5. Altercado

806 47 0
                                    

Una noche después de las clases del profesor, un par de comidas incómodas y la insistente mirada de Palermo queriendo matarme subí a mi habitación deseando que todo a mi alrededor desapareciera. Estaba guardando de nuevo la radio de pilas dentro de uno de los cajones de la cómoda cuando la puerta se mi habitación se abrió rápidamente y detrás de ella estaba Tokio.

Su mirada no era la de siempre, llena de querer molestar solo por diversión sino que realmente estaba enojada. Me giré a verla.

— Escucha, me encantaría seguir con la fiesta y todo lo que quieras pero el Profesor se va a dar cuenta y estoy cansada —

— Que fiesta ni que ostias vengo a hablar contigo — cerró la puerta de un portazo y avanzó con fuerza, estaba decidida a hacer algo —y quiero que me digas toda la puta verdad —

No contesté enseguida, la miré a los ojos unos segundos intentando descifrar que había pasado. Tokio cerraba sus puños con fuerza, fuera lo que fuera que le hice no le gustó y estaba lista para golpearme, siguió acercándose lentamente y no me moví, no dejaría que nadie me intimidara, sonreí confundida.

— ¿De qué diablos hablas, que te pasa? — no sabía que tenía ese tono a la defensiva pero era justo lo que necesitaba ahora.

— No, que puta mierda te pasa a ti. Vaya que ir contándole mentiras a todo el mundo para hacerte la heroína no cuela, he— seguía sin entenderlo y ella seguía avanzando.

— Puta madre Tokio no sé de que hablas, no te entiendo —

— Palermo me lo confesó todo — ahora veía el problema, no solo la había convencido de que yo era la mala del cuento sino que también se consiguió a alguien lo suficientemente tonta para ensuciarse las manos por él — eres una hija de puta, una traidora ¿Creiste que no nos íbamos a enterar de lo sapo que eres? Dejando a Berlín a su suerte y no solo a él sino que también a Río ¿Estáis contenta, he? ¿Lo estáis? —

Sonreí sin querer creermelo.

— ¿Palermo? ¿Palermo te lo dijo? Pues te dijo puras pendejadas porque yo no dejé a nadie a su suerte mucho menos a Río ¿Es qué no lo entiendes? Te está usando como su puto matón porque no tiene los huevos para venir conmigo —

— Si si claro, y es mentira solo porque lo dices ¿No? Tu metiste a ese chaval en primer lugar y Berlín, es un cabrón pero no se lo merecía. Hija de puta —

Y como si no hubiera escuchado nada de lo que dije sobre Palermo levantó su puño dejándolo caer sobre mi cara, me cubrí enseguida pero me empujó contra la cómoda tirando todo lo que ahí se encontraba, la radio se hizo añicos así como un vaso de cristal. Apenas si pude susurrar "mierda" cuando empezamos a forcejear, en uno de esos movimiento la golpeé en el estómago con una patada y la alejé, intentaba recomponerme pero tan rápido como la alejé se acercó de nuevo, me tumbó en el suelo y ella arriba de mi empezó a golpearme la cara, está vez no alcance a cubrirme y la sangre corrió por mi boca. Ya molesta y cegada por la adrenalina, logré darle un golpe en la costilla, se hizo a un lado, la tire al suelo e hice exactamente lo que ella, la golpeé una sola vez en la cara pues la voz del Profesor me hizo detenerme.

— ¿Qué está pasando aquí? —

Estaba apunto de golpearla de nuevo pero un par de brazos me levantaron y me alejaron de ella. Todo pasó muy rápido. Los demás llegaron en cuestión de segundos, el primero fue Berlín que notando lo que pasaba sujeto a Tokio quien seguía intentando pegarme, lanzaba patadas y yo solo quería levantarme del suelo, Denver corrió a ayudarlo y Nairobi se colocó entre ambas, Helsinski me levanto con ayuda del Profesor, y entre gritos, preguntas, golpes al aire y una confusión grupal nos alejaron una de la otra.

Un nuevo castigo [Berlín]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora