Capítulo 3 Parte 3

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Una noche, se oyeron risas de niños desde la habitación al final del ala izquierda de la mansión. Zhan, que acababa de ducharse y salía de su habitación que quedaba muy cerca, frunció el ceño al escuchar el ruido.

Hace diez años, la habitación solía ser su ‘sala mágica’, decorada con todo tipo de juguetes traídos de todo el mundo para complacer al hijo menor de un oficial militar de alto rango como lo era él. Ahora la habitación se había convertido en un cuarto de almacenamiento para las baratijas de su madre.

Zhan vio que la puerta estaba ligeramente abierta así que miró y captó el movimiento de tres niños adentro. Eran sus sobrinos, los hijos de su hermana con su primer, segundo y tercer marido.

“¡Fan Xing, A-Qing, Cheng!” gritó y se abrió paso entre los montones de juguetes esparcidos por los tres pequeños alborotadores “¿Quién los dejó entrar? ¡Van a dañar las pertenecías de la abuela!”

“Mamá dijo que deberíamos encontrar un lugar para jugar y no salir de la casa” Fan Xing, un niño de nueve años respondió con voz clara, como corresponde al hijo mayor.

“Entonces vayan al primer piso, los dejaré jugar en la computadora” Zhan habló calmadamente, pero una vez que vio como los otros dos niños estaban a punto de desarmar sus modelos de robot en la vitrina, se puso furioso.

“¡A-Qing, Cheng, regresen eso a su sitio!” el joven tío señaló a sus sobrinos con el rostro contraído por la ira. Sabía que de niño él había sido un dolor en el trasero y ahora le estaban dando una probada de su propia medicina. Quería disculparse con las niñeras que tuvieron que cuidarlo.

Después de un momento, Zhan estaba persiguiendo a los tres pequeños sinvergüenzas por la habitación.
Sus dos sobrinos mayores asintieron el uno al otro con la cabeza cuando el tío atrapó a la sobrina más joven y le arrebató un juguete de las manos. En ese momento Zhan estaba agachado por la diferencia de altura y Fan Xing y Cheng aprovecharon la oportunidad para saltar sobre su espalda y colgarse de su cuello.

El peso repentino lo hizo caer de bruces y sus rodillas golpearon el piso. Zhan se sacudió a las dos gigantes sanguijuelas hasta que cayeron al piso de cerámica junto con el modelo de guerra Gundam de edición limitada. El robot se hizo pedazos y la mente de Zhan quedó en blanco por el shock.

“¡Mierda!” la fuerte y profunda maldición salió de su boca sin importarle que fuera inapropiado usarla cuando había niños o mujeres alrededor. Zhan agarró el brazo de su sobrino menor cuando éste levantaba el pie para patear los pedazos rotos del robot, divirtiéndose.

“¡Te dije que los pusieras en su sitio! Ahora están rotos ¿Ves? ¿Por qué no hiciste caso?” gritó y apretó el pequeño brazo hasta que A-Qing hizo una mueca y lloró a todo pulmón pidiendo a su mamá. Bastó que uno comenzara a llorar para que los otros dos siguieran su ejemplo hasta que los fuertes lamentos llegaron a escucharse en el primer piso.

Jing Tong y Ziyi que estaban en medio de una conversación en la habitación de invitados, corrieron escaleras arriba para saber el motivo de los gritos de los niños. Una vez que la segunda hija de la familia Xiao, la madre de los tres traviesos niños, vio cómo su hermano menor había lastimado a sus hijos, se enfureció y empujó a Zhan, gritando.

“¡Zhan! ¿Por qué les hiciste daño?” Ziyi se arrodilló para consolar a sus hijos en un abrazo.

“¡Rompieron mi juguete! ¡Les dije que no lo tocaran y no me escucharon, simplemente seguían corriendo alrededor y rompiendo cosas!” el joven respondió mientas se inclinaba para recoger su amado robot de colección con el corazón apesadumbrado.

“¡Maldito mocoso mimado! ¡Estos estúpidos juguetes pueden ser reemplazados pero mis hijos no!”

Zhan apretó sus manos en puños y su hermoso rostro se torció en una mueca burlona “No puedes reemplazar a tus hijos, es cierto. Pero seguro que siempre puedes ‘hacer uno nuevo’ ¿No?” su hermana abrió la boca lista para maldecir, pero él la cortó antes “Estos juguetes no se pueden reemplazar ¡Ni en un millón de años!”

Un cuento de mil estrellasOnde histórias criam vida. Descubra agora