Capítulo 2 Parte 1

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Yubin, el hijo de un magnate de los clubes nocturnos, tenía a sus hombres trabajando tan rápido como lo había prometido. Había estado impaciente esperando por el correo electrónico todo el día, pero este llegó alrededor de la medianoche. Zhan tomó su celular apresuradamente, no había muchos detalles, solo un informe sobre el accidente.

´Un Porsche Boxter S plateado sobrepasó una curva en la calle Ratchadaphisek frente a La Suprema Corte y golpeó a una mujer en la acera matándola en el acto. El nombre del conductor es Wen Peng, el hijo menor de Wen Ruo Han, el joyero más famoso en el Barrio Chino Yaowaraj. El nombre de la fallecida era Yang Zi de veintitrés años, nacida en…

Al final de la oración, el órgano dentro de su pecho se contrajo violentamente y tuvo que encorvarse para aliviar el dolor. Zhan agarró un frasco de medicamentos de la mesita de noche y metió las píldoras dentro de su boca seguido de un gran trago de agua. Se acurrucó de lado mientras su cuerpo se llenaba de sudor y esperaba que el analgésico comenzara a hacer efecto. Había estado tan preocupado esperando por la información que se olvidó de tomar el inmunosupresor.

Finalmente pudo respirar con normalidad de nuevo, inhalando y exhalando hasta que su corazón reanudara sus latidos normales. Reflexionó mientas sus ojos se movían en la oscuridad. Quería una prueba final, si no era lo que pensaba, se juró así mismo que terminaría su investigación de inmediato.

Tomando una decisión, se puso de pie y salió de su habitación. Caminó sigilosamente por las escaleras que conducían al segundo piso. Cuando llegó a la oficina de su padre en el extremo derecho del pasillo, miró a ambos lados antes de abrir la puerta y colarse dentro. Encendió la linterna de su teléfono y echo un vistazo a toda la habitación. Sabía perfectamente dónde su padre guardaba los documentos importantes, en un cajón de su escritorio.

No había problemas, él sabía donde estaba escondida la llave. Esta habitación había sido su sala de juegos desde que era un niño pequeño. Levantando una bandeja con guirnaldas puesta en el altar de Buda encontró cuatro llaves debajo, justo como esperaba. Luego se agachó y puso las llaves una a una en la cerradura del cajón hasta que escuchó un clic. El hombre que estaba jugando al ladrón sonrió cuando consiguió su cometido, abrió el sobre que se suponía contenía los documentos que estaba buscando, pero no encontró nada. Frunció el ceño con frustración ¿Su padre habría guardado los documentos en otro lugar? No podía buscar en cada rincón de la habitación, eso le llevaría toda la noche.

Se sentó cabizbajo en el suelo a causa de su fracaso. Una vez que se puso en pie nuevamente una punzada aguda atravesó la parte izquierda de su pecho haciendo que se encorvara del dolor. El teléfono que era usado como linterna cayó sobre el escritorio con montones de papeles esparcidos por todas partes. La luz blanca se proyectó sobre un documento con un sello rojo que decía ´clasificado’.

¿Podía ser su padre tan descuidado o dejó el documento ahí accidentalmente? Cualquiera fuera el caso ¡La suerte estaba de su lado! Zhan tragó saliva mientras cogía el trozo de papel.

…la lista de donantes de órganos.
´Señorita Yang Zi´.

¡No puede ser cierto!

Se tapó la boca con una mano cuando las náuseas se apoderaron de él y le dieron ganas de vomitar. Recogió su teléfono rápidamente para tomar una foto del documento y luego se escabulló de la oficina de su padre antes de que alguien pudiera verlo.

Se había convencido de que si obtenía esta prueba y no resultaba como esperaba terminaría con su búsqueda de la verdad de inmediato. En lo que no había pensado era…¿Y si resultaba ser exactamente lo que se estaba imaginando?

¿Ahora qué?

                         🌟🌟🌟🌟🌟

Desde hace días, el joven nacido en cuna de oro dentro de la familia del comandante en jefe retirado, estaba tan abatido que hasta Jing Tong que no pasaba mucho tiempo en casa pudo notarlo. La mujer miró a su hijo menor que revolvía su arroz hervido con gambas como si algo le molestara.

Un cuento de mil estrellasWhere stories live. Discover now