Capítulo 30

15.4K 1.5K 543
                                    

TAEHYUNG

El lunes amaneció nublado con nieve espesa cayendo en las calles de Seúl. Gente abrigadas hasta el cuello iban de aquí para allá, con algo caliente en manos.

Era de esperarse. Suspirando termino de alistarme con traje ejecutivo y un suéter cuello tortuga debajo de la camisa con el fin de mantenerme abrigado y por supuesto, tapar los chupetones morados que adornaban mi cuello como tatuajes

Me doy la vuelta sobre mi eje y observo a Bokshil, quien estaba mirándome con curiosidad desde la cama. Sonrío con cansancio

-Me miras así porque tienes hambre ¿verdad?- le pregunto, obviamente sin recibir una respuesta- Ven aquí...

El conejito salta a mis brazos y lo aprieto suavemente contra mi pecho. Cada día pesaba un poco más e iba creciendo, aumentando de tamaño. ¡Mi hijo se estaba poniendo grande!

A pasos lentos camino hacia la cocina y corto una variedad de frutas para que Bokshil pueda desayunar

-Tae, ven a desayunar, Hobie ya está aquí- anuncia Jimin desde el salón

-Seguro, ya voy- digo dejando el bol en el suelo permitiendo que Bokshil comenzara a comer- Come mucho bebé...

Inhalando camino con lentitud hasta el salón donde estaban mis amigos esperándome. Al momento de sentarme en el suelo, traté de no chillar cuando mis caderas recibieron una punzada de dolor

-Uff...-se me escapa. Respiro profundamente y froto mis muslos bajo la mesa con el fin de aliviar un poco la molestia que sentía allí.

Al subir la vista, trago saliva cuando ví a mis hyungs observarme con atención y preocupación. Cielos

-¿Estás bien Tae?- pregunta Jimin frunciendo el ceño. Asiento de inmediato algo sonrojado por ser un poco obvio- Es que caminas un poco raro, ¿te duelen las piernas o algo así?

Si supieras Jimin. Pienso avergonzado. Yo no estaba siendo dramático ni nada por el estilo, verdaderamente me dolía, y creo que estaba justificado cuando me acosté con Jungkook quién tenía, aproximadamente, una entrepierna de dieciocho centímetros, además de que tampoco había sido tan suave. Incluso fué mi primera vez, y eso lo hacía peor.

-Estoy bien- susurro mientras servía zumo de manzana a mis mayores- Es sólo que ayer decidí hacer un poco de ejercicios y me excedí- miento

-Oh, bien- dice convencido asintiendo- Debes hacer más para que se te quiten. De igual forma es bueno para tu salud...

Después de eso nadie dijo nada más y comenzamos a desayunar después de agradecer por la comida, Hoseok me lanzaba miradas que lo decían todo: Sé que estás mintiendo

Suspiro con culpabilidad masticando sin ganas el Dak galbi que Jimin cocinó con tanta dedicación, pero me obligué a comérmelo todo. Era lo mínimo que podía hacer

Cuando llegó la hora de irme camino hacia el tataki para ponerme los zapatos, Jimin se había ido a fregar los trastes, así que Hoseok no perdió el tiempo y se acercó a mí portando una mueca de curiosidad y al mismo tiempo preocupación

-Osito ¿qué ha pasado?- pregunta en voz baja para no llamar la atención

Me ruborizo por completo y lo miro fijamente a los ojos. Hoseok jadea y se tapa la boca con una mano entendiendo mi mensaje no verbal, al mismo tiempo que se sonrojaba, incluso más que yo

-Oh. U-Ustedes...

Asiento bruscamente con la cabeza callándolo

-Y-Y tú... ¿F-Fuiste e-el que...?- mueve las manos con nerviosismo, intentando expresarse- Ya sabes el que...¿Reci-recibió? ¿S-Se dice así...?- pregunta cohibido

CEO Jeon. [KookTae] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora