C A P Í T U L O - 9

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¿Por qué esto parecía como si un león había encontrado a un pobre e indefenso conejo como su próxima comida?

Porque me sentía el conejo.

Saludé a cada uno en la mesa, la señora era muy elegante, y el padre de Young-Do era demasiado serio. Rachel solo estaba sorprendida, pero después no le prestó mayor atención, aunque si se quedó analizando la situación. Luego de los saludos y presentaciones todos siguieron hablando.

-Así que bienestar social ¿Eh? -sonrió.

Lo ignoré.

Young-Do se acercó a la mesa para que así lo escuchara más, lo observé de nuevo, pero ahora su mirada era más intensa, tratando de analizarme o analizar mi mentira quizá.

- ¿Qué? –pregunté por lo bajo.

-Me sorprendes za... -el rio. –Amber. –pronunció mi nombre de una manera fuerte. Logrando que me empezara a sentir nerviosa.

Lo ignoré de nuevo y decidí prestar atención a la conversación que estaban teniendo los mayores en la mesa. Hablaban solo sobre hoteles, ropa. Que aburrido, pero era mejor que tener que escuchar la odiosa voz de Young-Do.

Sin embargo, no se detuvo. Me empezó a molestar golpeando mi pierna, levemente, con su zapato. Lo volteé a ver, pero ahora ya desesperada.

Luego de pocos minutos nos trajeron la cena. Como siempre, empecé a comer normal. Pero al parecer mi "normal" no lo era aquí. La madre de Rachel se me quedó viendo raro, pero luego hizo una pequeña sonrisa. Ni comer bien puede uno.

Iba a tomar un poco de ensalada, pero al mismo tiempo Young-Do decidió acercar su mano, pero al toparla con la mía, él la alejó como si hubiera tocado algo eléctrico, pero lo lamentable fue que eso ocasionó que mi vaso de fresco se cayera sobre la mesa y que también cayera sobre una parte de mi vestido y mi pierna.

Me alejé rápidamente y me levanté para no seguir mojando mi vestido.

-Young-Do. –volteó a verlo su padre con una expresión más seria.

-Perdón, no sabía que el vaso estaba ahí.

-Descuida, no te preocupes –murmuró mi madre.

-Con permiso, ahora regreso. –me encaminé al baño de nuevo, entré y empecé a limpiar el desastre que el odioso había hecho. No podía dejarme en paz ni un día. Suspiré.

Luego de ver que quizá ya todo estaba al menos, no mal, salí. Sin embargo, una mano tomó mi brazo sorprendiéndome en el proceso y me asusté cuando vi a Young-Do cerca de mí.

- ¿Qué quieres? –susurré.

-Sabes, me sorprendes. –sonrió. –Nunca lo creí, pero al parecer me das más curiosidad de lo normal.

No dejaba de verlo, él llevó sus ojos a mi cuello y al resto de mi vestido, deteniéndose en la mancha oscura que se veía gracias a su travesura, regresó su vista a mis ojos.

-Prepárate, princesa. Ya no será fácil librarte de mí –sonrió.

Dejándome ahí, sin palabras.

Aish, lo odio.

-Prepárate también, que no será fácil enfrentarte a mí. -susurré.

Y regresé a la mesa.

~💫~

El día anterior al final todo marchó normal. Young-Do ya no volvió a hablar, compartí otras pocas palabras con Rachel y luego sus padres solo se despidieron.

Ahora ya estaba de regreso a la secundaria. Solo esperaba que no hubiera sorpresas indeseadas.

Luego de que el chófer del auto se detuviera en la entrada principal, agradecí y salí. Me encaminé a mi casillero, y algo que nunca había sucedido ocurrió.

Algunas chicas y chicos que nunca había visto me saludaban y me sonreían. Yo medio sonreía ante sus saludos con un gran signo de interrogación.

Me acerqué a mi casillero y al abrirlo muchos papeles y notas que evidentemente no eran míos salieron volando.

Mi ceño se frunció más por la duda sobre que eran esos papeles que no reconocía.

Me agaché y empecé a levantar todos. Cuando los tuve, empecé a leerlos. Eran solo papeles sin información ¿Qué carajos?

-Bonita sorpresa ¿No?

Su molesta voz se hizo presente.

-Eres muy infantil. -respondí sin verlo. Cerré mi casillero y me acerqué al bote de basura para tirar todos los papeles. Regresé.

- ¿Eso crees? -sonrió.

Luego de eso, empecé a caminar, pero él decidió seguirme también. De la nada otras chicas que no conocía se me acercaron.

-Hola, haremos una fiesta en mi casa, eres bienvenida a asistir y nos encantaría que seamos amigas -hablaron con un todo de voz muy hipócrita para mí.

-Ah ¿Gracias? -y recibí la invitación que me estaban entregando.

Luego se fueron.

-Parece que empiezas a ser famosa.

-Cállate Young-Do. -volteé a verlo y empecé a sospechar. -Si llego a descubrir que tienes algo que ver en esto te mataré.

-Que miedo.

Y se marchó.

A los pocos segundos, otra persona se acercó a mí.

-Al parecer ya todos saben quién eres.

Observé a Rachel sin entender lo que decía.

-Todos hablan sobre la futura heredera del empresario Goo. -Abrí mis ojos con temor. -Bienvenida al mundo "heredera" -y se fue.

¿Será...? Dejé mi pregunta al aire, ya que al entrar a mi salón de clases en el pizarrón se encontraban pequeños papeles con mi foto y el nombre de la empresa de mi padre... Padrastro.

Me acerqué y empecé a leer.

"Amber Cowen. Futura heredera de empresas Goo".

"Y se hacía pasar por bienestar social ¿Acaso no quiere compartir su fortuna?"

Arranqué las hojas y las tiré a la basura.

Las personas en el salón empezaron a murmurar sobre mí, ignoré a todos y solo recosté mi cabeza en el escritorio.

-Hey, Amber.

Observé a quien llamaba mi nombre ¿Kim Tan?

- ¿Si? -levante mi cabeza.

- ¿Estás bien? -alce una ceja.

-Supongo, solo quiero matar al que lo hizo.

Él rio.

-Justo está entrando. -voltee mi cabeza hacia la entrada y si, era él.

Me las pagarás.

Al ver que lo observaba solo hizo otra de sus odiosas sonrisas y luego se sentó en su lugar.

Las clases iniciaron, al final del día, de nuevo me hablaron y pidieron ser mis amigas o amigos y solo fingía una sonrisa para salir corriendo de un mundo que no pertenecía.

Todo por Young-Do, debía empezar un plan de venganza.

Sí, eso haré.

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Una pequeña actualización 🤍

Gracias por el apoyo que le están brindando al fic, lo agradezco bastante.

Espero les gustará y esperen prontas actualizaciones 👑

The Heirs - Royalty | Choi Young DoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora