Capítulo 6: Historias bajo la Luna... Pero, sin Luna. Pt.2.

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Tras un tiempito pequeño sin que nadie dijera palabra, Vegetta se ofreció para contar su historia.

-Mi vida siempre había sido maravillosa, mis padres eran geniales y mi hermana mayor Akira me cuidaba y protegía. Todo fue de maravilla hasta que cumplí doce años y todo cambio por completo. Mi padre había hecho una gran inversión a escondidas de mi madre. Al principio le fue bien, muy bien de hecho, pero tras unos meses la popularidad de la empresa cayó en picado tras un escándalo. Él intentó salir de su deuda con una segunda inversión pero al fallar esta también decidió contarle a mi madre, ya no podía ocultárselo más... Necesitaba su ayuda. Mi madre se enfadó cuando se enteró de que debíamos más de un millón de euros al banco, pero, decidió ayudarlo. Ambos trabajaban más de 20 horas al día, esforzándose al máximo para devolver una cantidad decente al banco cada mes, pero, la cantidad que debíamos subía en vez bajar; el banco añadía 10.000 euros más a lo que debíamos cada mes de intereses. Tanto mi hermana y yo queríamos ayudar pero siendo ambos menores de edad no había nada que pudiéramos hacer. Tras un par de años estábamos completamente arruinados. El banco quería desahuciarnos la casa y seguridad social no creía que nuestros padres pudieran cuidar de nosotros de manera responsable. Así que ellos empezaron a trabajar en cosas más ilegales; pasando droga por la frontera de Karmaland y Los Santos para una mafia muy peligrosa. Poco a poco nuestra situación económica fue mejorando, pero, lo que mi hermana y yo no sabíamos es que la mafia los estaba amenazando con matarnos si no cumplían todas sus órdenes, fueran cual fueran. No sé cuánto tiempo pasó hasta que la mafia les pidió algo demasiado horrible para cumplir, pero no fue mucho. La mafia les ordenó ir a la casa del presidente del Karmaland, disfrazados de turistas, armados con unas bombas especiales que no se detectaban en ninguno de los escáneres. Allí tendrían que meter las bombas en el cuarto de la hija del presidente, en el que tendrían que colarse, mientras que esta dormía, y explotar el lugar, niña incluida.

El de ojos amatistas paró por unos segundos, limpiando una pequeña lagrima que amenazaba con salir de su ojo izquierdo.

-Ellos rápidamente se negaron, suplicando que los mataran a ellos en vez de a nosotros, pero, nada podía disuadir al jefe de aquella mafia. Aquel hombre se apareció de repente en nuestra casa, con la cara destapada, que más le daba si estábamos a punto de morir. Era un hombre de unos 50 años de edad, ojos azules sin sentimiento alguno y una cicatriz en forma de estrella en la frente...

Un grito ahogado de uno de ellos hizo que Vegetta parara de contar su historia, girándose todos hacia un sorprendido Luzu el cuál se tapaba la boca con las manos, alejándose poco a poco de aquel grupo de chicos.

-No... No puede ser... No-No es posible... - susurró el de ojos azules, notándose como este temblaba ligeramente.

-Luzu, ¿tas bien? - preguntó notablemente preocupado el amante de los osos, acercándose al mayor.

-¡Qui-Quieto ahí! ¡Qué nadie dé un paso más!- exclamó el castaño, antes de echar a correr y encerrarse en el baño.

Todos se quedaron en silencio, ninguno atreviéndose a romper la petición de Luzu e ir a ver cómo estaba. Después de unos minutos, al ver que el recién mencionado no regresaba Vegetta decidió seguir contando su historia, para así dejar de teorizar sobre por qué el oji azul se había puesto de aquella manera.

-Pues... Mis padres llegaron a casa tras haber fallado la misión y encontraron al jefe en nuestro salón, mi hermana Akira intentado protegerme de él. Ellos habían llamado a la policía antes, confesando todos sus crímenes, ya que estar en la mafia era la única manera de que ellos supieran todo lo que había hecho el jefe. Antes de que mis padres pudieran hacer nada el líder de la mafia le-le rompió el cuello a Akira... No recuerdo nada más después de eso, simplemente sentir mi cuerpo estamparse contra el suelo. Me desperté unos días después en el hospital, al parecer el jefe me había acuchillado en el estómago antes de que la policía llegara y mis padres junto a él fueran arrestados. Desde ahí estuve solo, tenía 16 cuando aquello ocurrió así que pude comenzar a trabajar a medio tiempo mientras que continuaba con mis estudios. Lo demás es historia, conocí a Rubén, nos enamoramos y continué con mi vida. Tenía muchas deudas pero realmente no me importaba, pero, cuando me dijeron de venir aquí... Simplemente tenía que venir. Así que me inventé un viaje de negocios y vine, vaya sorpresa al ver a Rubius aquí también, sobretodo después de saber que realmente podíamos morir aquí.

