Uno

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[Einar]

Poco más de cuatro años habían pasado desde aquella vez donde había visto a mi mate, aún no me perdonaba como la había dejado ir, aún mi lobo Kenai no me lo perdonaba.

Aún recuerdo lo feliz que me sentí cuando creí que estaba despertando a su lado, cuando a mi nariz llegó su exquisito olor a jazmines y menta, las emociones que se despertaron en mí, la sensación de satisfacción, el amor que me recorrió el cuerpo. Para después darle paso a la desesperación y la furia, cuando abrí los ojos y no la vi en mi habitación casi caí en la locura, con mis hombres la buscamos por toda Las Vegas, pero no logramos encontrarla, no estaba por ningún lado, se había esfumado. Si no fuera porque al entrar a la habitación aún seguía su exquisito aroma, hubiera pensado que todo se trataba de un mal sueño.

-Alfa – Anoki, mi Beta y mejor amigo, abrió la puerta de mi despacho y se adentró a él.

-¿Qué sucede Anoki? – pregunté en tono serio, desde que la había perdido, mi vida era totalmente monótona, y mi humor era el peor. El Alfa bueno al que la gente apreciaba se había ido, y uno frío y malhumorado había llegado, pero no podía ser de otra forma, cada vez me hundía más en mi depresión.

-Necesitamos que vayas a Seattle por la empresa, hace casi cuatro años no la pisas, las cosas comienzan a descontrolarse.

-¿Para eso no estás vos? – le pregunté alzando una ceja. A parte de ser el Beta de la manada era el vicepresidente de todas mis empresas.

-No es lo mismo que vaya yo a que vayas el jefe y lo sabes. A parte necesitamos una nueva constructora para el nuevo hotel, tú despediste la anterior. Ya hable con Andrew y está buscando nuevas propuestas – me dijo y yo bufé.

-Ve tú.

-¡Deja de ser caprichoso! Hace dos años no sales de la manada, así no vas a encontrar nuevamente a tu mate, mira si la ves en Seattle – me regañó y si fuera cualquier otra persona le hubiera arrancado la cabeza, nadie me hablaba así.

-No vuelvas a hablarme así – le exigí con voz de Alfa y él bajó la cabeza en señal de respeto – Ella me rechazó, no tiene sentido que la busque – una fuerte opresión en mi pecho se instaló al decir eso y mi lobo aulló con dolor.

-Es una humana, seguramente se asustó por haberse acostado con un hombre que no conocía y se fue, tú en ningún momento le dijiste que eras.

-Ella dijo que era mía y al otro día se fue.

-Y también dijiste que estaba borracha, posiblemente todo lo dijo dejándose llevar por el calor que sentía. Ella misma te dijo que nunca se había acostado con un hombre que acababa de conocer, estoy seguro que se asustó – me intentó reconfortar mi Beta, pero yo solo negué con la cabeza y bufé – De todas formas, esto va más allá de tu mate, te has ausentado de las empresas y comenzaron a bajar los inversionistas, necesitamos que vuelvas al ruedo – me dijo con voz seria mientras me tendía una carpeta.

Yo tomé la carpeta y comencé a ojearla, mientras veía que las palabras de Anoki eran reales, los inversionistas habían bajado, así como los ingresos, tendría que aprender a vivir con este dolor y comenzar a ser un real Alfa, muchas familias dependían de mí.

-Que preparen el jet para mañana de tarde – le dije a Anoki y él asintió con una sonrisa.

-Te mando todo lo necesario – me dijo mientras se paraba para irse de mi oficina y cumplir mis órdenes.

Me recosté en mi silla al tiempo que cerraba los ojos y su imagen venía a mi cabeza, su pelo negro ondulado, sus ojos negros y brillosos, su nariz chiquita, sus deliciosos labios, los pocitos que se formaban en sus mejillas al sonreír. Sus largas piernas, su pequeña cintura y sus pechos que eran del tamaño perfecto. Ese delicioso aroma a jazmín y menta, y su sensual y suave voz diciéndome que era mía. ¡Mierda! Una enorme erección había logrado alojarse en mis pantalones, suspiré frustrado mientras me encaminaba hacia mi baño, necesitaba una ducha de agua fría. Desde que había conocido a mi mate no había estado con ninguna mujer, lo había intentado, pero mi lobo Kenai se negaba y terminaba echándolas.

Luego de un eterno baño de agua helada volví a mi despacho, donde ya estaban todos los papeles que debía leer para poder tratar los asuntos de mi empresa, cuatro años habían sido los que me había ausentado, ya era hora de volver, era hora de volver a tomar las riendas de mi vida.

(***)

La noche anterior había llegado a Seattle y ahora me encontraba en una reunión con una de las posibles constructoras que me estaban presentando un proyecto para el nuevo hotel que haría en esta ciudad. Presté la mayor atención posible, sentí como había perdido el ritmo de los negocios, me costaba fijar mi atención durante tanto tiempo, pero aun así puse todo mi esfuerzo.

-Muchas gracias – me despedí de ellos y me encaminé hacia mi despacho con Andrew y su secretaria pisándome los talones.

-¿Qué le pareció? – me preguntó Andrew una vez que llegamos a mi oficina.

-Necesito café – le dije a su secretaria, quien asintió con nerviosismo y desapareció de nuestra vista.

-Caro, y los materiales que utilizan no son muy buenos – dije mientras miraba la carpeta que habían dejado.

-Es la cuarta empresa que vemos – dijo con nerviosismo.

-Y veremos todas las necesarias – sentencié y Andrew asintió con la cabeza - ¿Programaste la reunión con el personal?

-Para las cuatro – me aseguró y yo asentí con la cabeza mientras seguía leyendo esos papeles.

Había decidido realizar una reunión con los jefes de cada área, para que vean que había vuelto y que no iba a permitir que nuestros números sigan bajando a ese ritmo, necesitaba estimularlos, y por qué no, darles un poco de miedo, lamentablemente así funcionaban algunas personas.

-Su café señor – me dijo la secretaria de Andrew, tendría que aprenderme su nombre.

-Gracias – dije mientras tomaba la taza entre mis manos – Pueden retirarse – pedí haciendo un gesto con mi mano, ambos se retiraron sin decir palabra alguna y yo comencé a preparar el discurso que le daría a mis empleados. Sin lugar a dudas no extrañaba en lo más mínimos mi trabajo en la empresa, a mí me gustaba mi vida en la manada, me gustaba el aire libre, el olor a bosque, cada vez que iba a una ciudad me sentía enjaulado.

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Buenaaaaas, acá vengo a dejarles el primer capítulo de esta historia.

Muchas gracias por leer, comentar y votar ❤.

Arriba les dejé una foto de como yo me imagino a Einar, pero ustedes lo pueden imaginar como más les guste.

El sábado vuelvo con otro capítulo más, voy a subir todas las semanas al menos dos días, seguramente sean los lunes y viernes.

Un beso grande para tod

Una Humana para el AlfaWhere stories live. Discover now