Capítulo 37

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TAEHYUNG

¿Qué hay de malo en gustar de alguien de tu mismo sexo?

Esa era la pregunta que retumbaba en mi cabeza todo el tiempo mientras Jungkook conducía hacia el penthouse y mi mirada se perdía hacia la calle llena de nieve.

Bokshil, al parecer sabía que algo andaba mal. Ya que no se había dormido, y restregaba constantemente su cabeza pequeña y esponjosa contra mí pecho, en un intento de consolarme, y realmente me estaba ayudando. Eso, y la mano de Jungkook apoyada en mi rodilla.

Lo cierto era que el silencio me consolaba más que mil palabras. A veces sólo necesitaba la presencia de alguien justo ahí, sin decir nada, sólo apoyándome.

Mi corazón se sentía oprimido, y a veces la respiración me faltaba cuando recordaba las palabras de Jimin. Aquellas... Palabras tan crueles, tan despectivas. Es que... ¿Realmente está tan mal ser homosexual? ¿Tan malo era como para que mi, ahora, ex mejor amigo y alma gemela me dejara de hablar?

¿Por qué Jimin me miraba de aquella forma tan desesperada? ¿Por qué no me aceptó como soy? ¿Qué tanto le costaba? Yo seguía siendo el mismo Taehyung que cuando él no sabía, yo seguía... Yo seguía siendo su osito de invierno, y él seguiría siendo mi pastelito de arroz

Pero... Supongo que todo tiene un fin ¿no? Aunque cueste admitirlo. Aunque duela...

Mis ojos se cristalizan. Sí, sí duele mucho dejar ir a una persona que estuvo contigo... Prácticamente la mitad de tu vida. Dolía, dolía... Dolía demasiado. Pienso cuando mi pecho se oprimió y la sangre de mis venas se enfriaban.

¿Realmente sería capaz de odiarme y dejarme de hablar sólo por mi gusto por Jungkook?

¿Tan repugnante era entonces?

Algunas lágrimas escaparon de mis ojos y me mordí el labio con fuerza para evitar sollozar. Bokshil en mi pecho se removió y pasó su diminuta lengua por la yema de mis dedos. Estoy aquí papi. Casi lo podía escuchar. Sonrío con tristeza y lo apreté con más fuerza cariñosa, almenos él me quería, almenos mi mascota no me juzgaba.

Jungkook sumergió el coche el parking subterráneo cuando llegamos al edificio, y aparcó en una de sus plazas. Ambos subimos al ascensor y llegamos a su planta

Con lentitud me descalzo y dejo a Bokshil en el suelo para que explore el entorno.

Jungkook suavemente sumerge sus dedos por entre mis rizos desordenados y acuna mi cara entre sus manos.

Eran manos de hombre, manos fuertes y venosas. Y esa eran las manos que me gustaban.

-No llores, mi amor- susurra limpiando mis lágrimas de la cuales yo no sabía que aún persistían- Conozco esa cara... ¿Puedo preguntar qué pasó?- cuestiona con cautela mirándome fijamente a los ojos

Me muerdo el labio y sollozo

-J-Jimin... Dijo que... Q-Que es enfermo. Qué está m-mal- dije entre hipidos, sintiéndome triste y herido

Los ojos de Jungkook se cristalizan y me sonríe suavemente. Apoya su mano en mi nuca y me empujó con delicadeza hacia él, permitiendo que apoye mi frente en su hombro y me encogiera cuando su otro brazo me rodeó protectoramente. Lloré con fuerza.

-Sabes que no es así Tae- susurra en mi oreja acariciandome la espalda- No importa lo que piensen los demás. Sólo somos tú y yo...

Cuando escuché aquellas palabras salir de su boca lloré con más intensidad. Sintiéndome mucho mejor y sintiéndome reconfortante entre sus brazos y su perfumer fresco con esencia varonil.

CEO Jeon. [KookTae] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora