Swan Sisters | Jasper Hale

049

ACTO CUATRO | CAPÍTULO 49
❝SR & SRA. HALE❞

Para Jasper y Katherine la vida como marido y mujer era exactamente igual a cuando meses atrás vivían juntos en Ithaca, Nueva York. Solamente que ahora incluían momentos más íntimos... los cuáles al principio Katherine no estaba preparada para dar el siguiente paso.

A pesar de que pasaron años de los eventos de la feria y su experiencia traumática, que con la ayuda de su madre supero un poco... aún habían pequeñas repercusiones en su vida.

Con la ayuda de Jasper, el amor y la confianza que compartían pudieron avanzar ante aquel suceso.

La híbrida pudo superar totalmente su pasado... como dijo Jasper hace más de un año, juntos superarían cada obstáculo que les depara la vida.

— ¿Crees que deberíamos mudarnos de Forks? —preguntó Katherine mirando a su esposo, ambos estaban acostados en la amplia cama de su habitación con la luz de la luna iluminando cada espacio por el gran ventanal, afuera de este sólo se podía apreciar un bosque verde y espacioso.

— Tal vez —contestó Jasper con sus labios sobre el hombro desnudo de la híbrida, dándole pequeños besos— Volver a nuestra casa, en Ithaca.

Katherine sonrió, dejando que sus mejillas se sonrojaran y sus ojos brillaran ante la posible mudanza. Pensó en su pequeño William, quién cada día hablaba con ella por teléfono, comentándole que Forks era aburrido sin su presencia.

— Sí en el posible caso nos vamos a Ithaca, William vendrá con nosotros.

Jasper ante la voz suave de su mujer, la miró a los ojos— Es nuestro pequeño, no lo dejaremos.

La híbrida sonrió tiernamente y tomó el rostro de su esposo para juntar sus labios.

— Nunca pensé que formaríamos una familia.

La voz de Katherine salió en un susurro que fue escuchado perfectamente por el empático.

— Nuestra propia familia —habló Jasper mirando a la de ojos castaños dorados, en sus labios se formó una hermosa sonrisa y se movió para recostarse a su lado.

Quedaron unos momentos en silencio solo disfrutando de la compañía del otro, Jasper manteniendo su cabeza en el pecho de la fémina escuchando los latidos de su corazón y su lenta respiración.

Katherine le daba suaves caricias al cabello de su marido, pensando en los eventos que pasarían en algunas semanas más... la boda de Edward y Bella.

No estaba muy segura de la unión de la pareja, pero era decisión de ellos... bueno decisión del vampiro para convertir a Bella en inmortal, lo que ella tanto ansiaba desde que conoció al joven de ojos dorados.

También, vino a su mente la conversación que tuvo con Hope días antes de su boda revelándole importantes detalles de su vida, todo aquel tiempo que estuvo vagando por el mundo ayudando a la personas con una pequeña criatura creciendo en su vientre... producto del amor de la pareja olvidada.

Su nombre es Beth Reed, llevando el apellido de su madre ya que no quería conservar el apellido de su padre, Masen.

Al ser descendiente de un vampiro, le otorgaron habilidades básicas como velocidad y fuerza sobrehumana más los dones heredados por su madre, uno de ellos, la capacidad de elegir entre una vida normal ó la inmortalidad.

Sus diferentes dones la convirtieron en una gran defensora de los humanos y cualquier criatura sobrenatural.

Tenía la esperanza de que algún día la conocería... y Edward también tenía el derecho de conocerla, aunque él ya había visto los recuerdos de Hope, no unió todos los cabos y no pudo sacar una conclusión.

Tenía una hija.

Katherine suspiró tratando de desviar todos los pensamientos que rondaban en su mente, ocasionando que el rubio la viera.

— ¿En que estabas pensando?

— Hope y Edward.

Jasper miró con atención a su compañera— Nunca tuve el placer de conocerla, desaparecido años antes de que llegara con Alice —contó— Tiene este don de desprender amor y paz... una habilidad hermosa para alguien que no es un vampiro.

— Ella tiene un aura blanca, hace que su ser resplandezca —murmuró Kathie, tratando de darle pistas sobre lo que era la joven de ojos azules, ella lo sabía.

— No es un vampiro. —habló— Hay sangre corriendo por sus venas. Ni tampoco una híbrida.

La joven de ojos castaños dorados lo miró con una pequeña sonrisa— Es un ángel, Jazz.

En ese momento, el rostro de Jasper mostró una clara impresión de asombro.

— Eso es sorprendente, no creía que tales seres podrían estar vagando en este mundo.

— Lo sé —asintió Katherine— Hope me habló sobre su vida... —comentó, pero al instante su voz se fue apagando y sus ojos cerrando, había sentido algo.

— ¿Kathie?

La mirada de la híbrida vago por las sábanas y mantas hasta llegar a los ojos de su esposo— No sucede nada —respondió con una sonrisa convincente— Me mareé un poquito.

Jasper besó tiernamente su frente— Descansa cariño —murmuró suavemente mirando a su compañera a los ojos. Juntos volvieron a recostarse en la cama.

Katherine tenía su cabeza en el pecho descubierto del empático mientras que él le daba delicadas caricias en su espalda.

La mente de la híbrida pensaba en que pudo generar ese repentino mareo y por qué se sentía tan débil. Sus ojos lentamente se cerraron por su estado logrando conciliar el sueño en poco tiempo.

El empático estaba preocupado por su compañera por lo que con su habilidad, calmo su cuerpo y cualquier molestia que tuviera. Relajándose cuando ella pudo suavizar las expresiones en rostro y su respiración volvía a ser normal.

Jasper admiro cada detalle de su esposa, deleitándose con cada pequeña cosa que podía encontrar, sus ojos fueron de su rostro a sus manos, las cuales, una descansaba en su pecho y la otra en el estómago de la fémina.

Con sumo cuidado tomó las sábanas y mantas para cubrir a su compañera y que esta no despertará por el frío, dándole en pequeño beso en su cabeza quedó velando su sueño por toda la noche.