Reacciones de los personajes de Tokyo Revengers al verte usando una prenda/accesorio de alguien más.
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Esperabas junto a Emma a que terminara la reunión de la ToMan. – ¿Se lo compraste a Smiley?- preguntó la rubia. – Si ¿crees que le guste?- contestaste dudosa. –Por supuesto que si T/N, es muy lindo, aunque hubieras traído uno para ti también, está haciendo frio. – Ambas rieron y te pusiste el suéter que habías comprado para Nahoya.
Cuando escuchaste la voz de Smiley te despediste de Emma, y corriste hacia él. —¡Hoya! Holaaa. – Saludaste a lo lejos alegremente.
Smiley te había visto desde que te despediste de Emma, y notó como vestías una sudadera enorme, de una tienda local conocida, una tienda para HOMBRES. Smiley apretó los puños, sonreía felizmente mientras te veía correr hacia él.
—¿Cómo que hola? Dame el nombre y en dónde lo puedo encontrar. – una vena se había marcado en su cara, pero sonreía mostrando los dientes.
—¿De qué hablas Smiley? – preguntaste extrañada. – Del dueño de ese maldito suéter ¡voy a golpearlo hasta que me canse!—
Entendías ahora la situación y decidiste hacerle una pequeña broma. – Oh ¿hablas del lindo dueño de este suéter? – Preguntaste coqueta, la vena que se le había formado en la cara del enojo se estaba marcando aún más. –Lindo va a quedar cuando termine con él.— bufo.
Nahoya se acercó a ti para comenzar a quitarte la prenda, no entendías que, pero algo refunfuñaba mientras lo hacía. –Ahora vamos, iré a decirle que eres MI novia, voy a aventarle su suéter y después le rompo la cara. – sonreía con suficiencia pero sabias que estaba loco del enojo, tu tratabas de aguantar la risa.
Oe ¡Smiley! ¿Te gustó la sorpresa de T/N? es una buena sudadera. – gritó Draken a lo lejos. Nahoya se quedó callado unos segundos como tratando de asimilar que se había amenazado a él mismo. ¿Y bien Hoya? ¿Piensas golpearte? – dijiste riéndote.
-¡No es justo! Yo realmente iba a golpearlo, pero... entonces ¿es para mí? –preguntó con una sonrisa sincera. Te agradeció con un beso y un abrazo e hizo que nuevamente la usaras, quería que tú olor se quedara ahí. –Tenías razón, el dueño es un lindo chico.- dijo sonriendo mientras caminaba de tu mano.
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