𝑵𝑬𝑾 𝑳𝑰𝑭𝑬⎯ 𝑱𝑨𝑺𝑷𝑬𝑹 𝑯𝑨𝑳𝑬.

━03.11

capítulo once
reuniones.

maratón 1/?.

LA REUNIÓN ENTRE EL CLAN DE VAMPIROS Y LA MANADA QUILEUTE HABÍA LLEGADO A SU fin. La pelinegra junto a Carlisle hablaban muy emocionados con los recién llegados, por su parte Jasper la veía con una sonrisa tonta. Pensando en que como podía ser tan afortunado de tener a una mujer tan maravilloso a su lado, el siendo considerado por él mismo un monstruo.

Bella que aguardaba a su novio en el capó del vehículo, a penas el paso por su lado lo llamó. Era consciente de que era su culpa, de que al ser tan manejable por su novio había pasado eso, por el olor de su sangre. Después de que había hablado con la criolla había reflexionado sobre sus actitudes, el como había dejado que eso pasará. Se preguntaba cómo podía llegar a ser tan egoísta con sus padres, el como permitía que Edward hablara con su familia. Tenía que cambiar y de paso ayudar a Edward, ambos tenían que cambiar.

—Jasper, ¿No puedo hacer nada para ayudar?.

—Sólo tú presencia, tu olor, los distraerá. Sus instintos de caza los volverá locos.

—Pues me alegro.—recibió como respuesta un asentimiento del rubio.—¿Como sabes tanto de esto?.—la última pregunta atrajo la atención del Mayor.

—No he tenido la misma creación que mis hermanos de crianza.—respondió para después enseñar las marcas en sus brazos.

Estupefacta vio las marcas para después observar la propia. Era prácticamente la misma forma.

—Las mordidas son como la mía.

—"Marcas" de la guerra. Cualquier formación que me dio el Ejército de la Confederación es inútil contra los neófitos. Pero aún así, nunca perdí una pelea.—relató con cierto orgullo lo último, era de lo único que se enorgullecía de esa época de su vida.

Cada ves sentía más curiosidad por el hermano de su novio.

—¿Esto ocurrió durante la Guerra Civil?.—había corrido con tal de saciar su curiosidad.

—Fui el Mayor más joven. Sin haber visto nunca una batalla de verdad.

—Hasta...—Bella lo alentó para que continuará el interesante relato.

—Hasta que conocí una inmortal.—después de la confesión a su mente vino el rostro de Issa pero inmediatamente descartó la idea, la pelinegra no haría eso su corazón era demasiado grande para arrebatar una vida inocente, podía ser lo que quiera pero una asesina de inocentes jamás.—María.

A la mente del rubio vino el recuerdo de cuando conoció a la vampira mexicana, a la que una vez creyó amar. A la que no le importo sus emociones mientras aniquilaba neófitos, su vida anterior no era la de un príncipe pero aún así la disfrutaba. Aunque si volviera a nacer y pudiera cambiar las cosas, nunca lo haría porque todo eso lo había llevado a conocer a su esposa, Alyssa Genovés.

Le relato como había sido el desastroso encuentro con las tres vampiresas, todavía recordaba la conversación antes de ser mordido.

—¿María creó un ejército?.

—Eran muy comunes en el Sur, hubo luchas constantes por el territorio. María las ganó todas, ella era inteligente, cuidadosa y ella me tenía a mí.—los recuerdos volvían cada vez más, recordaba cada una de las muertes que tenía en sus manos.—Yo entrene a los neófitos, un arduo trabajo pues ella no los dejaba vivir más de un año. Pensé que lo que había entre María y yo era amor. Sin embrago yo solamente era su títere. Pensaba que no había otra manera.—su expresión de sombría paso a una de pura felicidad, su rostro se había iluminando.—Hasta que encontré a Alice.