LIKE A BULLET THROUGH MY MIND (PicoxT/n) [FnF]

Capítulo 14 - Confesión

Hoy no fue un día tan aburrido como ayer, pero estuve distraída en todo el trascurso de las clases. Le dije a Pico que me esperase fuera de mi universidad a una hora en específico, y esa hora llega prácticamente ya. Estoy nerviosa, me da igual el como salga, solo quiero sacarlo y si sale mal, si me trata mal, tal vez simplemente no debía ser. Y no es que busque una relación con él, pero si mis sentimientos significan el final de nuestra amistad entonces tal vez así será mejor.

Misma rutina de siempre, guardar, despedir, huir de aquella profesora que me aterra, lo mismo de cada día. Salí dos minutos más temprano, y qué sorpresa, Pico estaba llegando apurado. Se le veía algo agitado.

—Parece ser que te gané esta vez ¿eh?–Le mencioné al pelirrojo mientras me recostaba en una pared.

—Calla de una vez y dame tu bolso. Vamos a comer, me aburro.—Dijo tomando de una vez mi bolso y empezando a caminar en paralelo a la dirección de mi casa.

"Eh, qué agresivo."

Empecé a seguirlo, pero no pude evitar preguntar.

—¿Estás bien, Pico?... No pareces muy feliz...

Se detuvo por un momento, y giró a verme, por lo que yo también me detuve. Me dió una sonrisa con cejas tensas.

—No me fue muy bien hoy.—Se tornó, y siguió caminando derecho.—Perdón.

—Entiendo... Lamento molestar.— Imité sus pasos a aquella dirección recta.

—Nah, no molestas tanto.—Rió un poco de forma interna, pero claramente pude escucharlo.

—¿A dónde iremos? Puedo pagarme yo lo mío, no te preocupes.

—A donde haya comida... y no hayamos comido.

Parece ser que ignoró mi afirmación.

—¿Un nuevo lugar?

—Claro ¿por qué no?

Seguimos caminando por un rato pero parecía que no íbamos a ningún lado, o al menos eso sentía. No me importaba con tal de estar con él, incluso estaba caminando a su lado de nuevo y eso me contentaba, pero el estómago ya me empezaba a demandar.

—¿A dónde vamos?

—A un restaurante pequeño que hay por acá.—Tenía una sonrisa de medio lado, con unos ojos calmados... O rendidos.

—¿Y...?

—Quiero empanadas.

Se quedó en silencio por un momento, y volvió a hablar.

—... O hamburguesas.

—... Espero seas decente y les eches salsas.

—¿Me ves cara de nena acaso?—Pronunciaba mientras me volteaba a ver con su ceño fruncido y su sonrisa sarcástica.

—¿Seguro que quieres que te responda eso?— Dije, imitando su expresión.

—Ah tu mamá. Camina rápido.—Puso su mirada de nuevo al frente y empezó a caminar más rápido mientras me empujaba con su mano en la espalda, incitándome a seguir su paso.— Ya casi llegamos.

Estábamos en frente de la calle dónde se situaban dos locales, dónde cada uno vendía una de las cosas que estaban entre sus opciones. Frente a ellos había un pequeño parque, dónde no había nadie. Por esta zona no suelo pasar.

—Escoge tú. Rápido ¡tengo hambre!—Exclamó colocando su mano en su panza, con algo de fuerza.

—¡¿Y por qué yo?!