𝓝𝓲𝓻𝓪𝓰𝓲

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Cuando los primeros copos de nieve comenzaron a caer en el nuevo Tokio, toda la población se asustó. Algunos decían que era nieve artificial creada por los dueños de los juegos para que todos se intoxicaran y acabar de una vez por todas con los jugadores, otros más bien, referían que el gran reloj que se había instalado en el corazón de Tokio daba por iniciadas las fiestas de Navidad.

La especulación fue mayor cuando, sin previo aviso, los carteles de los juegos se apagaron. A quien le tocaba morir esa noche se llevó una gran sorpresa porque el disparo letal nunca llegó; parecía como si el creador de los juegos respetara las fiestas y solo quisiera que se centraran en disfrutar de la pista de hielo natural que se había formado en algunas calles.

—Y quienes somos nosotros para contradecirlos. —El Sombrerero había hecho una junta de emergencia. Todos pensaban que hablarían de la posibilidad de huir, del nuevo giro que estaban tomando las cosas, pero se sorprendieron al verlo con un gorro de Santa Claus en la cabeza que solo Dios sabría de dónde lo había sacado.

Alrededor de la mesa se sentaron para escuchar la nueva y alocada idea del Sombrerero, pues tampoco era como que pudieran contradecirlo. Alex, la gemela de Chishiya, estaba sentada en el regazo de Niragi, quien era su novio, y que además la tenía abrazada por detrás y descansaba su barbilla en el hombro de la chica.

—Siéntate bien, Alex. —la regañó Chishiya, quien desde el principio no estaba muy conforme con la pareja que había despertado en La Playa.

—Cállate enano. —le retó Niragi, afianzando su agarre en la cintura de su novia. Alex no hizo caso a la pelea infantil, en realidad, miraba emocionada al Sombrerero que explicaba la idea que le cruzó en la cabeza esa misma mañana.

—¿enano?

—Y además feo.

—¿Feo? —Chishiya sabía exactamente a dónde darle. —Pero si tu novia es mi fotocopia, solo acéptalo, en verdad yo soy quien te gusta.

Niragi estaba por responder cuando Alex se giró a mirarlos y, elevando el dedo índice hasta su boca, hizo una seña para que se callaran.

—Esto no ha terminado. —dijo Niragi, pero al sentir las manos de su novia sobre las suyas y el roce del pulgar contra su piel, se relajó y cambió su expresión.

—Haremos un Santa Secreto. — decretó El Sombrerero, algo que llamó la intención de ambos chicos, pues no habían prestado atención más allá de su pelea.

—Ni hablar. — Chishiya rodó los ojos, lo único que faltaba era perder el tiempo con esas estupideces cuando algo grande podía estar pasando allá afuera.

—Concuerdo con el elfo feo, es una estupidez.

—¡Oh, vamos!, ¡Será divertido! —afirmó El Sombrerero.

—No perderé mi tiempo buscando regalos tan...

—A mí me gusta la idea. —dijo Alex tímidamente.

—¡Tan horribles!, ¡Porque tenemos que esforzarnos!, Arriba el Santa Secreto, vamos chicos, algo de espíritu. — después del cambio de parecer de Niragi, la risa socarrona de Chishiya lo hizo rabiar.

—Alex. —la llamó El Sombrerero quitándose el gorro de la cabeza. —¿Nos haces el honor?

Ella asintió, con delicadeza tomó las manos de su novio y se levantó para tomar el gorro y pasar por entre los ejecutivos para que tomaran un papel. Al ver la X negra marcada en uno de los papeles, Ann y Chishiya emitieron un suspiro de alivio.

—No hagan eso, se supone que es secreto. —los reprimió Alex, Chishiya le sacó la lengua y Alex hizo lo mismo en su dirección.

Después fue el turno de Niragi, Alex pasó el gorro por encima de la cabeza del chico, logrando que el cascabel tocara en su nariz e hiciera un pequeño ruido, y bajó sus brazos, permitiéndole sacar un papel.

One Shots|| 𝙰𝚕𝚒𝚌𝚎 𝙸𝚗 𝙱𝚘𝚛𝚍𝚎𝚛𝚕𝚊𝚗𝚍 [ᵖᵉᵈⁱᵈᵒˢ ᵃᵇⁱᵉʳᵗᵒˢ]Where stories live. Discover now