12. malas noticias

368 60 13
                                    


CAPÍTULO DOCE

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

CAPÍTULO DOCE. . .
malas noticias

Pensaba que las cosas eran más complicadas en el mundo que no deberían existir

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Pensaba que las cosas eran más complicadas en el mundo que no deberían existir. No, las cosas también estaban mal en casa. 

—¿Estás listo? —Los ojos de mi madre ya estaban rojos cuando vino a buscarme unos días después. Íbamos de camino al funeral de Harry Clearwater... resulta que le había dado un ataque al corazón en el bosque el día que el chupasangre volvió a la ciudad. Yo había conocido bien al hombre... todo el mundo conocía a Harry Clearwater. Era amable, y solía jugar a la pelota con Quil y conmigo cuando éramos más jóvenes. 

Ahora está muerto.  

Asentí lentamente, la chaqueta negra que descansaba sobre mis brazos me quedaba ligeramente grande. Era de mi padre, y supongo que yo tenía casi la misma talla que él cuando tenía veintitantos años. No tengo muchas cosas elegantes, así que llevo una chaqueta negra sobre una camisa azul oscuro con una corbata que me ahoga poco a poco, y unos vaqueros negros. Todo negro... el color más triste. El color del luto. 

Alyssa se acercó, con el pelo recogido en una trenza y un vestido negro que le llegaba a las rodillas. Lyssa rara vez se viste bien, así que cuando lo hace, sabes que es una ocasión especial. Eso no es necesariamente algo bueno... especialmente en un escenario como este. 

—Estamos listos, —hablamos al unísono, pero ninguno de los dos tuvo el valor de lanzarle al otro una mirada molesta. Mi madre se pone un poco distante cuando está molesta, y ambos sabemos lo molesta que está ahora. 

—Bien, vamos, hemos quedado con Tiffany.

Me puse rígido sin querer. Tiffany, Tiffany Call, la madre de Embry. 

Genial, como si no pudiera respirar ya lo suficiente. 

Mientras salíamos por la puerta, empecé a tirar lentamente de la corbata, intentando aflojarla del cuello lo máximo posible. Ya no estaba acostumbrado a llevar camisas, y con dos capas, me sentía como en el maldito desierto. 

THE WILD ━━ embry call ✓Where stories live. Discover now