Winter Begonia

Capítulo 121 "El intento de asesinato contra Cheng Fengtai"

En la pequeña mansión, Cheng Fengtai cruzó las piernas para fumar y pensar en su mente, sin parecer que estuviera ansioso en absoluto, cuando vio a los hermanos Shang, apagó el cigarrillo y dijo: "Coman primero, hablaremos después de que coman ". Cheng Fengtai dejó Shang Longsheng el asiento principal y se sentó cara a cara con Shang Xirui, Shang Xirui inclinó la cabeza y lo miró fijamente, Cheng Fengtai sintió la necesidad de explicar el porqué faltó a la cita de los días anteriores: "Feng Yi ha estado enferma durante los últimos días, llora cuando ve extraños, no puede alejarse de mí". Shang Xirui hizo un puchero y empujó la cabeza hacia adelante: "¿Qué has dicho? ¡Habla más fuerte! "

    Cheng Fengtai suspiró, se inclinó impotente y le gritó al oído: "¡Feng Yi! ¡Está enferma!".

    Shang Xirui retrajo la cabeza: "¿Está enferma la gordita?" Golpeó la mesa con molestia: "¡La gorda que estaba bien conmigo enfermó a los pocos días de llevártela! ¿Sabe tu esposa cómo criará a un niño? Si no sabe criar a un niño, ¡devuélvela!".  Cuando su oído estaba bien, le molestaba que Feng Yi llorara, pero cuando su oído estaba mal y no estaba viendo a la bebé, se olvidaba por completo de la existencia de ese pequeño bebé en casa, en  este momento, hablar de la crianza de un niño es muy sencillo.

    Shang Longsheng le extendió una mirada severa, Shang Xirui se sentó en silencio, ya sin arrogancia, Zhao Ma y Xiao Lai sirvieron la comida en la mesa por turnos, desde que Shang Xirui no podía oír con claridad, no hablaba mucho, sólo comía con la cabeza gacha y pronto se terminaba dos tazones de arroz, Cheng Fengtai y Shang Longsheng abrieron una botella de vino extranjero, comiendo y hablando sobre la información que han visto y escuchando sobre lo que esta pasando en el país y le dieron una mirada a Shang Xirui  que estaba sentado allí con la cabeza colgando hacia abajo, con un brazo herido colgando alrededor de su cuello y la otra mano giraba aburridamente los dedos de orquídea bajo la mesa, recitando palabras con aire concentrado y apagado.

    A todos les gusta la destreza y fluidez desenfrenada y extravagante de Shang Xirui, pero Cheng Fengtai era el único que prefiere ver su comportamiento ingenuo, con una sonrisa y un cariño en los ojos, lo miraba una y otra vez.

Shang Longsheng sintió lo mismo y giró la cabeza para mirar a su hermano menor, pero no vio nada atractivo, al igual que cuando era niño parecía estúpido a espaldas de la gente, si su padre todavía estuviera vivo lo habría golpeado de nuevo.

En ese momento, alguien llamó a la puerta, Zhao Ma abrió la puerta y escuchó la voz de un hombre que decía: "¡Eh! ¡Hola! ¿Esta es la residencia del Segundo Maestro Cheng?

La expresión de Cheng Fengtai era solemne y dijo: "Esta hecho, ¡Entren hermanos!" Los dos hermanos que entraron uno era alto y el otro bajo, el alto tenía el rostro pálido con una barba fina y un rostro frío, cargando un gran saco sobre su espalda; El bajito, sonriente y con la cara colorada y llevaba un rollo de fieltro de lana gruesa de color gris oscuro sobre su hombro.

Cuando la señora Zhao y Xiao Lai vieron que vinieron algunos invitados, quisieron retirar los platos de la mesa, Cheng Fengtai agitó la mano: "Lo limpiaran más tarde, ustedes suban y no bajen aunque oigan ruido. "

Xiao Lai miró suspicazmente hacia los dos hermanos y el saco del hombre alto se movió de repente, como si contuviera a un ser vivo, estaba tan asustada que se estremeció.

Zhao Ma y Xiao Lai subieron las escaleras, el hombre bajo apartó las sillas y enrolló la mitad de la alfombra para hacer un espacio abierto, con un puntapié rápido, el rollo de fieltro de lana se extendió de un extremo al otro, luego corrió las cortinas de toda la habitación con fuerza, el hombre alto que estaba allí dejó caer el gran saco sobre el fieltro de lana y miró el rostro de Cheng Fengtai, éste asintió y el hombre alto sólo entonces comenzó a desatar el saco, revelando a un hombre que había sido golpeado cubierto de sangre dentro del saco, la boca del hombre estaba amordazada con un paño, sus manos atadas detrás de su espalda, jadeando como si estuviera asfixiándose.