En ese momento Auron se levantó, dirigiéndose al baño, dejando a los demás de su grupo procesando la historia del pelinegro. Al entrar vio al chico que buscaba abrazándose a sí mismo, llorando sin control.

El de mecha amarilla se acercó a él, sentándose a su lado y abrazándolo antes de decir:

-Ya sé de que nos conocemos... Eres Borja Luzuriaga, ¿verdad?

Este se giró a mirarlo sorprendido, lágrimas aún cayendo de sus ojos.

-Por favor, no se lo digas a nadie... Me mataran, te juro que yo no soy igual, yo no soy como él, como todos ellos. - habló el de pelo castaño, ignorando inconscientemente la parte de que ya se conocían.

-¿Cómo voy a dañar al que alegro mis días durante 5 años?- preguntó dulcemente Auron, sacando ese lado de él que solo pocos conocían, siendo uno de estos Luzu- Además, yo sé que no te pareces en nada en ellos, ni niño.

Ese apodo... Una ola de recuerdos llenó al de ojos azules, llenándose estos de lágrimas, pero, esta vez de felicidad. ¡Era él!

-¡Auroncito! ¡No sé cómo no te he podido reconocer! ¡Te he echado tanto de menos! - exclamó el contrario, tirándose a abrazar al que había sido la única persona que le importaba hacia años atrás.

Hace muchos años, cuando nuestros dos protagonistas tan sólo tenían 10 y 13 años ninguno de ellos tenía amigos. El menor era nuevo en aquel colegio y acabó chocándose con un cubo de basura, mientras que todos en el colegio se burlaban y reían de él.

Luzu al ver esto sacó a Auron del lugar y lo ayudó a quitarse el olor de la basura, además de enseñarle a recorrer todo el lugar sin confundirse de clase. Desde entonces los dos jóvenes se hicieron inseparables, aunque todo terminó cuando el castaño se graduó y ambos chicos no se volvieron a ver hasta el día de hoy.

Aquellos años, ambos estaban muy solos, así que lo único que tenían eran el uno al otro. Había pasado tanto tiempo que ya no se habían reconocido, aunque, desde el momento que se habían visto tras el primer juego, sus corazones les habían dicho que aquella era una persona muy importante para ellos.

Ambos rieron levemente, separándose del abrazo, recordando el momento en el que se conocieron.

-No me puedo creer que estes aquí... Pensé que no te vería nunca más. Realmente desearía no haberte visto de nuevo si así estabas fuera de este lugar- habló Luzu con tristeza; seguramente el chico frente a él acabaría muriendo frente a sus ojos.

-No te preocupes, encontraremos la manera de salir juntos de aquí, ¿vale? Te lo prometo - le aseguró el de mecha amarilla, sonriéndole levemente a la par que se levantaba y ayudaba al otro a hacer lo mismo - Vámonos mi niño, volvamos antes de que empiece el desayuno y algún cabrón nos lo robe.

Los dos chicos salieron del baño, viendo como todos ya se encontraban en fila para recibir su premiado desayuno. Los jóvenes se colocaron al final de aquella fila, sonriéndose mientras que hablaban sobre cosas que habían vivido juntos, casi como si jamás hubieran dejado de hablarse.

Los dos amigos se sentaron junto a los demás del grupo, todos en silencio mientras que comían, una solo pregunta consumiendo sus mentes: ¿Quién sería el primero en morir?

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Holaaaa!

Que les pareció el capítulo?

Esperamos que les encantara.

Aún no se oye la historia de Luzu, pero, si hay algunas pistas sobre su pasado escondidas por aquí, ¿cuáles creen que son?

Se esperaban que Auron y Luzu se conocieran del instituto?

Besos, 

             Atenea y Valeria.

Squid Game (El juego del calamar) || Karmaland AuWhere stories live. Discover now