THE WILD | ❝ ¡esto no tiene ningún sentido! ❞
en donde anthony carter se esfuerza por alcanzar la perfección.
original de poseyfilms
traducido por lueaxwin
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CAPÍTULO TRES. . . un incendio apenas contenido
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A la mañana siguiente, me desperté con un pozo en el estómago y con un golpeteo en la cabeza.
No era un dolor de cabeza, no, sólo un golpeteo rítmico que parecía resonar alrededor de mi cráneo. Parpadeé una vez y me froté las sienes. Todavía sentía la piel febril al tacto, pero no sentía el más mínimo calor.
Ugh, no voy a faltar a la escuela por eso.
Me vestí lo más rápido que pude con los latidos de mi corazón en el cerebro, bajando corriendo las escaleras donde el olor a tocino flotaba. Mi madre estaba en la cocina, con el cabello oscuro recogido en una trenza cuidada que le caía por la espalda, se giró y sus delicadas facciones se curvaron en una sonrisa. —¡Buenos días, cariño! ¿Cómo estás?
Sonreí suavemente a mi madre mañanera, acercándome para sentarme frente a ella, y buscando a tientas mis gafas, con la esperanza de aliviar la presión en mi cabeza. —Estoy bien.
—¿Has vuelto a crecer? —Preguntó, apoyando una mano en mi hombro y presionando un beso en mi cabeza, inmediatamente se apartó—. Tony estás hirviendo.
—Me siento bien. —Traté de convencer—, no sé por qué estoy tan caliente.
Los labios de mi madre se apretaron, con la preocupación bailando en sus ojos. —Tal vez deberías quedarte en casa sin ir a la escuela hoy.
—No puedo. —Cogí una magdalena de la cesta de la encimera y me tomé mi tiempo para desenvolverla—. Hoy tengo un examen de español.
—No hay nada malo en tomarse un descanso...
—Mamá. Dije que estaba bien. —Solté un chasquido, con un nuevo tono de voz que nunca antes había escuchado. Me estremecí al ver su cara de dolor y me acerqué para poner mi cálida mano en su brazo—. Lo siento, no sé de dónde ha salido eso.
—Sólo... ven a casa si pasa algo. —Sus ojos brillaron como si estuviera a punto de llorar, pero una sonrisa se pintó en su bonita cara— ¿De acuerdo?
—De acuerdo, mamá.
—Aquí huele asqueroso —Alyssa anunció su presencia, arrugando la nariz, me llamó la atención lo mucho que se parece a nuestra madre—,¿se quedó Jacob a dormir otra vez?
—Te diré que Jacob huele a aceite de máquina, no a aceite de carne.
Alyssa hizo una mueca, agarró el jugo de naranja de la nevera y se sirvió un vaso. —Sigue siendo aceite.
—Como tu cabello.
Me sacó la lengua, se echó la coleta por encima del hombro y bebió el jugo. —Hablando de cabello, ¿cuándo te vas a cortar el tuyo?
