Capítulo 3 Parte 1

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A la mañana siguiente, Zhan, con profundas ojeras bajo sus ojos, bajó a la sala de estar para encontrarse con su invitado y con alguien que había llegado sin avisar. Encontró a los dos hombres que parecían polos opuestos sentados en un lujoso sofá estilo barroco. El futuro médico vestía pantalones y camisa muy fiel a su estilo, y al verlo le sonrió a su 'hermano de otra madre' que bostezaba mientras entraba.

“¿No dormiste lo suficiente?”

“Hola, Ayanga” Zhan levantó la mano para saludar al otro hombre, sin responder qué lo había mantenido despierto toda la noche. Se había ido a la cama cuando casi amanecía, después de quedarse despierto para leer la lacrimosa tragedia de Yang Zi.

Luego, el rostro de Zhan se volvió hacia el otro hombre en la habitación, que estaba vestido con estilo hip-hop, con aros en la boca y la nariz, luciendo como un salvaje.

“¿Qué te trajo aquí, Yubin?”

Su amigo de carreras le dedicó una amplia y traviesa sonrisa “mi maldito auto, una Hummer, papá importó la última serie”.

Una punzada atravesó la cabeza de Zhan quien se dejó caer en el sofá junto a Ayanga.

“No me jodas. Todavía es temprano ¿Por qué no me llamaste primero?”

Yubin miró al estudiante de medicina y se rio entre dientes “si no apareciera de esta manera nunca hubiese descubierto que saliste del clóset y tienes un chico esperando para verte cuando despiertes”.

Zhan chasqueó la lengua. La esbelta figura se puso de pie de un salto, levantando la pierna como si quisiera patear el bello y juguetón rostro de Yubin, pero Ayanga lo detuvo antes de que lo lograra.

“Zhan, no te preocupes, no me molesta”.

“Pero a mí sí. Si yo fuera gay serías el primero al que se lo metería por el culo, imbécil” el joven le gritó furioso a Yubin.

'Pero a mí sí…' la vehemente postura defensiva de Zhan hizo que Yubin se riera hasta que sus hombros comenzaran a temblar. A pesar que se conocían desde siempre, él era solo un amigo de la pandilla de carreras, siempre se mantuvieron al margen de los asuntos del otro. De hecho, esta era la primera vez que visitaba la casa de Zhan.

“Lo siento” Yubin levantó las manos en señal de derrota porque no quería sobreesforzar el nuevo corazón de su amigo “Tenía algo de tiempo libre así que se me ocurrió pasar por aquí pero parece que ya tienes un invitado así que si me disculpan, me retiraré”.

“¡Espera!” Zhan llamó al tipo alto y musculoso que se puso de pie y se dirigía hacia la puerta principal. Yubin se dio la vuelta, arqueando una ceja como preguntando ¿Qué? Zhan puso los ojos en blanco como si los engranajes de su cerebro estuvieran girando antes de decir algo.

“¿Puedes esperarme afuera?” se volvió hacia el hombre que tenía una cita con él Ayanga, verás…” el chico de ojos almendrados se veía preocupado.

“Quieres salir con tu amigo ¿Es eso?” Ayanga sonrió levemente porque sabía que tenía razón “No hay problema, pero por favor, no hagas nada que haga que tu mamá quiera estrangularme después”.

“Solo iremos por algo de comer” y tal vez luego iría a un lugar al que Ayanga no podría acompañarlo porque haría demasiadas preguntas.

“Prométeme que no volverás tarde a casa. No quiero tener que mentirle a tu mamá si llama para preguntar cómo estás”.

Zhan agarró la fuerte mano de Ayanga para estrecharla en señal de promesa “Prometo que volveré por la noche, siento haberte hecho venir en vano”

Un cuento de mil estrellasWhere stories live. Discover now