Capítulo 50

9.5K 1.1K 537
                                    

JUNGKOOK

Acomodo cuidadosamente mi gabardina oscura sobre el suéter negro cuello tortuga, antes de agarrar mi rolex favorito y cerrarlo alrededor de mi muñeca. Esta mañana me había despertado particularmente de humor fresco. Por primera vez en muchos años, pude dormir toda la noche, sin pesadillas o agites en la madrugada.

Pasé alrededor de diez minutos bajo la ducha de agua caliente, pensando en aquel gran paso. Me sentía... bien, extrañamente mejor, como si un peso grande hubiera bajado de mis hombros. Era algo ciertamente... Gratificante.

Suspiro y observo mi reflejo en el espejo: Mi cabello negro petróleo aún estaba húmedo por la ducha reciente, peinado descuidadamente hacia atrás y a los lados dejando una parte de mi frente despejada. Mi piel, pálida hacía contraste con el impecable traje oscuro que había escogido, la plata del rolex brillaba en mi muñeca y mis pantalones de vestir caían suavemente sobre mis piernas y caderas.

Mis ojos oscuros examinan mi cara. Tenía un mejor semblante que los días anteriores. No podía decir que estaba del todo bien, pero de que me sentía mejor, lo estaba. Los mechones que caían sobre mi frente tapaban el piercing de mi ceja, y el bálsamo labial que usaba para el frío, hacían mis labios brillar.

Salgo del vestidor sosteniendo por las correas el maletín ya listo del perchero. Bajo con agilidad las escaleras.

Namjoon estaba en la barra de la cocina aún con pijama, desayunando tranquilamente. Me sonríe en cuanto me ve

-Buenos días Jungkookie. Que guapo estás- halaga con voz ronca mañanera antes de acercar a sus labios su taza de té. Le sonrío suavemente dejando la gabardina y el maletín en una banqueta. Me siento a su lado

Dae-Hee deja frente a mí un delicioso hotteok caliente, junto a mi batido de proteínas y una taza de café hirviendo. Le agradezco en voz baja y comienzo a comer con gusto

A medio camino siento la mirada intensa de Namjoon clavada en mi perfil. Lo observo tragando el suave bizcocho del dulce

-¿Qué pasa?- le pregunto en voz baja- ¿Por qué me miras así?

-Te noto... Diferente- admite- En el buen sentido. ¿Algo que no sepa?

-Bueno... -suspiro. Tomo un sorbo de mi café y asento la taza con suavidad sobre la superficie de la barra- Ayer fuí a casa. La casa donde crecí

Apenas dije aquello, la sonrisa tranquila de Namjoon se va de golpe y su rostro perdió el color. Se removió incómodo en su sitio

-¿Cómo?- suelta una risa ácida. Parecía nervioso- ¿Fuiste sólo?

-Si hyung. Ya sabes, es algo que debía hacer sin compañía. Sólo yo- le aclaro y el contrario traga saliva audiblemente- ¿Por qué estás tan nervioso?

Pestañea un par de veces y sacude la cabeza

-Sólo estoy preocupado por tí, pudo haberte pasado algo. Debiste avisarme al menos

-Fué algo que me vino a la cabeza de repente. Algo que no fué planeado, tenía que hacerlo antes de que se me fuera el valor- le digo, antes de darle otra mordida al hotteok y masticar con calma

-Entiendo... -carraspea su garganta- Y... ¿Viste algo extraño o...?- deja la pregunta en el aire, mirandome y siguiendo todo mis movimientos con atención. Frunzo el ceño

-No ¿por qué?- pregunto despreocupadamente- ¿Debía encontrar algo acaso?

-No, no- susurra- Sólo fué una pregunta

-Bien...

Después de eso nadie dijo nada más y el ambiente se llenó de un silencio tranquilo, hasta que Seokjin apareció en la estancia con una bolsa mediana en manos. Nos da los buenos días antes de tenderme la susodicha

CEO Jeon. [KookTae] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora