Treinta y Siete

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[Aitana]

Hoy es el día de mi coronación como Luna de la manada White Moon, me encuentro en mi habitación mientras Aila y algunas chicas de la manada me ayudan a aprontarme para esta misma noche, desde la mañana que no veía a ninguno de mis dos lobitos y eso me tenía bastante ansiosa, eso y todo lo que había acontecido en estos pocos días que han pasado.

Suspiro mirando a Aila que se encuentra distraída maquillándome, me sonríe cuando ve que la observo pero sé que sus ojos no tienen su brillo de picardía que siempre tiene. Por más que no lo demuestre, sé que no se siente bien con lo que está pasando, pero intenta ocultarlo con bromas y su humor de siempre.

Hace dos días llegaron Anoki y Otto, ambos con noticias no muy alentadoras, no eran muchas las manadas que habían decidido unirse a una lucha contra el Conde Maksim, pero Einar tenía la esperanza de esta noche poder hablar con los Alfas que iban a venir para la coronación, Aila aseguraba que ahora que la manada tenía Luna íbamos a conseguir el apoyo de más manadas, pero nada era certero, mientras vivíamos con el miedo de que nos puedan volver a atacar en cualquier momento.

-Estás pensando en muchas cosas y no te estás permitiendo sentir, estás a horas de coronarte como Luna, ¿acaso sabes lo que eso implica? – me pregunta Aila mirándome con una sonrisa divertida, pero aún puedo ver como sus ojos perdieron su brillo característico.

-Si te soy sincera, no mucho – ella ríe y niega con la cabeza.

-Tiene un Alfa bastante tonto, ¿cómo no va a explicarte?

-¡Ey! No hables así de mi Lobito – le digo frunciendo su ceño, ella levanta ambas manos en son de paz mientras sigue riendo.

-Esta manada va a tener a la Luna más radiante – me guiñó un ojo – sé que no sabes mucho de este mundo, pero también sé que vas a ser una gran Luna – me aseguró apretando mi mano con cariño, yo le sonreí.

-¿Pertenecerás a esta manada? – ella suspiró un poco derrotada y no me gustó eso, no me gustaba verla tan apagada.

-No lo creo, pero todo puede suceder – me regaló una pequeña sonrisa y me pidió que cierre mis ojos para poder continuar con su trabajo.

-Es un buen hombre, y va a terminar aceptando lo que los une...

-Luna, no quiero hablar del tema – me cortó y yo suspiré mientras asentía con mi cabeza - ¡quédate quieta! – se quejó y yo dejé de moverme – Cuando la ceremonia termine, vas a estar unida a la manada, ¿sabes lo que eso significa?

-Algo me explicaron, voy a poder sentir lo mismo que ellos, y voy a poder hablar telepáticamente con todos, no solo con Einar.

-Una forma muy básica de verlo, pero sí – me dijo Aila y ambas reímos – Debes mejorar tus conocimientos respecto al mundo sobrenatural Aitana, eres una Luna.

-Lo sé, es que han pasado tantas cosas en tan poco tiempo que no he tenido tiempo de nada, pero luego de la ceremonia me sentaré a estudiar – aseguré y ella asintió con su cabeza, no muy convencida.

-Bien, ya estás pronta, es hora de ponerte el vestido – me animó y yo me paré en mi lugar. Aila sacó a todas las mujeres de mi habitación y procedió a ayudarme a ponerme el vestido – Ya se está notando – dijo poniendo una mano en mi abdomen un poco abultado, mientras yo me encontraba en ropa interior frente a ella.

-Sí que lo está haciendo – dije sonriendo.

-¿Qué quieren que sea? – me preguntó con una sonrisa animada, esta vez sí le llegaba a sus ojos.

Una Humana para el AlfaWhere stories live. Discover now