☄️🪐 ⋯ ━━━ 𝐇𝐎𝐋𝐘 𝐑𝐄𝐕𝐈𝐕𝐀𝐋.
❛ En donde June Quill y Steve Rogers
tienen mucho más en común de
lo que creen. ❜
La perfección es una pulida colección de errores. Todos...
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▌ Invierno, 2013
Existían los hábitos buenos y los malos. Muchas veces, era difícil para las personas identificar cuáles eran cuáles. Las personas con hábitos muchas veces ignoraban el hecho de tenerlos, hasta que pasaba algo que les hacía abrir los ojos abruptamente. Steve Rogers era una de esas personas, al parecer.
Era un amante del arte del dibujo, algo que no muchos sabían. Le gustaba y sabía cómo hacerlo, era tan monótona y natural su forma de trazar, que no se dio cuenta de la cantidad de dibujos que su pequeña libreta tenía de June, hasta que ese cuaderno se acabó. Claro que, entre esas hojas había más cosas que sólo los detalles del rostro de Quill, pero recordaba la manera en la que se sentía cuando lo dibujaba, y eso comenzó a inquietarlo, pues le gustaba bastante pensar en los detalles de su rostro.
Desde el momento en que consiguió un nuevo cuaderno, decidió dejar el hábito de dibujar a June Quill, o por lo menos no sin su consentimiento. No veía nada mal en ello al principio, pues la mayor cantidad de retratos, eran de su rostro, pero después entendió que él no se sentiría demasiado cómodo con una persona dibujándolo sin que él lo supiera. Pero tampoco quería hacérselo saber, pues cierta parte de él siempre trataba de aparentar lo mejor posible frente a ella.
Lo que Steve no sabía, era que June lo sorprendió una vez. Se asombró por el talento en su mano, y prefirió no hacer una broma sobre eso, como acostumbraba a hacerlo con todo. Creyó en seguida, que era algo bastante tierno. Pero con el tiempo, le dio algo de miedo, y no porque fuese raro, más bien, porque las palabras de su sobrina resonaron en su cabeza durante un tiempo.
«Yo creo que le gustas».
Era honesta: las personas solían caer con su belleza, pero nada más. Ella jamás se había enamorado de alguien que no fuese Michael J. Fox en su película favorita, y la razón por la que le espantaba el hecho de que Steve dibujara sus ojos con tanta facilidad, es que nadie la había conocido del modo en que la estaba conociendo. Sabía cosas sobre ella que nadie sabía, al menos no en Argada, su grupo se conformaba por un montón de idiotas que no se tomaban el tiempo de formalizar una simple amistad con ella. Nadie la quería porque era presumida, pero eso no le importaba. Ahora era buena amiga de Steve, y él la conocía. La conocía y aun así, le gustaba estar con ella.
