Reacciones de los personajes de Tokyo Revengers al verte usando una prenda/accesorio de alguien más.
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Ran te esperaba en el auto junto con Rindou, se encontraban al otro lado de la calle, frente a tu escuela. Cuando Ran te vio a lo lejos, bajo del auto. —Rindou, aún no te vayas.— le dijo serio a su hermano.
Ran se había dado cuenta de que llevabas una chaqueta que no era tuya, tampoco de él, y por el diseño, parecía ser de un chico. Estaba furioso de que alguien tuviera el atrevimiento de prestarle su chaqueta a la chica del rey dé Roppongi.
—Hola mi ángel, por fin saliste. — te sonrió felizmente, aunque por dentro le hervía la sangre. —¿Qué basura traes puesta?— preguntó con una sonrisa burlona, claro para ocultar su enojo.
—Ran, no seas grosero, hace frío y un compañero me la ha prestado.— lo regañaste.
—Pues yo hubiera preferido pasar frío a qué me vieran con ESO puesto.— siguió burlándose. —Además...— volteó la cara con pena.—Para eso estoy yo, eres MI novia. Deberías pedírmela a mi.—
—Está bien, me pondré la tuya Ran.— le sonreíste tiernamente. —NO, quédate con esa.— se burló.
—Eres taan infantil, Oh, mira ahí está mi compañero, debería ir a regresárselo.— ¿EN DÓNDE? — dijo Ran al instante. —Oh, ¿por qué no vas a devolvérsela? —sonrió.
—¿Por qué tan amable Haitani? No lo irás a golpear ¿cierto?— le amenazaste. —Claro que no mi ángel, no soy un salvaje, ve a devolverle su basura, aquí te espero.— dijo amablemente.
Mientras lo hacías Ran le dedicaba una gran sonrisa fingida al chico.
—Volví.— te abrazabas a ti misma, como esperando a que él te diera su abrigo. —¿Y bien Ran? ¡Tengo frío!— reclamaste.
—¿Y bien qué? — soltó frío. —Te estabas quejando y ahora no me prestas la tuya.— protestaste.
–PÍ DE ME LA.—sonreía ladinamente y tú pusiste los ojos en blanco. —¿Me prestas tu chaqueta Ran?
—Bien hecho, preciosa.— sonrió satisfecho, le gustaba ver lo linda y tierna que te veías con su chamarra puesta.
Cuando fueron de ahí, Ran volteó hacia el otro lado de la calle y movió su cabeza dándole una señal de aprobación junto a una sonrisa de complicidad a su hermano.
—No te preocupes hermano, yo me encargaré de llevártelo, mientras....me voy a divertir un poco con tu regalo. — Rindou Haitani estaba ansioso.
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