Capítulo 59

10.3K 1K 253
                                    

(📍)
[Advertencia: Alto contenido de abuso psicológico y sexual]
°Incesto
°Maltrato

Nota de la autora: Si usted, querido lector, es sensible a estos contenidos, te pido amablemente que no leas este episodio

PD: Quiero dejar en claro que NO apoyo de ninguna manera la actitud adoptada por los personajes a continuación. Recuerden... Esto es FICCIÓN. Cabe recalcar que este capítulo me costó escribirlo, pero es algo necesario.

|Leer con precaución|

[....]

KIM NAMJOON:

La necesidad y el deseo son cosas completamente distintas. Incluso sino lo parece.

Porque el deseo es algo que tú quieres con todas tus fuerzas. Ya sea un sueño, una fantasía sexual, una prenda de vestir, unos zapatos o una mansión. El deseo se entrelaza con la ambición. La ambición es egoísta, pero de alguna manera te ayuda a cumplir tus deseos, o bien, tus metas o tu lista de sueños. El deseo te hace atacar y cumplir órdenes que propone tu mente. Te hace hacer cosas que ni tú sabías que podías hacer.

En cambio la necesidad, es algo indispensable para tí. Algo que debes hacer sí o sí porque sino, habrá muchas consecuencias, buenas o malas, pero siguen siendo consecuencias. Ya sea la necesidad de comer, tomar agua, ver un episodio de tu programa favorito, prestar atención a clases, incluso si estas te parecen aburridas. La necesidad es mucho, muchísimo más fuerte que el deseo.

Porque el deseo te hace actuar. Pero la necesidad te hace daño.

En mi caso, yo sentía necesidad.

Wang Iksoo, mi padre biológico, me hacía sentir mucha necesidad. Necesidad de amor, necesidad de apoyo, necesidad de permiso, necesidad de atención. Su atención.

Iksoo me hacía daño, Iksoo me daba amor, Iksoo me daba miedo, Iksoo me hacía sentir seguro, Iksoo me daba asco, Iksoo era agradable.

En lo más profundo de mi memoria, podía recordar mis pequeñas piernas, colgando desde su regazo mientras el hombre se balanceaba en el asiento, al mismo tiempo que apoyaba su mano izquierda en mi estómago y la otra sostenía un libro. Me leía en voz baja y ronca. Palabras muy rebuscadas que yo no entendía en aquel momento.

Iksoo se hizo cargo de mí, desde que era muy pequeño. Extrañamente mi madre murió una semana después de darme la luz, según las palabras de mi padre. Me dijo que fue un ataque al corazón mientras ella desayunaba tranquilamente. De todas formas no me afectaba, porque no la llegué a conocer.

Iksoo era un padre... Peculiar. Cuando cumplí los diez años, recibí su primer golpe. Era de noche cuando él me había ordenado que me cepillara los dientes, sin embargo yo me entretuve con algo, y me olvidé de lo que tenía que hacer. Mi padre se dió cuenta de ello y comenzó a gritarme. Esa noche me arrastró hacia el baño y exprimió el tubo de pasta, casi completo, dentro de mi boca, mientras yo me ahogaba con mis lágrimas, rogándole que se detuviera. Me pegó en la cara con la mano abierta. Se enojó mucho por algo tan banal

Al día siguiente me desperté con cierto recelo y miedo a su persona. Sin embargo, todo quedó en segundo plano cuando me compró golosinas, juguetes y se quedó a dormir conmigo.

Iksoo se preocupaba por mí. Me preguntaba todos los días cómo me había ido en la escuela, me ayudaba en los deberes, me enseñó Taekwondo. Me daba cariño, me acariciaba, me besaba y me apretaba contra sí todas las noches

-Papá te ama koalita... -me dijo en una ocasión mientras sostenía mi cara en un agarre poco cuidadoso, mientras me miraba fijamente a los ojos- ¿Lo sabes? ¿Tú también me amas?

CEO Jeon. [KookTae] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora