Veintiséis

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[Aitana]

Corría lo más rápido que podía, sabía que eso era lento, pero no era uno de estos seres sobrenaturales, me dejaba guiar por la mano de Anoki que me llevaba casi volando, en sus brazos tenía a Kilian, quien miraba todo asustado.

-¿Falta mucho? – pregunté casi sin aire.

-Casi llegamos Luna – me dijo Anoki con una voz seria que nunca sentí en él - ¡Mierda! – gritó.

-¿Qué pasa? – pregunté asustada.

-Nos están alcanzando, debes ir más rápido.

-Anoki, no puedo ir más rápido, corre tú con mi cachorro y luego vuelve por mí, necesito que Kilian esté a salvo – le exigí pero él negó rápidamente con su cabeza.

-No voy a dejarte sola, no falta mucho para que nos alcancen, no vas a poder con ellos.

-Anoki es una orden – le dije y me sorprendió lo gruesa que salió mi voz, él paró abruptamente y me miró sorprendido, agachó su cabeza en señal de sumisión y asintió.

-Enseguida vuelvo, lo prometo, tu sigue corriendo en esa dirección – dijo señalándome frente a nosotros.

-Mami te ama Ki, nos vemos en un ratito, haz caso al tío ¿sí? – le dije a mi hijo y besé su frente.

-Te amo mami – me dijo él, asentí hacia Anoki y él corrió a una velocidad sobrenatural, yo suspiré y comencé a correr detrás de ellos, pero mis piernas realmente no daban más, estaba agotada, pero tenía que seguir, por mi Alfa y mi pequeño hijo.

-¿A dónde va tan apurada Luna de la manada Moon White? – me dijo un hombre parándose justo frente a mí, yo grité del miedo que me dio y me caí cuando intenté frenar – Estúpida y débil humana – el cinismo en su voz paró todos y cada uno de mis pelos.

-¿Qué quieres? – dije mientras me levantaba, aparentando valentía, seguramente podía escuchar los latidos rápidos de mi corazón, aunque no sabía si era por el miedo que tenía o por todo lo que había corrido, necesitaba hacer tiempo hasta que llegue Anoki.

-Que quiero... es una curiosa pregunta. Lo que quiero es probar esa deliciosa sangre que tienes, huele delicioso y seguro que sabe igual – dijo acercándose peligrosamente a mi cuello mientras me olía, mi corazón aumentó rápidamente sus latidos, tenía muchísimo miedo – Preciosa – acomodó un mechón de mi pelo detrás de mí oreja – no estoy autorizado a probarte, y tengo que llevarte sana y salva a tu nuevo hogar, así que sería de mucha ayuda que los latidos de tu corazón disminuyan.

-Vamos de una vez – dijo un tipo detrás de mí, yo salté en mi lugar, no me había dado cuenta que eran dos – puede llegar algún perro.

-¡Vamos! ¿No tienes ganas de divertirte con esta hermosura? – tocó mi cara y yo di un paso para atrás, me daba asco que me toque.

-Tengo muchas más ganas de vivir, si no la llevamos tal cual como la encontramos el Conde va a matarnos – percibí un poco de miedo en la voz del chico que estaba detrás de mí. El que estaba frente a mí puso cara de disgusto.

-¡Aléjate de ella! – escuché a Anoki al mismo tiempo que se convertía en un enorme lobo gris, aunque más chico que el de Einar. Suspiré de alivio y me hice a un lado, mientras veía como el lobo de Anoki peleaba contra esos dos vampiros, cuando pensé que él estaba ganando fuimos rodeados por más de cinco vampiros, pero Anoki no se dio por vencido, siguió luchando hasta que su enorme cuerpo lobuno cayó inconsciente.

Una Humana para el AlfaWhere stories live. Discover now