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Lo sublime. Lo sublime es todo aquello plenamente elevado, algo que rebasa los límites humanos y que suele estar relacionado con las catástrofes naturales.

Lo sublime difícilmente puede ser aplicado para describir a una persona, pues la palabra es por mucho más grande que esta. Tampoco es un sinónimo de bello, ya que el significado es más profundo que esa burda palabra.

Pero ahí, justo en ese momento, el dragón de escamas negras sentía que estaba en presencia de algo que tenía todas las posibilidades de ser catalogado como sublime.

Los rastros de bruma espesa se fueron disipando en el aire, dando paso a una forma escamosa que lucía como las nubes etéreas que cubrían los cielos. Un sublime dragón blanco, más pequeño que él, pero igual de majestuoso se hizo presente.

Los ojos ámbar se encontraron con un par de zafiros violetas que lo miraban directamente, y en cuando eso sucedió el enorme corazón en el interior de la bestia explotó como un volcán enviando magma a todo su cuerpo.

Era hermoso. Su compañero era hermoso en ambas formas, tanto cuando estaba en su mano tan pequeño y bonito como ahora que era casi de su tamaño y cubierto por esos pétalos perlados.

Bramó desde la garganta estirando el cuello, tratando de atraer la atención contraria, y entonces el dragón blanco le respondió con un sonido más suave y amable. Sus facciones eran tan finas y sutiles, parecía un pequeño querubín y más con esas alas blancas.

Siendo tan pequeño como era, al omega no le fue difícil moverse con agilidad y elegancia hasta llegar a su lado, ahí comprobó que le sacaba una cabeza, justo como en sus partes humanas.

El pequeño se acercó cauteloso a su cuello y empezó a olfatear. Estaba reconociéndolo, los compañeros solían hacer eso en sus formas dragones. Segundos después un gemidito de alegría se filtró por la boca de la criatura blanca cuando culminó su inspección. Hundió la punta de su boca contra el cuello del alfa tomando cuanto aroma podía y dejando inconscientemente sus propias feromonas.

Los dragones eran criaturas celosas, era parte de su naturaleza, cada cosa que tomaban para si era atesorada hasta el final de sus días, y los compañeros no estaban exceptos de ello. Jimin tal vez no lo sabía, pero el dragón albino si, y en este momento estaba impregnando al alfa, reclamándolo como suyo.

La criatura más grande cerró los ojos dejándose llevar, ya tendría su turno para hacer lo mismo, para impregnar a su compañero y mimarlo.

Ambos estaban tan ensimismados en sus pensamientos que olvidaron que no se encontraban solos.  

-¡Ya!-

Los vampiros que aún estaban vivos comenzaron a disparar hacia ellos, eso hizo reaccionar al alfa quien abrió sus ojos ahora rojos y coléricos por la interrupción tan imprudente.

¿Es qué acaso eran criaturas tan estúpidas?

¿No notaron que esas balas eran como caricias de viento contra sus fuertes escamas? Sí, seguramente tenían que estar idiotas y con las neuronas roidas, pero él se iba a encargar de corregir eso eliminándolos.

Elevó su fina cola escamada dispuesto a quebrar esos cuerpos pequeños a la mitad, pero el dragón blanco lo detuvo gruñendo bajito.

Miró a su compañero, a través de su mirada le pedía que no lo hiciera, él gruñó tratando de explicarse, pero el omega insistió otra vez.

-¡Maten al más grande!-

Gruñó alargando sus garras, el fuego en su garganta ardió ansioso por salir, avanzó totalmente determinando a matar a todos los vampiros, pero su compañero fue más rápido rodeándolo hasta interponerse entre él y los vampiros.

Alma De Dragón 🐉《ʏᴏᴏɴᴍɪɴ》 《ᴋᴏᴏᴋᴠ》Where stories live. Discover now