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Hace dos años, sino mal recordaba, había tenido que cuidar a un montón de niños durante el voluntariado, ya que una de las guarderías cercanas al colegio se ofrecía todos los años para que los estudiantes pudieran ser voluntarios y así se evitaban gastos extras.

Chenle pensó que, al ser una iglesia y un voluntariado distinto, no tendría porqué verse las caras con un montón de niños malcriados, sin embargo la cosa había salido mal. La esposa del pastor, la señora Lee (cuyo apellido no era en realidad Lee), les dijo que aquel día debía ayudar al orfanato de la iglesia, el cual Chenle ni siquiera sabía que existía, que quedaba a doce calles de distancia y que aquel día tenía una especia de "Feria de la adopción". En resumen, todos los posibles padres iban a esa feria con el objetivo de conocer a algún niño o niña que quisieran adoptar.

Para Chenle era como una de esas ferias a las que vas a adoptar perritos o gatitos, todos están en exhibición y tú vas a ver si algunos de ellos te convence y te lo llevas a casa. La señora Lee también había expresado su inconformidad, pero también había dicho que era la única cosa para la que el gobierno les daba dinero, así que debían aprovecharlo para que los niños pudieran conseguir un buen hogar. Básicamente todo lo que tenían que hacer aquel día era vigilar a los niños más pequeños y a los bebés y también orientar a los padres por si ellos tenían ganas de adoptar alguno pero no sabían a quién dirigirse.

A Chenle le gustaban los niños, sí, pero prefería mantener su distancia con ellos, no porque los odiara o algo así, pero no tenía mucha química con ellos, en realidad los únicos niños a los que parecía caerles bien eran los bebés y los niños a los que ninguna otra persona soportaba, esos que hacían berrinche y que nadie quería jugar con ellos.

Esperaba que en esta ocasión las cosas fueran menos... Problemáticas.

—De acuerdo, —Hyojung, que llevaba un montón de tablillas de madera con papeles en las manos, miró hacia los niños y luego hacia el cúmulo de padres que continuaban viendo hacia los niños de forma temerosa, luego regresó la vista a ellos y procedió a repartir las tablillas que llevaba. —somos seis y se requieren al menos dos para cuidar a los bebés, ¿alguien se ofrece?

Inmediatamente Jisung alzó la mano, algo que Chenle no creyó que haría pero que al mismo tiempo le pareció que tenía sentido, porque los bebés no hablan y no te exigen de manera implícita que hables con ellos, así que tenía sentido que Jisung prefiriera ir con ellos.

—¿Alguien más? —Chenle volteó a ver a Seojeong y Renjun, quienes sabía que probablemente se pelearían por el puesto porque ambos amaban a los bebés.

Sin embargo eso lo distrajo y Sungchan, que estaba de pie a su lado izquierdo, eligió justo ese momento para hacerle cosquillas en el brazo, así que Chenle alzó la mano para evitarlo.

—Bien, Jisung y Chenle irán con los bebés. —Chenle pudo haberse quejado y decir que no había sido algo voluntario, sin embargo decidió que era mejor que se mantuviera con los bebés aquel día, porque no quería tratar con los padres, a veces Chenle los desesperaba. Además, estaría con Jisung, definitivamente no era tal mala idea, se acordaría de darle un muy buen regalo a Sungchan por su cumpleaños. —Seojeong y Renjun sunbaes pueden vigilar a los padres y yo me encargaré de los infantes, ¿les parece?

—¿Yo a dónde iré? —La voz de Sungchan pareció sorprender a Hyojung, que dio un pequeño salto al escucharlo, él se aclaró la garganta porque su voz había salido demasiado grave, como si acabara de despertar. —Lo siento, es que... No me dijiste qué hacer.

Hyojung se quedó de pie ahí, mirando a Sungchan fijamente durante cinco segundos, después miró su tablilla y comenzó a rebuscar en sus papeles, como si se le hubiera perdido un detalle. Finalmente ella volvió a verlo y sonrió.

Preach ↠Jichen/Chensung↞Where stories live. Discover now