Capítulo 2

39K 1.9K 91
                                    

Estoy en la parte trasera de una camioneta super lujosa, con ropa interior diminuta y una bata blanca desprendida que no cubre nada. El señor con traje negro se encuentra sentado en el asiento del conductor con la vista al frente.

- Disculpa - le hablo y me acerco a su asiento - ¿me puedes decir que está pasando? - le pregunto - no me han dicho nada desde que llegué aquí, solo que no voy a morir y la verdad es que ya comienzo a dudar - él suelta una risita y niega con su cabeza.

- Te han subastado, - habla en un tono bajo y tranquilo - como si fueses un auto o una casa. Ahora tienes un dueño, y ese es el señor... - es interrumpido por la puerta a mi costado derecho, el señor de traje azul se sienta a mi lado y cierra la puerta. Un perfume delicioso, masculino, agrio y a la vez dulce me entro por las fosas nasales. No puedo evitar mirarlo y sentir miedo, él es mi dueño y ni siquiera sé su nombre. Ni siquiera tengo padres y tengo un dueño, como los perros. Me quedo mas tiempo de la cuenta mirando al señor.

- Disculpa - le hablo y toco su hombro con mi dedo, estábamos de camino a quien sabe donde y él miraba distraído por la ventana - ¿Puedes decirme tu nombre? - hablé con mi voz mas temeraria, él me miro y recién ahí me di cuenta que el color de sus ojos es gris oscuro, un tono maravilloso.

- Claro, - contesta con su voz varonil, ronca, gruesa - soy Gregori Luka Volkov, - asiento - puedes llamarme Luka o llamarme Gregori, me da igual - su rostro serio y rígido, no había soltado una sola sonrisa desde la primera vez que lo vi hace no mas de media hora.

- Y ¿a dónde nos dirigimos? - volví a preguntar.

- A mi casa - respondió.

- Y ¿cuántos años tienes? - me miró con una ceja alzada.

- 37 - me sorprendí y abrí los ojos de sobremanera - ahora tu, edad y nombre - ordenó.

- ¿No escuchaste a la tal Lara? - pregunto.

Me lanzó una mirada que quizás podría haberme dejado en el hospital, cuidados intensivo específicamente. 

- No quiero estar aquí, quiero irme - hablé desafiándolo con la mirada. 

 Él sólo asintió y volvió la vista a la ventana. Luego de casi diez minutos abrió la puerta invitándome a bajar, haciendo que me dé cuenta que habíamos llegado a una casa enorme de dos pisos, pero tan alta que podrían ser tres.

Caminamos hasta la puerta y él la abrió la puerta principal. Es enorme por dentro, tiene sillones, sillas, escaleras, candelabros de cristal, todo en tonos crema, marrón y blanco. Gregori sube por la escalera principal y murmura que lo siga, sigo descalza y prácticamente desnuda. 

Podría escapar, salir corriendo y ya. Pero me interesa saber qué quiere, qué hace que un hombre pague dos millones por una chica. 

Entramos en una especie de oficina y me pide que tome asiento en un lugar que señala.

- Okey, - habla y se sienta del otro lado del escritorio poniendo sus manos sobre el mismo - estás aquí por varias razones, voy a responder todas tu preguntas pero déjame hablar primero. Una de las razones por las que te traje es que necesitamos una esposa para mi hermano menor - yo frunzo el ceño, ¿él no puede conseguir una? - es necesario que él se case para que podamos seguir manejando todas las empresas de la familia, es un requisito que los tres hermanos estemos casados. Y como a él no le gusta la idea del matrimonio puso como requisito que su esposa sea virgen, así que aquí estas - se queda callado por unos minutos y creo que es mi momento de preguntar.

- ¿Y cuándo me puedo ir? 

- Lamento que eso no vaya a ser posible - explica tranquilo - aunque lo intentes no podrías, tenemos gente por toda la ciudad, por todo el país y por todo el mundo.

- ¿Cómo estás tan seguro que no lo lograré? 

- Porque si por esas casualidades lo logras, te vamos a encontrar y te haremos sentir tanto dolor que no podrías volver a respirar tranquila - trago grueso, su expresión facial me dice que habla de verdad. 

- ¿Y los demás requisitos? - pregunto, intentando camuflar mis intensiones de escapar ante el mínimo descuido.

- No te los puedo decir - se lamenta - tu función es ser la esposa perfecta de un Volkov - hago una mueca y miro toda su oficina.

- ¿Cuándo lo veré? - hablo refiriéndome a su hermano - y ¿cómo se llama?

- Nikolai Luka- contesta - lamento que se puedan conocer recién el día de la boda.

- ¿No hay forma de que lo vea antes?

- ¿Por qué? Tendrás que casarte igual.

- Lo sé, solo que es raro conocerlo el día que me casaré con él - hablo bajo y tranquila.

- Tranquila, es todo un don juan - habla refiriéndose a lo físico.

- Me refería a su personalidad - Gregori hace una mueca y temo lo peor - ¿Por qué esa cara? 

- No, por nada - me calma - es un poco frío y para nada le gusta el romance, es el porqué estás aquí - asiento no muy convencida.

- ¿Tú tienes esposa? - una pequeña mueca parecida a una sonrisa se asoma por sus labios.

- Claro que sí, - responde - me case con una de las mujeres mas hermosas del mundo, hasta creería que no me la merezco sino fuera porque soy un Volkov - ruedo los ojos por su egocentrismo - es lo mismo que espero que le hagas sentir a Nikolai - asiento lento.

- ¿Cuántos años tiene tu hermano?

- 25 

- Bueno, un poco más joven - comento - no es por ofender pero no me gustan las personas mayores - asiente.

- Tenemos otro hermano, el hermano mayor Anton Luka - explica de forma tranquila - él también tiene esposa, además de una hija pequeña.

- ¿Todos llevan el nombre Luka?

- Si - responde de mal humor - ¿algo más? - niego, creo que su humor no está para aguantar las millones dudas que me quedan.

Él se levanta llegando a mi invitándome a seguirlo a una habitación muy elegante y pulcra. Todo es demasiado elegante y costosa, nada de mi agrado.  

- Esta es mi casa, y vivirás aquí hasta la boda - habla firme - luego te irás con Nikolai a su casa - asiento - en el armario hay ropa decente y ese es el baño - señala una puerta marrón, vuelvo a asentir. Me suelta y camina hasta la puerta - Buenas noches, trata de no hacer ninguna estupidez - dice y se va cerrando la puerta.

Suelto un suspiro y miro la habitación, luces amarillas, una cama en el centro blanca y negra al igual que el resto de la habitación. Me acerco a la ventana y veo que el suelo está muy lejos y que además hay un guardia de seguridad caminando al rededor de la casa.

En el armario hay ropa interior decente, leggins, remeras, jeans y más. Me resigno a que hoy no será el día de escapar, así que tomo algo cómodo para dormir y voy a darme una ducha para quitarme toda la suciedad que tengo. 

El baño es grande y blanco y pulcro, ¿todo aquí se ve como en las revistas? pongo el agua a una temperatura adecuada y me meto pensando que voy a tener un esposo, y solo tengo 17, ni siquiera me casaré después de los 18. Ni siquiera tuve la oportunidad de estudiar algo que me guste o trabajar de algo que me apasione. 

Salgo del baño, me acerco a la puerta y noto que esta no tiene seguro. Él no cree que yo escape, eso me da ventajas. Voy a la cama, me acuesto y luego de dar miles de vueltas, me duermo. 

-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-
Billie Eilish - Bad

La esposa de un VolkovDonde viven las historias. Descúbrelo ahora