Fortaleza

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Caminando dentro de su hogar con Lulu en hombros juegan en la sala, sus risas son tan lindas que cualquiera quedaría cautivado de tan hermosa escena.

-Papi- lo llama su pequeña.

-¿Qué sucede cariño?- le responde su padre muy feliz.

-Con mi nueva hermanita... ¿Me vas a seguir queriendo?- una pequeña duda dolorosa se asoma en Lulu.

-¡¿Qué?! ¡No! Por supuesto que no Lulu! Tú eres mi princesa, siempre serás mi pequeña niña, no importa cuánto crezcas o los hermanitos que tengas nunca dejaré de amarte.

-Es que una vez escuché que el corazón se divide con más personas que lo comparten.

-Lulu nunca te quitaría amor para dárselo a tu hermanita, es más, tendría otro corazón solo para ella así tú y sólo tú serás la dueña de mi corazón mi niña.

-Gracias papi- con un beso en la mejilla agradece tener de nuevo un padre que la protege y juega con ella. El momento es interrumpido por Rita quién entra sería, su rostro afligido denota sentimientos encontrados que seguramente son destructores, su hijo se percata y de inmediato le pide a su hija que vaya a jugar con sus primas y que por favor le dé tiempo a solas con su abuela, su hija muy alegremente obedece y se va dejándolos solos.

-¿Mamá, qué sucede?- preocupado Lincoln pregunta a su madre.

-Nada hijo- ella le contesta -es solo que me enteré de algo muy delicado.

-¿Todo está bien?

-Si... Es solo que no creí enterarme de un secreto tan difícil de escuchar.

-¿Quieres hablarme de eso?

-No soy quien deba de decirte... Hijo... ¿Tú tienes algún secreto del que yo no sepa?

Tartamudeando Lincoln niega tener secretos, su madre muy audaz sabe que le está mintiendo, sin más no puede seguir ocultando la verdad a su madre.

-Mamá... Hay... Una razón más por la que me fui...

-¿Otra razón?, ¿Lisa lo sabe?

-Si... Verás... El día en que me dispararon perdí bastante sangre, en el hospital me hicieron varios análisis por orden de Lisa y le oculté la verdad... Tal parece que heredé la enfermedad del abuelo- aterrada y casi llorando Rita no puede creer lo que su hijo le dice -mamá... Me dió miedo morir... No quise revelarle a Lisa que estaba enfermo del corazón, en las noches veía a Lulu preguntándome si de verdad podría verla crecer, quería ver toda su vida en un solo día para saber que no me iba a perder nada; el problema con mi "embarazo no planeado" fue el pretexto que derramó el vaso, en ese entonces aún me aterraba ser sincero con Lis y creí que si me iba solo ella no tendría por qué sufrir mi muerte en caso de que llegase muy temprano... Cuando fuimos con Lulu y sus primas a comer le confesé en secreto a Lisa mi estado y desde ese entonces comenzamos un pequeño tratamiento experimental que según ella darían frutos en unos cuatro o cinco años, dice que será tanto tiempo para no dañar algún otro de mis sistemas.

-Hijo... ¿Por qué no hablaste?

-Tenía miedo, era un bruto que creía que al ocultar la dolorosa verdad de los que amaba sería más fácil llevar la carga por mí mismo, que ellas merecían velar por su paz y no por la mía pero ahora me doy cuenta que Lisa cargó el peso del mundo conmigo y que desde que Lulu llegó ella fue nuestra felicidad tangible, gracias a ella pude conocer el gran amor que un ser humano puede conocer... Hoy quiero ser sincero con mi esposa, hablarle de mis problemas, decirle lo mal que me siento y no guardarme nada que nos pueda dañar... Quiero ser la persona que soy viviendo como lo que ella merece, creo que esto puede funcionar.

Eres la C8H11NO2 que acelera mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora