Capítulo 9: "Te quiero"

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Habían pasado unos 30 minutos desde que el juego terminó y todos los participantes supervivientes ya se encontraban en la habitación principal. Nuestros protagonistas estaban todos en la cama de Aroia, en silencio mientras que procesaban lo que acababa de pasar.

-No les importa... No les importa una mierda si nos matamos entre nosotros -susurró la propietaria de la cama de repente, rompiendo el silencio que los cubría como una fría manta- Nos-Nos van a matar a todos y va a dar igual...

-Conozco a Frank y os aseguro que va a aprovechar esto- habló Willy- Tenemos que estar alerta por que en cualquier momento va a hacer algo drástico y con lo mucho que nos odia va a venir a por nosotros.

Tendrían que prepararse para la gran batalla que ocurriría aquella noche.

-Tenemos que conseguir algún tipo de arma para defendernos, ¿alguno sabe luchar o al menos algo de defensa personal? - volvió a decir el de ojos esmeraldas, mirando a sus compañeros, los cuales simplemente estaban demasiado perdidos en sus pensamientos como para contestarle- ¡Chicos! No es momento de sobrepensar las cosas, Frank es alguien sin ningún tipo de piedad y no dudará en...

-No dejas de hablar de él como si lo conocieras de antes del juego- habló Auron con sospecha-

No será que lo andas ayudando, ¿verdad?

Todos se giraron en aquel momento, observando a Willy con miedo de que los estuviera engañando, bueno, todos menos el único de allí que sabía la verdad: Fargan.

-Tranquilos, no es lo que parece, ¿vale? Staxx y él se conocen, eso es verdad, pero, no se llevan bien, para nada bien.

-Igual lo podría estar ayudando, mejor alguien que ya conoces que unos extraños- señaló Alex.

-Preferiría morir a ayudarle- dijo Willy con tono triste, viendo como no le creían, por lo que decidió que les contaría su historia, así, a lo mejor, ellos le creerían- Conocí a Frank cuando solo tenía 15 años... Él parecía de mi misma edad y siempre estaba estaba pasándose por la entrada de mi colegio, solo, por lo que un día decidí ir a hablarle. Me daba pena verlo tan solo y pensé que a lo mejor lo único que quería era un amigo. Él fue muy amable conmigo y pronto nos veíamos todos los días luego del colegio. Después de un par de meses de conocernos le pregunté su edad, ya que nunca la había mencionado y él me dijo que tenía 25 años. Yo me sorprendí, pero, no me asusté en absoluto, creía conocerlo lo suficiente para saber que no me haría daño... Que tonto fui. Poco a poco este empezó a meterse conmigo, pero, yo era muy inocente en aquel momento y creía que era pura broma, coña entre amigos. Un día cualquiera, después de salir del instituto él y yo fuimos a casa a jugar videojuegos, era la primera vez que iba a su casa y tenía curiosidad de cómo sería. El lugar era bastante pequeño y ni siquiera tenía una TV, yo con curiosidad le pregunté que como jugaríamos si no tenía una televisión, pero, él simplemente me ignoró y me dijo que pasara a su habitación y que él volvería en unos minutos. Le hice caso y me senté en su cama, inspeccionando los cuadros raros y la decoración extraña que tenía puesta. Tras un tiempito pequeño llegó, una pequeña caja negra entre sus manos. Yo le pregunté de que se trataba y que había ahí dentro y él me dijo que sería para más tarde y que ahora solo necesitaba confiar en él...

El albino paró un segundo, suspirando, controlando sus lágrimas; no lloraría por ese maldito, no de nuevo.

-Yo obviamente confiaba en él por lo que no le tomé importancia. Abusó de mi durante horas, me pegaba, me insultaba y me gritaba... Yo me intentaba defender, pero él tenía demasiada fuerza y-y... No podía moverme, no podía librarme de él. Me decía que así era como se mostraba el amor entre amigos, pero yo no era gilipollas, no era un niño, sabía que estaba mal. Cuando llegó la noche Frank finalmente paró, yo le supliqué que me llevara a casa, que yo no podía ir solo porque no era capaz de moverme y mi casa quedaba a más de 20 kilómetros. Él simplemente se rio de mí y me obligó a tragar una pastilla que me hizo caer dormido. Despertaba cada día, deseando que todo fuera un mal sueño, que yo estaba en mi casa y que ese demonio no era más que una muestra de mi imaginación. Estuve ahí un par de meses hasta que conseguí escapar. Llegué a mi casa y mis padres me regañaron, me volvieron a pegar y me encerraron en el baño hasta que entendiera que estaba mal desaparecer así como así. Intenté explicarme, pero no me creyeron, simplemente creían que me había escapado de casa para saltarme la época de exámenes finales. Cuando ya llevaba una semana encerrado Fargan llegó a mi casa...

Squid Game (El juego del calamar) || Karmaland AuTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon