Regla 4: El roce hace el cariño.

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Al otro día por la mañana, Ellie tocó a mi puerta. Supuse que venía a disculparse por lo del beso, no es que quisiera que se disculpara, pero… déjenlo, ni yo mismo me entiendo. Abrí la puerta luego de mirar por la mirilla y comprobar que se trataba de ella.

— ¿Qué necesitas, Ellie? —le pregunté algo cansado.

—Eh, Ian, ¿sabes si el súper abre los domingos? Me he quedado sin azúcar otra vez —masculló ella lanzando un suspiro al aire.

—No lo sé, Ellie, supongo que sí —balbuceé angustiado. Ahora tendría que seguir buscando una novia de pega para ir al Baby Shower de mi hermana.

— ¿Puedo pasar? Tengo que hablarte de algo importante —me pidió, llevaba en sus manos el pote donde guarda el azúcar.

No quería dejarla entrar, pero tenía que darle el beneficio de la duda. Después de todo, ella solo quería ayudarme y yo pensaba beneficiarme de eso para finalmente, lograr que se fijara en mí. Me eché a un lado y ella entró como perro por su casa. Yo llevaba mi pijama puesto todavía, y ella tenía puesto una blusa blanca de mangas largas con un overol corto de mezclilla. Se veía genial.

Después de sentarse en mi sofá y dejar el pote del azúcar en la mesita de centro, habló.

—Tenemos que hacer un plan de cómo nos conocimos. De lo contrario nadie se va a creer que somos novios —dijo Ellie.

Me acerqué a ella, parece que ayer no le quedó claro que ya no teníamos ningún trato.

—Ellie, anoche te dije que ya no necesito que seas mi novia de pega —le respondí —. Ya tengo quien lo haga.

Era mentira, pero quería ver su reacción.

— ¡De eso nada! Teníamos un trato, Ian. No puedes romperlo así como así —protestó.

—Claro que sí. Es lo mejor para los dos, Ellie —concluí satisfecho.

— ¡Ian! ¿A qué se debe tu cambio? —preguntó poniéndose de pie para acercarse a mí.

—A que volviste con tú ex y yo no pinto nada en esa historia —sentencié molesto.

— ¡Para el carro, Ian! Yo no he vuelto con ningún ex. ¿De dónde sacaste eso? —se acercó todavía más a mí.

Si tenía que ser sincero, en ningún momento se besaron o algo parecido, es verdad que todo podía ser idea mía, por mis celos.

—Yo los vi cómo se miraban —le dije con voz autoritaria.

—Eso es una estupidez, a parte, ¿a quién tienes para hacer ese papel? —preguntó ella y se sentó de vuelta en el lado del sofá donde antes estaba.

—Adele, mi ex mujer.

Ellie se quedó callada por un momento, con su rostro serio carente de cualquier emoción posible. Era mentira que tenía a alguien más para el papel de novia de pega, pero lo que no era mentira es que mi ex mujer apareció de nuevo en mi vida. Esta mañana recibí su llamada y salí a la reja de nuestro edificio para recibirla como si entre nosotros no hubiera pasado nada en el pasado. Me alegraba de verla, de tenerla de vuelta en mi vida, pero no de la misma manera que antes, solo como amigos.

—Supongo que… si es así, ya no necesitas mi ayuda. ¿Pero puedo preguntarte algo?

Se notaba cortada, en su voz se evidenciaba. Le hice un gesto con la cabeza para que preguntara lo que quería saber.

— ¿Qué pasó entre ustedes? Porque me dijiste ex mujer, por lo que supongo que estaban casados —insistió cuando me quedé callado.

—Nada. No pasó nada. Cosas por las que pasan todas las parejas.

13 Reglas para enamorar a tu Crush (Un Crush y varias reglas 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora