Capítulo 33

38.4K 2.1K 4.1K
                                    


CAPÍTULO 33

[Farsa]

LILITH

Y ahí estaba de frente a ellos viéndolos mientras esperaban una respuesta de mi parte con sus miradas llenas de esperanza, yo por otra parte no sabía que decir.

Perdónarlos y darles una segunda oportunidad o mandarlos a la mierda y no volverlos a ver nunca en mi vida.

La segunda opción implicaba mucho. Si los mando a la mierda entonces ellos no se darían por vencidos e insistirían para volver a recuperarme, lo que implica tiempo y tiempo es lo que no tengo en estos momentos.

Estaba perdiendo tiempo, mucho tiempo, estaba siendo muy idiota con todo esta situación y lo que había pasado anteriormente. La vida de Tyler depende de mi y estuve apunto de estropearlo todo por mi puta inmadurez.

La primer opción me convence más, seguir con ellos y después acabar con todo lo mío de una vez por todas.

Eso implica dejar mi dignidad y mi orgullo a un lado y enfocarme en lo que realmente me importa.

No dejaría que alguien que me llamó zorra y me creyera una volviera a mi vida tan fácilmente, pero esta es una situación diferente, una situación dónde nisiquiera tengo tiempo ni cabeza para pensar bien mis actos.

Así que dispuesta y decidida empecé a acercarme a ellos y cortar la distancia, ellos me veían con el ceño fruncido y todavía arrodillados.

—¿Van a seguir rezando o van a venir hacía mí y besarme?

Todo lo que hacía era por él, por Tyler y mi libertad, siempre me lo recordaba en la cabeza.

Al momento de decir eso sus rostros se iluminan de algo indescifrable mientras una sonrisa aparece en mi rostro. Me cruzó de brazos al ver que no se ponen de pie solo me miran fijamente como si estuviesen tratando de procesar lo que acababa de decir. Enarqué una ceja esperándolos.

—Bien creo que seguirán rezando, entonces yo...

—Espera—me interrumpe Abel—, Entonces ¿Si nos perdonas?—por su tono de voz y su ceño fruncido dedujé que estaba confundido.

—Sí, idiota.

Sonrieron ante mí respuesta y ahí pude ver que estaban felices por eso. Estaban felices y me odié por eso.

Es ahí cuando los tres se pusieron de pie y suspiraron como si se hubieran quitado una gran carga de encima. Aliviados.

—Entonces...quieres que te besemos—Adriel dió la primera iniciativa acercándose a mí con una sonrisa pícara y nisiquiera había preguntado eso, lo había afirmado.

—Ajá—dije y cuando se inclino para besarme yo lo aparte empujándolo levemente del pecho.

—Ah, ah, ah—le dije, él frunció el ceño—, los tres, quiero que me besen los tres, al mismo tiempo.

Ellos abrieron los ojos como platos al decir eso y yo les sonreí inocentemente.

—No, no, no, no haremos eso que asco—soltó Adriel con una mueca de asco ante mi gran idea.

INFIERNO PERFECTO © ✓ Where stories live. Discover now