho un plan y no correr a la primera. 



Obsesión - NaruhinaWhere stories live. Discover now