La reina de las sombras

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-¿Entonces te veo a las nueve?

-Si fueras tan amable Linc.

-Iré, cuenta con ello Sid.

-¡Si!- si linda amiga de la infay saltó para darle un lindo abrazo a su amigo -entonces creo que tengo que irme, tengo que arreglar unos papeles antes de la fiesta ¡Nos vemos! Y por cierto Linc ¡TÚ PUEDES! ¡A GANAR! Pero ¿Estás seguro que no necesitas más ayuda?

-Estoy seguro, no me malentiendas Sid tú eres una mujer increíble pero si de inteligencia hablamos Lucy es la única capaz de engañar a Lisa, nosotros nos bastamos para hacerlo.

-Si así lo crees no tengo intenciones de contradecirte pero prométeme que si puedo ayudar no dudabas en llamarme ¿De acuerdo Linc?

-De acuerdo Sid, muchas gracias- ambos se despidieron con un cordial saludo de manos.

La computadora terminó con el escáner a las tres de la mañana del siguiente día... Y dió en el blanco. Lincoln no podía esperar más, despertó con ilusiones a Lucy de su lúgubre sueño y casi la llevó a rastras al búnker, entre risas y lágrimas él decidió poner manos a la obra con la mejor compañera que un científico podría desear ¡Una ocultista amante de lo paranormal! -¿Estás lista Lucy?- le preguntó a su hermana.

-Más que nunca, pero debo preguntar ¿Crees poder armar algo tan complejo? No entiendo ni el primer plano.

-La verdad es que siempre ayudé a Lisa con sus inventos, de vez en cuando traté de inventar mis propios artilugios pero siempre me terminaban explotando en la cara y por eso te necesito, eres la Loud más inteligente después de Lisa, por algo tú y sólo tú descubriste dónde nos habíamos ocultado, necesito tu paciencia para no darme por vencido ¿Qué dices Lucy?- su hermana dió vueltas a un desarmador de la mesa, sopló en la punta como si de un arma se tratase sólo para decir:

-Bien, hagamos a este bebé- inmediatamente comenzaron con el armado del que sería la última apuesta por recuperar a Lisa, por volver a la normalidad, por un lado tenían todo lo que habían deseado: un hogar, una linda familia, hijos, amor, familia y dinero. Por el otro estaba lo demás solo que en él... Lisa no estaba ahí.

-Tenemos dos misiones, por órdenes de Haiku y para recuperar aún más dinero y para ayudar a que nadie más esté en peligro nunca más.

-¿Estás seguro que aún quieres ayudar a Haiku?

-Si, de hecho si ella vuelve... No sería tan malo ¿No crees?

-Sería interesante tal unión pero aún estoy a favor de que Lisa sea la primera.

-Me gusta cómo hablas ¡Entonces andando!
















-Con cuidado Lincoln... Respira...

-Lo sé, dame tiempo.

-Tienes diez segundos, tómalo con calma o volveremos a perder las cejas.

-Y las pestañas- ¿Qué era lo que hacían? El último paso, un poco de Francio en el interior para mejorar el rendimiento de las ondas de frecuencia que el aparato emitía, tuvo que rehacer los cálculos una y otra vez en un gran pizarrón de gis que Lisa guardaba, lo hizo día y noche durante una semana sin descanso, dormía en el búnker junto a Lucy, pasaron días sin bañarse incluso, comiendo mientras pensaban, diseñaban y armaban. Los nuevos cálculos fueron hechos pues el invento real había sido diseñado sólo para destruir y no para crear, hacer eso fue la cúspide del intelecto de Lincoln, aunque claro que las notas de Lisa sobre un posible revertimiento de los trágicos efectos hicieron el noventa por ciento del trabajo... Y con un simple movimiento de muñeca el Fracio fue vaciado dentro del pequeño auricular, lo soldó con mucho cuidado e incluso le dió tiempo para pintarlo un poco... -Lo hicimos... Creo que lo hicimos...

Eres la C8H11NO2 que acelera mi corazónWhere stories live. Discover now