Capítulo 3 Parte 2

773 117 19
                                    

La Hammer se dirigió hacia la diminuta calle en la que habían estado más temprano, pero esta vez el destino estaba claro. El conductor apagó el motor frente a una casa verde deteriorada con una sola cosa indistinta en la fachada, un letrero de madera con un nombre.

'Fundación Saeng Thong'

Yubin miró al joven que estaba a su lado ¿Era este realmente su destino? A simple vista era un lugar impropio para los corredores de autos. Se preguntaba si el cirujano había reemplazado el cerebro de Zhan en vez de su corazón.

“Te puedes ir ahora, tengo algo que hacer aquí” Le dijo a Yubin porque no quería que éste supiera más sobre lo que planeaba hacer.

Zhan bajó del auto pero antes de que pudiera empujar la oxidada puerta de la casa, Yubin habló “Yang Zi, maestra voluntaria de la Fundación Saeng Thong”.

Zhan se detuvo en seco y se giró para mirar a su amigo “¿Leíste la información?”

“Por supuesto que sí ¿Por qué de pronto quisiste que investigara a la chica que mató Peng? Simplemente no podía entender por qué esa chica le importaba tanto a un millonario como tú a menos que…” Yubin sonrió con ironía, entrecerrando los ojos mientras se inclinaba “ella fuera tu chica”.

Zhan fulminó a Yubin con la mirada. Sintió como la ira de su amigo irradiaba como olas a causa de la tontería que había dicho. Zhan levantó la mano y palmeó el lado izquierdo de su pecho un par de veces.

“Ella es mi 'vida'.”

No le importaba si su amigo entendía o no sus palabras. Zhan empujó la puerta vieja y oxidada para abrirla dejando a Yubin atónito, parecía como si lo acabara de atropellar un camión.

El camino de cemento estaba flanqueado por árboles verdes. De las ramas colgaban adornos hechos de botellas plásticas pintadas, algunos decorados con campanillas que se balanceaban y repicaban suavemente con la brisa creando una sensación de serenidad. A pesar que el letrero decía que era una Fundación, el lugar era una casa sencilla y el dueño era el director.

La planta baja fue dispuesta como una oficina sencilla. Había una sala con una colección de dibujos pintados con crayones que le pertenecían a los maestros voluntarios y los estudiantes en áreas remotas, así como fotografías de actividades en las que la Fundación había cooperado con otras organizaciones.

Zhan miró hacia ambos lados mientras entraba a la oficina, pero no encontró a nadie allí, lo cual era extraño porque la puerta no estaba cerrada.

“Disculpe ¿Hay alguien en casa?” gritó.

“Suele haber alguien, pero hoy es feriado así que nadie está trabajando” una voz profunda y firme, parecida a la de un maestro estricto, rompió el silencio e hizo saltar del susto al joven visitante.

“Parece que vine el día equivocado…” Zhan se rio entre dientes, avergonzado “regresaré en otro momento” se giró rápidamente para escapar de la humillación.

¡Maldita sea! Tuvo tanto tiempo de 'vacaciones' que olvidó por completo las fechas. No era de extrañar que Ayanga dijera que tenía un fin de semana largo de descanso porque era un día festivo.

Un hombre mayor de unos sesenta años, vestido con una camisa de color índigo miró fijamente al joven alto y delgado vestido con ropa cara.

“¿Qué estás haciendo aquí?” preguntó.

“Y… yo…” Zhan tragó saliva con dificultad, inmovilizado por la mirada inquisitiva del hombre mayor “quiero convertirme en maestro voluntario” dijo.

Un cuento de mil estrellasNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