Katherine Swan junto con su hermana melliza Isabella deciden mudarse con su padre Charlie a Forks, Washington.
¿Por que Katherine le tendrá tanto cariño a este pueblo?
La última vez que ella estuvo allí, fue cuando tenía cuatro años ...
Historia ba...
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ACTO CUATRO | CAPÍTULO 60 ❝BIENVENIDA, BELLA❞
FINAL: ACTO CUATRO
El semblante de la vampira cambió rápidamente al observar al mejor amigo de su hermana, sus hombros estaban caídos observando abatido a los miembros que conformaban su manada, bajo su cabeza y suspiro pesadamente.
Las pequeñas manitos de Damian intentaban alcanzar las manos de la morena que había alejado una vez que la vampira de ojos dorados noto sus presencia.
Katherine rápidamente se levantó de su asiento, acurrucando a su sobrina en sus brazos, esta bostezo por el repentino movimiento, cerrando sus ojos para dormir.
— Jacob... —habló la vampira con una voz seria, sus ojos se movían sobre los tres metamorfos frente a ella, que hace unos segundos estaban listos para acabar ellos, dos de ellos aún perdidos en sus recientes pensamientos y visiones— ¿Qué es lo que acaba de pasar? ¿Por qué Leah mencionó "impronta"? ¡¿Qué es?! —su voz resonó en la habitación, el fuego de la chimenea detrás de ella se elevó por breves segundos y seguidamente el llanto de su hijo Damian comenzó a llenar la habitación.
Leah levantó su rostro enseguida al escuchar al menor llorar, su propio instinto llamaba a acercarse pero el brazo de Jacob la detuvo, negando brevemente con la cabeza.
La vampira fue rápidamente hacia la cuna de su hijo usando su velocidad, dejó a su sobrina suavemente al lado de su hijo que ahora solo hipaba al ver a su madre, ella acercó su mano hacia su pequeño rostro sonrojado limpiando las lágrimas en sus mejillas.
— Tienes que explicarme, Jacob.
El semblante de Jacob se puso serio en segundos, cuadró sus hombros y habló.
— Es involuntario... —empezó acercándose a Katherine de manera lenta, sus pasos resonaban en la habitación, Leah y Seth se mantuvieron en sus lugares— Al momento en el que un metamorfo conoce a su alma gemela, aquella persona se convierte en su todo, pero hay etapas...
Katherine frunció el ceño al escucharlo pero su atención fue hacia fuera de la residencia, la manada de Sam había llegado.
— ¡Rosalie! —gritó Katherine llamando a su cuñada, sus ojos se movían de su hijo hacia la morena de cabello corto, quien estaba algo afligida mirando el suelo.
La vampira de cabello rubio entro por el umbral de la puerta, dirigiéndose rápidamente hacia la castaña rojiza, su rostro preocupado— ¿Qué sucede?
— La manada llegó, cuida a los niños —murmuró seriamente Katherine, la mirada en sus ojos se suavizó cuando observó a su hijo en la cuna, sus ojos rápidamente se fijaron en el alfa en la habitación— Con Jacob tenemos que resolver algunas cosas.
La rubia asintió con la cabeza acercándose a la cuna, tomando en sus brazos a Damian quien estaba atento escuchando las palabras de los adultos, especialmente la voz de su madre.
