Capítulo 39

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Entramos en una habitación de huéspedes y nos vamos directo a la ducha, necesitamos agua caliente de manera urgente. Nikolai me baja frente al lavabo y comienza a besar mi cuello mientras hace que me mire en el espejo, comienza a sacarme la ropa lentamente y yo me giro para hacer lo mismo que él. Abrimos el agua caliente y nos metemos juntos, bañándonos entre besos, caricias y toques que no van mas allá de eso. Cuando salimos y nos acercamos a la cama, Nikolai me toma de la cintura y me tira sobre el cobertor sin importarle que mi pelo todavía está mojado. 

Encima de mí, comienza a besar mi cuello, a darle atención a mis senos y sigue acariciando con su mano el resto de mi cuerpo. Yo no puedo evitar un par de gemidos que escapan de mis labios, ni arquear mi espalda para darle un mejor acceso a mis pechos. Intento tomar su amigo para masajearlo, pero me corre para que no pueda llegar.

- No es justo - me quejo y veo como sonríe, vuelve a mi boca por unos pocos segundos y después baja del todo hasta mi centro entre mis piernas. Todo se vuelve borroso y comienzo a ver pequeñas estrellas, de repente siento que estoy por llegar y Nikolai aumenta haciéndome explotar sobre la cama, temblando como una hoja. 

Cuando vuelve a mi boca, me encargo de darnos vuelta y quedar arriba suyo, bajo besando todo su torso hasta su lugar sensible. Me lo meto entero en la boca, hasta el tope y lo saco entero, miro a los ojos de mi esposo mientras sigo haciendo movimientos de arriba hacia abajo con mi boca y su mirada es como un poema. Cuando siento que está por llegar a su liberación aumento mi ritmo, pero él me frena antes y me pone boca abajo delante suyo. Busca en la mesa de luz una de las cajas y luego de un buen tiempo por fin pone su miembro con un preservativo en mi entrada. 

No me deja pensarlo, no puedo decir nada, entra de forma brusca y rápida. Un grito de placer se escapa de mis labios y eso lo hace moverse más lento, cuando vuelvo a acostumbrarme a su forma comienza a ir más rápido. Va tan rápido que en menos de lo esperado vuelvo a temblar de una forma poco usual. 

- Vamos cariño - dice mi esposo - ¿otra vez? 

- Lo...Lo siento - respondo tartamudeando - no lo puedo controlar - hablo con la voz afectada.

- Date vuelta - hago lo que me dice y pone mis piernas en su hombros.

- Esto no es una buena idea - le hago saber cuando de vuelve a meter y toca el punto exacto. 

- Claro que si lo es - me contradice él y comienza con el mete saca que tanto me vuelve loca, intento pararlo con mis manos pero las sostiene con las suyas dejándome inmóvil, a punto de otro orgasmo.

El resto de la noche continúa así, cada cinco orgasmos míos, Nikolai tiene uno suyo. Hasta que dan las 4am y decidimos que fue suficiente por una noche de reconciliación para ambos, yo mucho más exhausta que él quedo dormida en tan solo segundos. 

La mañana comienza con los sollozos de una niña. Me despierto y me toma unos momentos entender y recordar todo, pero ni bien lo logro corro hasta nuestra habitación donde la pequeña Alba Galina se despertó llorando. 

La tomo en mi brazos y nos llevo a ambas a la cocina. Me cuesta ignorar la punzada de dolor en mi parte inferior, pero no quiero que la bebé despierte a el resto de los chicos de la casa. Una vez en la cocina, caliento su taza de leche en el microondas y con su ayuda buscamos unas cuantas galletas. Nos sentamos en la mesa de desayuno y nos disponemos a comer, ella parece no haber comido en años y devora lo que le sirvo. 

Nos sentamos en la sala de estar para mirar dibujos animados, ella me señala unos que creo que le gustan así que nos quedamos mirando eso hasta que escuchamos alguien bajar las escaleras y ella mira para ese lugar al igual que yo, de repente aparece Nikolai con un par de niños en sus brazos y la pequeña comienza reír y aplaudir, lo que me hace sonreír a mi también. 

- Hola - digo en un tono bajo y una sonrisa - buenos días - sus caras me dicen que muy bueno no estuvo su despertar. 

Nikolai rueda los ojos y se va con los niños a la cocina. Yo, al ver que la niña está muy entretenida con la televisión, la rodeo de almohadones y subo para poder buscar sus ropitas del baño y ponerlas en la lavadora. En menos de lo que cante un gallo van a estar secas y podremos ir a buscar a su mami. 

Cuando estoy muy concentrada con la limpieza del baño, esperando a que la lavadora comience a andar e intentando repasar la tina, unas manos me toman de la cadera y me apegan a un duro cuerpo. Por un momento reviví lo de la última vez y casi tengo una crisis, pero sentir el olor de mi marido me hizo volver en mi tranquilizarme.

- Hey! Solo soy yo - habla de forma baja.

- Lo sé cariño, lo siento - me doy la vuelta y lo abrazo fuertemente - estaba muy distraída y me desconecté por un momento - le explico, él toma mi cara con ambas manos y me besa.

- Tranquila, nada malo volverá a pasarte - asiento - ¿qué hacías? - pregunta mirando el cuarto de baño.

- Puse la ropa de los niños para que se pueda secar - digo mientras muevo mi mano señalando la secadora, él asiente.

- Respecto a eso - dice mientras se rasca la nuca - me llamó mi amigo policía - comienza a hablar - y me dijo que anoche tuvieron un llamado de vecinos, sobre un domicilio donde una mujer se estaba peleando con el que supuestamente era su hermanastro - una mala sensación se adueña de mi pecho - cuando llegaron, la mujer estaba muerta asfixiada y ahora el sujeto está prófugo.

- ¿Y qué tiene que ver esto con los niños? - le pregunto, pero creo que sé por donde viene el tema. 

- La mujer era madre de tres niños, el sujeto se llama Jasha - suelta sin más, y pongo un mano en mi cabeza - o todo es una gran coincidencia o hablamos de las misma personas - comienzo a asentir.

- ¿Qué vamos a hacer ahora? - le pregunto preocupada. 

- Debemos llamar a servicios sociales y ellos van a determinar que es lo que va a pasar - asiento, pero una loca idea cruza por mi mente y miro a Nikolai a los ojos, él parece entender lo que quiero decir y sé que en el fondo es lo mismo que él quiere.

- Si necesitan un lugar para dejar a los niños... - comienzo a decir, pero él me corta.

- Si cariño, haré todo lo posible para que se puedan quedar aquí - asiento y me acerco a besarlo.

- Te amo demasiado - le susurro, y se le escapa una sonrisita de enamorado.

- Yo te amo muchísimo más que demasiado - intenta comenzar una pelea de quien ama más a quien.

- No, yo te amo mil millones - le sigo la corriente.

- Y yo te amo diez mil millones - continúa, pero cuando quise seguir un ruido nos interrumpió, el llanto de una bebé.

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If I Don't Go To Hell - Mr Green feat. Jus Allah & Janice


La esposa de un VolkovDonde viven las historias. Descúbrelo ahora