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Yoongi pudo sentir el calor del fuego del dragón creciendo en su pecho, era la primera vez que latía así de caliente y fuerte, y también era la primera vez en que lo hacía sin tener que atacar o defenderse.

El dragón estaba embelesado.

Jimin había salido minutos después de detrás de árbol, convertido en lo que Yoongi pensó era la criatura más bonita que había visto en su vida.

Un precioso cachorro de ojos violetas, pequeño como los omegas suelen ser, pero con un precioso largo y felpudo pelaje albino. Era hermoso, simplemente hermoso e irreal.
No existían dragones albinos, y las únicas criaturas de pelaje blanco que había visto alguna vez eran los tigres.

Además, sus ojos eran violetas, no había shifters con ese color de ojos, y Yoongi lo sabía perfectamente.

Jimin era una criatura única.

Frunció el ceño de tan solo recodar las palabras del omega.
En Busan consideraban que Jimin era una desgracia solo por su pelaje, lo habían agredido y solo esa pobre criatura sabía todo lo demás que le habrán hecho en su infancia y parte de la adultez.
Y después estaba Taecyeon, ese maldito cobarde busca pleitos, se había encargado de hacer un infierno la mente y el cuerpo del omega.

Jimin parecía estar entrenado para obedecer como si fuera un animal domesticado, Taecyeon y su pueblo habían hecho que el pobre omega se tuviera asco y vergüenza, lo habían convencido de que era una bestia maldita, y lo supo en cuando vió los ojos del menor al decirlo.
Había tanta resignación, y aceptación. Esa gente ni siquiera había permitido que Jimin tuviera criterio propio, lo habían tomado de él y convertido en alguien que aceptaba lo que los demás decían, fuera correcto o no.

La furia en Yoongi emanó desde el calor en su pecho.

El dragón tenía tantas ganas de salir y volver a Busan para quemar todo y castigar a aquellas personas que habían hecho un infierno la vida de su pareja.

Tuvo que suprimir ese deseo de su bestia. No era la mejor solución, no quería a las demás provincias sobre Daegu si él llegaba a causar un desastre.

Volvió la vista a lo lejos, apreciando a su precioso compañero corriendo con los otros tres lobos.

Sonrió de forma inconsciente a verlos: Ellos estaban jugando, corrían uno tras el otro, saltaban, se mordían suave y daban lamidas en las orejas y el cuello.
Era extraño pero, Yoongi podía sentir la felicidad de Jimin, estaba seguro de que era la primera vez en años que el omega se sentía así de libre.

Suspiró y recargó la cabeza sobre el árbol viendo las ramas y las hojas verdes en las copas de los arboles mecerse con el viento.

Tenía mucho trabajo por hacer con su pareja. Tenía que ayudarlo a curar sus heridas internas, aunque tuviera que abrirlas de nuevo para limpiar todo lo que se había quedado ahí. Debía hacerlo para después prepararlo para la vida exterior, para que él pudiera seguir.
Busan era hostil, crítico y un mundo con shifters de pensamiento cerrado y retraído, pero el mundo fuera, los demás lugares, ellos también estaban llenos de peligros y dificultades.

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Cuando la noche comenzó a cubrir el cielo y la luna apareció rodeada de estrellas y nubes Yoongi avistó a Jimin volver detrás del árbol y poco después caminar hacia él ya en su forma humana y con sus ropas encima, traía sus cabellos un poco desordenados pero encantadoramente bonitos.

-¿Te divertiste?-

Jimin se dejó caer frente a él del otro lado de la fogata que había hecho y llevó las manos a su regazo bajando el rostro.

Alma De Dragón 🐉《ʏᴏᴏɴᴍɪɴ》 《ᴋᴏᴏᴋᴠ》Where stories live. Discover now