🐺ଛ

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Observó el invernadero de nueva cuenta.

Era enorme, con un esqueleto metálico y cubierto de paredes y techos de cristal, permitiendo la luz solar filtrarse e iluminar las distintas plantas esparcidas por todo el lugar.

Gwanjun al igual que la mayoría de las provincias en Corea era de climas fríos, pero ahí dentro había una frescura diferente. Olía a yerba recién rociada de lluvia, a frescura y pureza, era como un pequeño pedazo de bosque dentro de una cajita de cristal, muy agradable.

-¡Hoseok! Me acaban de decir que no llegaron las baby breath-

-Pero hicimos el perdido desde hace un mes-

-Al parecer tienen problemas donde las cosechan-

Hoseok hizo un puchero.

-Está bien, entonces ve a preguntarle a Kim si tiene semillas de girasol mientras terminó de escoger las azaleas que nos vamos a llevar-

-Bueno-

Observó a los chicos.

Jimin lo había invitado a venir y este era ya su cuarto día viniendo al invernadero.
Hoseok y Hyungwon hacían compras y al mismo tiempo trabajan en una pequeña área donde tenían cosechadas algunas plantas, Jimin les ayudaba con la siembra, mientras él se dedicaba a andar por todo el lugar cuidandoles.
Nunca había sido bueno en la siembra y cosecha, y tampoco tenía la delicadeza de los chicos para tratar una planta, así que se limitaba a observar.

Había querido excusarse de ya no asistir pues consideraba que no era de mucha ayuda su presencia, pero Jimin había sido muy insistente, en incluso le había puesto un puchero.

¡Un maldito precioso puchero!

En cuando hizo eso y el dragón se hizo presente supo que no habría forma de negarse.

Ese cachorro se estaba metiendo muy profundo en sus pensamientos y en su día a día. Cada vez ansiaba más cuando llegaba la hora de la noche en que dormían abrazados, cuando le besaba la frente después de contarle cuentos, o el como el omega colocaba su manita sobre la suya cuando lo sostenía por el vientre.

Le fascinaba la forma en que vestía las prendas que le daba, mierda, Jimin incluso se había puesto ese overol azul hoy, y joder si no lucía como la cosita más bella del mundo.

Yoongi a veces le daba de comer por el simple afán de ver como se le ponían las mejillas carmín al menor.

Cuando le conoció pensaba en lo complicado que iba a ser interactuar con un omega -fuera o no su pareja- pues llevaba años viajando solo y alejado de las grandes civilizaciones. Su físico sumado al carácter y la falta de tacto tampoco le daban méritos, pero había resultado diferente.

Jimin y él se habían acoplado igual de bien que el día y la noche, la presencia del omega se había vuelto parte de su vida, y de forma inconsciente Yoongi lo estaba aceptando.

Levantó su cabeza viendo los brillos tornasol del techo brillar y algunos rayos de sol iluminando las macetas.
Recordó que su compañero estaba sanando, el brillo cada vez ocupaba más espacio que lo opaco en aquellos ojos grises, la sonrisa adornaba del diario esos bellos labios, y el color pálido de su pareja ya no lucía tan amarillo y enfermo como al inicio.

Llevaban casi un mes en Gwanjun y el proceso de sanación de su pareja estaba obteniendo resultados positivos y favorables más rápido de lo que pensó.

Por cierto

¿Dónde estaba el pequeño?

Revisó de forma visual todo el lugar y encontró a varias personas, pero no a su pareja.

Alma De Dragón 🐉《ʏᴏᴏɴᴍɪɴ》 《ᴋᴏᴏᴋᴠ》Where stories live. Discover now