Capítulo 11

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CAPÍTULO 11

[Rescate]

LILITH

La angustia se apoderó de mí y no podía creer lo que estaba viendo, Lis estaba secuestrada, secuestrada por alguien que nisiquiera conozco.

¿Qué es lo que realmente quiere?

En mi mente se me ocurrió rastrear el número, pero iba ser imposible, el mensaje y el número se borró tan rápido como llego, por suerte la imágen había quedado guardada en mi teléfono. 

Volví abrir la imágen, Lis se veía tan débil, tan frágil como yo lo había estado hace algunos años. Suspiré y me senté en la orilla de la cama para pensar en algún plan.

Mierda, ¿Pero cómo la encuentro? No me dieron indicaciones, no me dijeron nada más, esto es una completa mierda.

De nuevo volví a ver la imágen pero está vez hice zoom en ella, y podía notar como Lis tenía heridas por su cuerpo que probablemente le dejarían cicatrices, el suelo en donde estaba ella tirada se encontraban manchas de sangre, pero lo que me llamo más la atención fue la pequeña figura que tenía en la espalda.

Una figura de estrella.

Mi dedo se deslizó hasta la pared que había detrás de Lis, la misma figura había en está. Mi ceño se frunció y pequeñas imágenes de mi pasado llegaron a mi cabeza. Mi pulso se aceleró y al fin recordé.

Sabía dónde estaba.

Rápidamente deje el teléfono en la cama, tome de todos los cuchillos y navajas que tenía en la habitación y los escondí entre mi pantalón. Me prepare para todo lo que se aproximaba.

Sigilosamente salí de la habitación sin que nadie me viera, no podía dejar que los hermanos se entrometan en mis planes. Ésto es algo que necesitaba hacer sola.

Pero claro, no iba ser tan fácil porque cuando estaba apunto de abrir la puerta para salir de la mansión una voz detuvo aquel acto.

—¿Dónde vas?, ¿Porque tan apresurada?

Preguntó la voz de Aamon, me giré para verlo, estaba sentado en uno de los sofás negros viendo directamente a mis ojos.

—¿Porque tan preguntón?— fue lo único que contesté.

Él me dió una sonrisa de lado, se puso de pie y empezó a caminar hacia mí.

—¿Porque tantos cuchillos?

—¿Cuáles cuchillos?

Cuando estaba lo suficientemente cerca tomo de los bordes de mi pantalón jalándome hacia él, solté un jadeo de asombro por su acto, mis manos chocaron con su duro torso cubierto por su camisa y se mantuvieron ahí deseando sentirlo sin la tela de la camisa interviniendo.

Las manos de Aamon recorrieron mi cintura mientras mantenía su característica mirada en mi iris azul, su mano se deslizó hasta llegar a mi cadera, sonrió y caí en cuanta de que me había descubierto.

—Éstos —susurro y con una velocidad asombrosa saco uno de los cuchillos.

Lo puso enmedio de los dos admirando la belleza de aquella hoja filosa, y de pronto paso la punta por mi mandíbula, el frío de el objeto causo que la piel se me erizará y miles de sensaciones despertarán en mí, Aamon recorrió toda mi mandíbula para después ir bajando hasta mi cuello.

INFIERNO PERFECTO © ✓ Where stories live. Discover now